El pasado 31 de diciembre China daba la primera alerta sobre el COVID-19. Advertía que en Wuhan, zona 0 de la pandemia, se estaban dando los primeros casos de neumonía de origen desconocido. El resto, es historia conocida. Desde entonces, algunos países con más o menos acierto comenzaron a reaccionar y a tomar medidas para intentar controlar la pandemia e intentar que el impacto social y económico fuera el menor posible.
A nuestro país llegaría un martes 25 de febrero, pero ¿Cómo reaccionaron los países que cuentan con las mejores cifras en la lucha contra el COVID-19? ¿Qué tiene en común? Pues será causalidad o casualidad pero todos ellos tienen a mujeres al frente de sus gobiernos.
Alemania
El 18 de Marzo Ángela Merkel, la Canciller alemana, daba un discurso a su país que apelaba por la unión y la solidaridad de su ciudadanía, “creo firmemente que tendremos éxito en esta tarea si realmente todos los ciudadanos la ven como su tarea. Así que déjenme decir que esto es serio. Tómenlo en serio también. Desde la reunificación alemana, no, desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido un desafía para nuestro país que dependa tanto de nuestra solidaridad.”
De tal manera formó un gobierno parelelo con los Länder, es decir, los 16 estados federados que conforman el país alemán, “quiero decirles lo que a mi me guía, como Canciller, y a todos mis compañeros de Gobierno Federal en esta situación. Esto es parte de una democracia abierta; transparentar las decisiones políticas y explicarlas. Que justifiquemos y comuniquemos nuestras acciones de la mejor manera posible para que sean comprensibles.”
En el momento de elaborar este reportaje Alemania cuenta con 166.199 casos confirmados y 6.993 fallecidos por COVID-19, con una población de 83.000.000 de habitantes.
Nueva Zelanda
Este pequeño país de casi 5.000.000 de habitantes está considerado como el país más exitoso del mundo contra el COVID-19. La primera ministra Jacinda Ardern tomo la decisión de reaccionar lo más rápido cuando solo tenían 6 casos en todo el país y cero fallecidos. Declaró el confinamiento voluntario a toda su población y cerraron fronteras en todo el país. A día de hoy, dan por eliminado los contagios comunitarios, por lo que la primera ministra da por ganada la batalla al COVID-19, “hemos ganado esta batalla. No hay trasmisión comunitaria generalizada no detectada.”
Taiwan
Es un pequeño estado insular a 180km de China tiene una población de casi 24.000.000 de habitantes. Es un ejemplo a seguir en cuanto a medidas de prevención y de actuación contra el COVID-19. Cuando comenzó la crisis sanitaria en enero de 2020.
Su presidenta Tsai Ing-wen ha sido alabada por el mundo entero debido a la rapidez con la que reaccionó para contener el virus y proteger a su población. Cuando comenzó la crisis sanitaria Taiwan comenzó a tomar medidas, con un total de 124 medidas en enero. Entre las que se encontraban el uso del Big Data, esto permitió al gobierno de Taiwan combinar los datos de su sistema sanitario con los datos de los departamentos de inmigración y aduanas. Se creó una gran base de datos que sirvió para identificar casos de riesgo. Esto permitió poder realizar test de una manera mucho más directa. A mediados de enero se realizaban 380 pruebas diarias y a día de hoy se realizan cerca de 3.000. Además de una producción masiva de mascarillas, en torno a los 2.000.000 diarias.
Islandia
Una pequeña isla nórdica de poco más de 360.000 habitantes. Desde que diera comienza la pandemia provocada por el COVID-19 Islandia ha sido un referente en la realización de test en proporción a su población.
La primera ministra Katrín Jakobsdóttir llevó a acabo la realización de los test un mes antes de tener el primer caso confirmado en su pequeño país. Este programa de detección fue lanzado el pasado 31 de enero. Además se ha llevado a acabo un confinamiento selectivo. Es decir, se ha hecho un confinamiento obligatorio para las personas en riesgo y voluntario para el resto.
A día de hoy se le han realizado test al 10% de la población islandesa. Este proceso se llevo a cabo en dos fases. La primera de ellas fue dirigida a personas sintomáticas y a los viajeros que regresaban de zonas de riesgo. Cerca del 14% de personas a las cuales se les realizó el test dieron positivo. La segunda fase se realizó a partir del 13 de marzo dirigida al resto de la población, para asintomáticos y para aquellos que no estuvieran en cuarentena. El porcentaje de casos positivos fue inferior al 1%.
Finlandia y Noruega
Ambos países supieron reaccionar bastante rápido ante el COVID-19. De la mano de sus primeras ministras, Sanna Marin y Eerna Solberg, Finlandia y Noruega respectivamente.
Finlandia, un país de casi 6.000.000 de habitantes, usó las RRSS de las personas más destacadas del país para trasmitir su mensaje frente a la pandemia y que así pudiera llegar a todo el mundo y concienciar a su población que tendrían que hacer un confinamiento.
En el caso de Noruega, siguieron las mismas pautas. Llevaron a cabo un confinamiento temprano y concienciaron a la población de la gravedad del asunto antes de que todo se descontrolara. La primera ministra, Earna Solberg, se dirigió a los niños para así concienciar a toda la población. Además su gobierno lanzó una app para rastrear contacto con positivos que surtió mucho efecto a la hora de contener el virus.
Dinamarca
Su primera ministra Mette Frederiksen tomó medidas muy rápidas entre las que se encuentran el confinamiento selectivo, la realización de test masivos y un seguimiento de los casos activos por COVID-19. Esto le ha permito ser al país una de las excepciones dentro de Europa. Un país que tiene una población de poco más de 5.000.000 de habitantes.
El 13 de marzo el país escandinavo decidió cerrar todas sus fronteras. A lo que hay que sumarle que cuenta con una de las poblaciones más disciplinadas. Ya que cuando se planteó el confinamiento selectivo, parte de la población ya lo había comenzado a hacer de una manera voluntaria para proteger la salud de todos.