Si usted es de los lectores que tiene a bien pararse a leer este editorial, habrá observado en los últimos meses que nos acercamos, con relativa asiduidad, a letras clásicas de obras literarias o canciones de artistas españoles para dar el paso a la parte en la que nuestro medio toma posición con respecto, generalmente, a la actualidad y, particularmente, a la actualidad política. Como nos ha gustado la forma, en este caso no va a ser menos, pero sí más corto.
“Cada loco con su tema, contra gustos no hay disputas. Artefactos, bestias, hombres y mujeres. Cada uno es como es, cada quién es cada cual y baja las escaleras como quiere”. Así arranca la letra de la canción ‘Cada loco con su tema’ de Joan Manuel Serrat. Llevamos algo menos de dos meses de nuevo gobierno (en minoría) en la ciudad. Dos partidos frente a cuatro. Doce concejales frente a quince. Salvo que, como dirían los tripulantes de una embarcación, haya una rolada de viento, la sensación que dejan estas primeras semanas es que van a navegar con el viento de cara.
Algo menos de dos meses de mandato: un gobierno de dos partidos frente a cuatro; de 12 ediles frente a 15
Una expresión que por mucha connotación positiva que pueda tener y por muy fea que sea la contraria (el viento de culo) siempre es mejor que el dios Eolo ayude empujando que frenando. Y en esas parece que vamos a estar en el Ayuntamiento, al menos en las cosas importantes. En el día a día la legislación les permite moverse. En lo ‘gordo’… Con las Matemáticas se van a ir dando topetazos.
En este momento, aunque en política todo se reconduce, el margen de maniobra del gobierno local no parece muy ancho. Y no porque ellos no quieran sino porque la realidad es la que es. Eso termina derivando en tener la necesidad de escuchar a todas las partes para intentar descifrar quien tiene razón en depende qué polémicas. Y eso, a los menos avezados en la política local, que son muchos más que los más avezados, acaba generándoles un cortocircuito. La reacción posterior es la que se deriva de que lo que les importaba poco pasa a importarles bastante menos que poco.
Las relaciones actuales entre algunos políticos locales están tan viciadas que se acercan mucho a la ruptura
A los que les importa algo, su interés se convierte en preocupación al ver que siempre hay excusas en la boca de todos. Y la generación de hierro y la de cristal lo que menos necesitan son excusas. Obras son amores y no buenas razones.
Produce bastante envidia escuchar a históricos políticos de Leganés referirse con cariño y admiración a los que un día fueron sus adversarios. Recordar con ellos como algunos de ellos, ya fallecidos (QEPD), aportaban desde la oposición en la construcción de la ciudad que hoy conocemos. Las relaciones entre algunos de los actuales políticos locales están tan viciadas que se acercan mucho a la ruptura… Y los perjudicados somos, desgraciadamente, todos los demás.
