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Si perdemos, seguiremos siendo los mejores. Si ganamos, haremos historia”, así terminaba su arenga el capitán Mantovani en el partido que les llevaría a Primera
En la temporada 2015-16 el Leganés cumplía el sueño de todos los pepineros y conseguía un histórico ascenso a LaLiga Santander, el primero a la máxima categoría en sus 88 años de historia. El Leganés ganaba en Anduva al Mirandés por la mínima y terminaba una temporada impecable con apenas dos años de haber dejado la Segunda División B y 74 puntos a su espalda.
Los pepineros dependían de sí mismos para el ascenso, pues sólo debían ganar para ser equipo de Primera División. Si esto no ocurría, había que esperar al resultado del Nàstic, tercero a un punto, y que estos no ganasen al Alavés, que ya había logrado el ascenso en la jornada anterior pero que aún así buscaba ser campeón.
Con el apoyo de la afición quienes pudieron desplazarse hasta Miranda de Ebro, el Leganés con el técnico de ese momento Asier Garitano, formaba con: Serantes; Bustinza, Mantovani, Insua, Albizua; Sastre, Timor; Miramón, Gabriel, Szymanowski; y Rubén Peña. En la segunda mitad entrarían Alberto Martín, Asdrúbal y César Soriano.
El Mirandés, que no se jugaba nada a efectos clasificatorios, no se lo pondría nada fácil al ‘Lega’. Tras un primera parte donde tuvieron varias ocasiones de gol, se fueron al descanso sin marcar. Sería en el minuto 47’ cuando Timor botaba un córner desde la izquierda del ataque y Pablo Insua, de cabeza, quien abriría las puertas de Primera para delirio de los 200 aficionados desplazados y de toda una ciudad.
En los minutos restantes el Leganés trató de aguantar el resultado, consciente de que el Nàstic se había adelantado al Alavés. El tiempo se consumía y la posesión en Anduva ya no era solo de un equipo, el Mirandés buscaba el empate.
Ocón Arráiz pitaba el final y Leganés estallaba, era equipo de Primera División. La gente salió a las calles a celebrarlo y muchos se dirigieron a la Fuente Honda donde los jugadores llegaron de madrugada para celebrarlo con toda la afición.
Dimisión de Pellegrino y llegada de Luis Cembranos
Tras la marcha de Asier Garitano, técnico que llevó a la máxima categoría al Leganés, llegaba Mauricio Pellegrino, se trataba de una nueva era y cambios en el cuerpo técnico. El argentino tardó en dar forma al equipo hasta que un triunfo contra el Barça cambio la dinámica. Las primeras órdenes que dio el nuevo entrenador era conseguir la cesión de dos futbolistas del Real Madrid con los que ya había coincidido en su anterior etapa al frente del Deportivo Alavés, Marcos Llorente y Theo Hernández, quienes en ese entonces no tenían sitio en su equipo y a los que se les buscaba una salida.
Además, surgió la implantación de una nutricionista, figura hasta el momento inexistente, Bárbara Sánchez fue quien desempeñaría esa función, especialista de élite en nutrición deportiva y, además, con linaje pepinero, pues era la hija de Luis Sánchez Duque, el tercer entrenador que más partidos oficiales ha dirigido en la historia del club con 130 encuentros por detrás de Luis Ángel Duque (300) y Asier Garitano (222), quien opinaba que la figura de un nutricionista en el equipo no era necesaria, “no creo mucho en eso; creo, además, que en Primera el jugador que es de élite, que quiere quedarse en Primera, individualmente ya tienen esas figuras. Nosotros vamos a seguir con nuestra idea. Cuando estás en la élite no vale con venir, hacer los 90 minutos de entreno y que te digan que tienes que comer no sé qué. Hace falta más. Y eso está en la mentalidad de cada uno. Tú puedes guiarle. Pero el resto lo debe poner él”, explicaba Garitano.
En el cuerpo técnico continuaron los responsables del departamento médico de años anteriores y llegaron junto al argentino, el valenciano Xavier Tamarit, su segundo desde hace años, y el también argentino Carlos Compagnucci, asistente de campo del ‘Flaco’.
La campaña liguera de Pellegrino arrancó de manera positiva con 20 puntos conseguidos de 27 posibles, y victorias ante equipos de la talla del Sevilla o Athletic. Ese rendimiento hizo que se mantuviera la confianza en el ‘Flaco’, pero en la temporada 2019-20 todo cambiaría con un inicio de nueve derrotas consecutivas y alguna decisión arbitral que poco favoreció al equipo. Pellegrino dimitió tras un año y medio dejando al equipo en la última posición de la tabla y siendo consciente de que la directiva contaba con él, el argentino se marchó por voluntad propia y sin cobrar su finiquito.
Tras la salida del argentino llegaría Luis Cembranos, con un debut perfecto y la primera victoria ante el Mallorca (1-0). El cambio de dinámica que provocó su llegada hizo pensar en por qué no apostar por su trabajo de cara al largo plazo, pero los resultados venideros terminaron de truncar esta primera etapa y dejó su sitio a Javier Aguirre.
Las consecuencias del mercado invernal y un parón imprevisible
Con el equipo ya adaptado a las órdenes del mexicano y con mejores resultados, llegó el mercado invernal y con él varias salidas importantes en el equipo. La salida de Braithwaite y Youssef En-Nesyri, dos de sus grandes jugadores, el Leganés perdía más de la mitad de sus goles, entre ambos consiguieron anotar 10 de los 18 goles del equipo menos realizador de la LaLiga Santander, lo que les condenaba a una de las tres plazas del descenso que compartiría junto a el Espanyol y el Mallorca.
En-Nesyri quien se marcharía al Sevilla sumaba cuatro goles y Braithwaite quien escogió al Barça como destino sumaba seis goles más, lo que resultaba algo más del 55% de los tantos del Leganés hasta ese momento. La alternativa al marroquí fue el retorno de Miguel Ángel Guerrero y Roger Assalé, en cuanto al danés, no hubo apenas tiempo de reacción pues su salida se produjo fuera de mercado tras una lesión del futbolista azulgrana Luis Suárez.
Con humor expresaba su queja el mexicano Aguirre: “creo que nos chingaron, como se dice en México. Tú no te imaginas que yendo en último lugar nos zumben a dos jugadores, así, pum, ventilao”.
Sin estos dos jugadores el ‘Lega’ tuvo que continuar la temporada donde la falta de gol comenzó a suponer gran preocupación, sin embargo, el centrocampista Óscar Rodríguez parecía paliar esos problemas y cuando se empezaba a ver la luz y aumentar la confianza en quedarse en Primera, llegó el parón competitivo por la crisis sanitaria del Covid-19.
Descenso tras cuatro años en Primera
La vuelta tras el parón trajo consigo más lesiones de las que se esperaba, y los jugadores dieron todo de sí hasta el final pero no fue suficiente, un empate contra el campeón de liga les hacía equipo de Segunda División.
El Leganés comienza ahora un nuevo proyecto desde un punto de partida que es desconocido para todos y sin Javier Aguirre, cuentan con poco tiempo y el equipo deberá invertir bien sus ingresos en crear un vestuario firme a base de hombres capaces de cumplir con los objetivos y aspiraciones propuestas para que el futuro sea mejor que el final de temporada.