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Oksana (La Fortuna) vivía sola, ahora son siete; Oksana (San Nicasio) llegó con su marido y sus dos hijos a casa de su madre
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Camino de cinco meses de invasión rusa en Ucrania. Los refugiados que llegaron a Leganés a vivir con sus familiares han cambiado sustancialmente su modelo de vida
Por encima de todo, y sin duda alguna, abrieron las puertas de sus casas a sus hijos, sus nueras, sus nietas. Hace menos de medio año vivían en unas casas en las que los habitantes han crecido, en algunos casos hasta multiplicarse por cuatro. La Asociación ‘Manos Solidarias en Zarzaquemada’, por derivación del área de Servicios Sociales, trabaja con alrededor de una decena de familias ucranianas residentes en Leganés que antes no necesitaban ayuda y ahora se les ha convertido “en algo imprescindible”.
Este reportaje es el cara a cara entre el cambio de vida de dos mujeres que comparte nacionalidad (ucraniana) y nombre (Oksana), pero cuyas vidas la invasión rusa ha cambiado e igualado, en lo malo. La primera lleva en España desde 1.999. Vive en La Fortuna y vivía sola en su casa. La segunda, llegó a Leganés el 16 de marzo de 2022. La primera Oksana ha acogido en su casa a siete personas. La segunda ha llegado a casa de su madre (en San Nicasio) con su marido y dos hijos, la niña mayor con una discapacidad física. Sus vidas y las vidas de sus familiares han dado un vuelco.
OKSANA (LA FORTUNA) HA PASADO DE VIVIR SOLA A TENER A SIETE PERSONAS (CUATRO NIÑOS) MÁS EN SU CASA
Benito Carrascosa, máximo responsable de la asociación, se puso al servicio, otra vez, de la necesidad “pero para nosotros acoger no es darles una bolsa de alimentos”, fiel a su filosofía defiende que es “acoger, ayudar, compartir, escuchar…”.
Oksana (La Fortuna), enfermera de profesión vivía sola. Ahora son siete, entre ellos cuatro niños, de los que una niña ha nacido después de llegar y su nieta Anna vio la luz en España. El propietario del piso en el que vive del alquiler fue el primero que le dijo que trajese a su familia. “Llegaron un jueves y el viernes fui a la parroquia del barrio”.
Oksana (San Nicasio) llegó acompañada de su marido y sus dos hijos. La niña mayor de 10 años tiene una discapacidad que le obliga a moverse con muletas o en silla de ruedas. Encontrar colegio fue más complicado. “Al final está contenta en el Miguel Delibes. Y el pequeño va al mismo colegio”. Pero su llegada fue por obligación. “Le dije a mi madre que no quería venir, que tenía que dejar todo. Allí tenía todo. Mi marido me cogió y me dijo ‘Nos vamos'”. Y llegaron en la ‘caravana’ de AFE y Bomberos Solidarios que tanto apoyo encontró en el AMPA del colegio en el que hoy estudian sus hijos.
OKSANA (SAN NICASIO) LLEGÓ, CON SU MARIDO Y DOS HIJOS, A LA CASA DE SU MADRE EN SAN NICASIO
Benito recuerda que “lo que siempre les hemos propuesto es que se integren en la vida de Leganés y para ello les hemos ofrecido diversas alternativas de ocio y culturales”.
Las dos mujeres ucranianas asienten cuando Carrascosa asegura que “lo que hemos intentado es formar un gran grupo para que se sientan aquí como una gran familia”. Las dos ‘Oksanas’ relatan como ha sido la diferente adaptación de sus nietos y sus hijos, como algunos de ellos aún no han superado aún la marcha obligada de su país, de su colegio.
Las lagrimas aparecen en los ojos de Oksana (San Nicasio) cuando intenta ponerle palabras a la situación de rebeldía que está viviendo su hijo, negándose incluso a hablar en español. Sus lágrimas aparecen antes que sus palabras llenas del dolor.
Oksana (La Fortuna) resume el cambio de vida al explicar que “en 23 años que llevo en España nunca he pedido ayuda. Luchando para trabajar, trabajar y trabajar…”. Oksana (San Nicasio) explica que su marido (carpintero) está trabajando desde el día que llego pero… Sus ojos buscan, con lágrimas, en su memoria su país, su casa, sus perros, su gato… Su vida. Solo, su vida.