OPINIÓN

Editorial 3: 20D, la más importante de las citas

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“Confiar en aquellos que representen vuestros ideales, y si dejan de hacerlo en quien creamos que los defenderá”

 Lo que entendemos como un deber, por incómodo que sea el 20 D, es ir a votar: ¿a quién? Usted verá

“Llega la Navidad, con sabor a… urna electoral” reza el titular de nuestra primera página ¡No había otra fecha que el 20 de diciembre! Poco afortunada fue la de decisión de dejar para la historia unas elecciones con mayoría absolutísima el 20-N de hace cuatro años, pero lo de mezclar las cenas de empresa, las notas de los niños, el principio de las vacaciones, las últimas compras de décimos para el sorteo de Navidad, con la decisión política más importante que tiene que tomar este país en los últimos 40 años  no es de pensar en el orden lógico y razonable de las cosas. Sea como fuere, ese 20D lleva escrito, desde el mismo momento de la convocatoria, que será el momento más importante de la historia de nuestra democracia, de la que hemos vivido y conocido ya, al menos, un par de generaciones.

España, en su conjunto, ha vivido momentos muy duros en los últimos años para los que ha habido que buscar soluciones que no han sido del agrado de muchos, como no lo hubiesen sido  con otro partido en el gobierno tomando decisiones. La política tiene estas cosas: hagas lo que hagas te van a criticar.

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Es un ámbito de la sociedad en el que se oye mucho más las palabras desgaste, adversario, incompetencia que todos sus antónimos. Sin embargo los políticos son los responsables de tomar las decisiones que afectan a los que tomamos la decisión de ponerles donde están. Y en esas andaremos el próximo 20 de diciembre.

“Soy de este partido mientras represente mis ideas, cuando deje de representarlas no dudéis en abandonarlo”. Esa frase se repitió hasta la saciedad en un curso de comunicación de un partido nacional. Y lo que hay detrás de esa frase es el único sostén ideológico aplicable a la próxima convocatoria electoral: “Confiar en los que representen nuestros ideales y si han dejado de hacerlo confiar en otros”. El fútbol es, posiblemente, el sitio donde se manifiesta incondicionalmente el amor a unos colores.

La pareja es, posiblemente, el espacio vital donde se manifiesta incondicionalmente la fidelidad y el amor a una persona. Pero fidelidad y amor eterno a un partido político solo habría de  tenerse si se cumplise la afirmación que se  decía en aquel famoso curso de comunicación de un partido nacional. ¿Se cumple? Respete usted y repita, por tanto, su voto. ¿No se cumple? Haga lo que quiera, pero hágalo. No se encoja de hombros. Lo que entedemos como un deber, por incómodo que sea, es ir a votar. ¿A quién? Ud. verá. 

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