Jacinto es uno de los principales artífices del triunfo y el desarrollo del baloncesto en Leganés. Tras diez años al frente del club, su gestión, su filosofía y su forma de entender este deporte es lo que ha llevado al Baloncesto Leganés a situarse en uno de los máximos exponentes del deporte local.
Los clubes se mantienen, y sobre todo en el caso de equipos de dimensiones pequeñas, por voluntades y esfuerzos personales, y eso es algo que no se le puede reprochar a Jacinto, quién desde el año 2006 se encarga de escoltar a la entidad deportiva hasta su éxito.
Grandes diferencias con el fútbol
Para el presidente no es fácil mantenerse “arriba” siendo baloncesto, “esto no es fútbol, que ellos tiene un beneficio económico bastante grande, nosotros no. Nosotros nos mantenemos con la ilusión y con un gran sacrificio deportivo”.
Jacinto hizo una fuerte apuesta por el área deportiva femenina puesto que pensaba que “le debemos algo al deporte femenino y desde el Baloncesto Leganés haremos todo lo que esté en nuestras manos para dárselo”.
“Esto no es fútbol, nosotros nos mantenemos con la ilusión y un gran sacrificio deportivo; nosotros no tenemos el beneficio económico de ellos”
Un proyecto que lleva diez años en marcha, pero que tras un comienzo difícil, los últimos años han conseguido ascender a LF2, y disputar varias fases de ascenso hacia LF1. La oportunidad la clara fue hace dos temporadas dónde llegaron a la final del clasificatorio pero un triple, que no entraba con la bocina de fondo dejaba otro año más en la 2ª categoría.
Tras diez años de historia, los retos van aumentando y para el presidente este año lo tiene claro, “lo más importante es consolidar la estructura. Intentar atender a todas las personas que forman el club. Queremos volver al contacto más personal, que es el modelo que nos llevo a dónde estamos hoy.”
El sueño del ascenso
En cuanto a lo deportivo siguen manteniendo los mismo patrones, apoyar las categorías inferiores y seguir creciendo con ellas, y un gran apoyo al femenino, con el objetivo principal de subir a la máxima categoría del baloncesto femenino: la LF1.
Para el presidente ya es un objetivo personal, “son diez años trabajando para ello y por ahora me quedan fuerzas. Este año, hemos renovado la plantilla al completo. Solo falta que se conozcan bien. Hay plena confianza en el entrenador y puede que este sea el año con el que todos llevamos soñando desde 2006”.