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Jimmy Brody, el comodín de Leganés, un pregonero de corazón… muy pepinero

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  • Después de dos años de apostar por el deporte y, en concreto, por el CD Leganés, cambio de rumbo en el pregón

  • Se celebrará el martes 12 a las 21:00 en la Plaza de España

El Gobierno de Leganés se desmarca, después de dos años, de los pregoneros vinculados al mundo del deporte y ha decidido, con el visto bueno del interesado, que el pregonero de las Fiestas de Butarque sea Jimmy Brody. Tras los pregones de Martín Mantovani (2023) y de Sergio González y Borja Jiménez (2024), uno de los personajes más populares y entrañables del municipio, conocido por muchísimas personas,  especialmente las que hacen vida en nuestra ciudad toma el relevo a la hora de asumir la responsabilidad del pregón que oficialmente de inicio a las Fiestas en honor de Nuestra Señora de Butarque. La decisión ha sido especialmente aplaudida por la sociedad civil de la ciudad que en las diferentes redes sociales ha mostrado su agrado por la decisión tomada desde el consistorio leganense. Dicha decisión va en consonancia con poner en valor a personajes locales destacados.

El alcalde, Miguel Ángel Recuenco, indicó en un artículo publicado en ‘La Razón’ que era “un acto de justicia pero, sobre todo, de gratitud. Representa lo mejor de esta ciudad, el compromiso y la entrega”.

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Su vida

Un niño crecido en un barrio marginal de Palma de Mallorca. Delincuencia, drogas y prostitución en el mismo entorno para un niño no era el mejor de los escenarios. Un padre teniente de aviación que falleció en Vietnam y una confusión infantil entre delinquir y subsistir. Lo que para la Policía era lo primero, para Jimmy era lo segundo. De niño le llegaban a usar para colarle por las ventanas de un bar y allí se quedaba dentro mientras huían sus ‘compañeros’ y llegaba la Policía.

Con menos de 10 años vivió esas experiencias que un niño no debería vivir nunca. Presenció un asesinato a punto de pistola y descubrió lo que era despertar en una comisaría. Todo estaba en contra, tenía toda la predisposición social para convertirse en un delincuente. No podía salir ni del barrio, ni de la isla. Vivía en una cárcel, la calle.

En uno de aquellos centros cerrados su bondad innata afloró. Cuando llegaban los carnavales se metía en la lavandería y los disfrazaba a todos, les contaba cuentos a los más pequeños y con 10 años presentó su primer festival de fin de curso. Llegó incluso a presentarse a un concurso de cante en el que le dieron el premio a la simpatía, lo del cante no iba con él, y apareció en la contraportada de un periódico local… ¡En lugar del ganador!

Un juez de menores, Tomás Merín Cañada, se dio cuenta de que detrás de aquel pequeño aspirante forzado a delincuente había algo más, había mucho más. Leyó con atención los informes del director de aquel centro cerrado en el que asomaban más cosas buenas que malas. Ese juez conocía al Tío Alberto y la vida de Jimmy cambió para siempre.

Salió de Palma y llegó a la CEMU y a Leganés. La historia le tenía reservada unas páginas muy diferentes a las que vivió al principio de su vida. Con 12 años se convirtió, según sus propias palabras, “en el único negrito que había en Leganés”, además de alguna familia que habitaba en Zarzaquemada.

Además de la CEMU, Leganés empezó a ofrecerle oportunidades y él a devolvérsela a la ciudad. Vio ‘pinchar’ a un amigo y le pidió que le enseñara. Se estrenó en el histórico ‘Pirola’. Comenzó su amor por la fotografía comenzó como modelo, pero luego llegó su primera cámara ‘pequeñita’. Presentador de festivales, exjugador de fútbol, cocinero, entrevistador en una radio local de Osa, Trobiani… Disfrutaba tanto pinchando que llegó a decirle a su jefe que le quería pagar por hacerlo.

“Amo Leganés, no me veo viviendo en otro sitio”. Y no será que no ha tenido ocasiones. La historia de Jimmy no existiría sin Leganés… Pero Leganés sería otro sin Jimmy.

Una historia de superación trasplantada a Leganés

Jimmy era un niño cuando llegó a la CEMU. Llegó de una zona conflictiva de Palma de Mallorca y encontró el cobijo necesario para ir evolucionando hasta convertirse en la persona que es hoy. Uno de los tipos más populares de Leganés, a lo que a contribuido, sin duda, su colaboración anual en la organización de la Cabalgata de Reyes. Modelo, DJ, fotógrafo… Pero por encima de todo y de cualquier cosa, buena persona. Un pregonero muy local que representa, en gran medida, los valores trasladados habitualmente por la sociedad leganense: humildad, generosidad, bondad y esfuerzo.

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