Este texto (salvo el último párrafo que ha sido añadido hoy, salió publicado en el número 63 de LEGANEWS)
No tiene triste gracia quedarse si todas y cada una de las fiestas de Leganés de 2020 por una pandemia. Eso que recordarán generaciones posteriores del año aquel que no hubo ni Fiestas de San Fortunato, ni de San Juan, ni de Ntra. Sra. de Butarque, ni de San Nicasio. Para los menos avezados en santoral: junio, agosto y octubre. Las tres paradas en el camino que hacía la ciudad para coger fuerzas y seguir adelante el devenir cotidiano.
Tampoco es que tenga mucha gracia que llegue un verano y ninguna de las dos piscinas públicas que hay en Leganés (Carrascal y La Fortuna) abran sus puertas para el ‘refresque’ de aquellos que tienen a bien usarlas. Menos gracia tiene todavía cuando miras a las localidades de alrededor y ves que, con mayores o menores medidas, han abierto para que sus vecinos tengan donde poder combatir el verano. En realidad tiene mucha menos gracia haber perdido por el camino una piscina como Solagua para cambiar por nada. Pero eso es otro gallo que parece que solo canta cuando llegan las elecciones municipales en aquellos partidos que no son el PSOE.
No tiene triste gracia quedarse sin todas y cada una de las Fiestas de Leganés en este 2020, pero…
No se entiende demasiado que se ponga en marcha todo: los parques infantiles, mercadillos, el ocio (terrazas de bares atestatidas de gente y no todos cumpliendo con las recomendaciones sanitarias) y la cultura (Lunas del Egaleo incluidas) y que esas cosas de Festejos y piscinas hayan quedado ‘suspendidas’ por exigencias sanitarias. Es raro, la verdad.
Sin embargo, por molesto, raro y contradictorio que pueda resultar a los leganenses tener un verano tan extraño, en esta ocasión hay que acudir a uno de los refranes más populares: “Más vale prevenir que curar”. Leganés ha vivido una ‘puñalada’ en el corazón con semanas tan duras como inolvidables a consecuencia de la pandemia por el coronavirus. Y eso, condiciona.
Es una cuestión a reflexionar lo de las terrazas de los bares, los mercadillos y las concentraciones de gente en el Egaleo. Como es a considerar que en La Cubierta se puedan celebrar eventos (incluidos los taurinos) el año que se han suspendido las Fiestas. Nada es descartable.
Es raro que bares, parques, mercadillos y Egaleo estén abiertos pero estén cerradas las piscinas
Como no es descartable (desde el punto de vista administrativo es autorizable por el Ayuntamiento) que la Virgen de Butarque pudiese procesionar por las calles de la ciudad de la que es patrona en agosto. Pero eso es decisión de su Asociación y del gobierno municipal.
Lo que si es aconsejable descartar es darle facilidades a un virus que ya ha demostrado su crueldad en una ciudad con una esperanza de vida que supera los 83 años y una población de algo más de 20.000 mayores de 65 años. En esta caso, no cabe otra que prevenir, en la medida de lo posible para todo, antes que seguir curando una herida dolorosa.
Es una absoluta aberración sociológica y moral el solo planteamiento de la celebración de la macrofiesta en La Cubierta
Actualización: Este editorial estaba escrito sin conocerse la celebración de la macrofiesta del día 26J, aunque en el texto anterior ya se evidenciaba que pudiese ocurrir algo parecido. Es evidente que por muy legal que sea, por mucho sentido común que tengan los que organizan y por mucho sentido común que mantengan aquellos que acuden a una barra libre de 12 horas, es una absoluta aberración sociológica y moral el solo planteamiento de celebración de dicho evento.
Nota de la Redacción: El último párrafo de este editorial está añadido al publicado en nuestra edición de papel del jueves 9 de julio. A las 13:00 horas del jueves 16 de julio se comunica la suspensión del evento.