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El Partido Popular y Podemos celebran actos para conseguir el voto leganense en las elecciones europeas del 9 de junio
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Estará presente la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra, y la candidata principal de Podemos, Irene Montero
Discursivamente, los partidos españoles (y los europeos, y los de todas las democracias del mundo) alegan ser profundamente distintos unos de los otros. En la realidad, todos manejan el mismo “modus operandi” de persuasión mediante la exposición pasional de promesas. La fórmula precede a la misma ideología.
La práctica predilecta de la democracia
Hoy, Leganés va a presenciar un entrecruzamiento indirecto de narrativas que buscan instaurar la misma idea: deberían votarnos porque somos el lado bueno de la historia. Hoy, todos se acercan familiarmente al votante indeciso y de ambigüedad partidaria; es el que importa, el que puede mutar según evalúa cuál partido le vendió mejor la idea.
Dicho votante podrá ir esta tarde de compras, todos están de promoción. Puede pasarse por la “Mesa Informativa” de Vox a las 18:00 en la Calle Muñoz. Media hora después, puede desplazarse hacia la Plaza de España para escuchar el acto del Partido Popular, donde estará la secretaria general, María Concepción Gamarra, el alcalde de Leganés, Miguel Ángel Recuenco, y Pilar del Castillo (candidata en estas elecciones).
Finalmente, puede terminar en la Plaza Policía Nacional para conocer el relato que propone Podemos, que arranca a las 19:00, de la mano de su secretaria general, Ione Belarra, y su principal candidata, Irene Montero.
Inducir al voto no es una práctica inmoral (máximo sería amoral, desvergonzada). Es una práctica de la democracia, el menos malo de los sistemas.
Según Parménides -uno de los que idearon dicho sistema-, debe haber una forma de materializar los estados cambiantes de opinión en una población, y esa forma es el enfrentamiento de discursos. Es, pues, la retórica y la capacidad de convencimiento, lo que produce consenso y eventual organización social.
Según Heráclito, la confluencia de los opuestos es intrínseca a toda realidad, y ese todo incluye a la política. Hay que palpar, sentir el dictamen ciudadano sobre las visiones profesadas. Luego, contabilizar las opiniones en favor y en contra, y así, determinar cuál visión tiene el temporal derecho de volverse verdad. Dice una frase popular griega: “cuenta las lanzas detrás de cada orador para evitar la guerra”.
Breves apuntes europarlamentarios
En las elecciones europeas de 2014, España tuvo un 43% de participación. En 2019, se elevó al 60%. Parecida la dinámica en Leganés, donde hubo un 48% de participación en 2014, y un 65% en 2019. En estas elecciones, las primeras después de la pandemia, la expectativa de votación es incluso más alta.
Según el último Eurobarómetro, el interés por votar en 2024 es de un 70%. Más gente atenderá a las urnas, y los políticos lo saben. También saben que es una elección de particular importancia.
Si en el 2019, la novedad fue el fin del bipartidismo en Bruselas (con la irrupción de los verdes y los liberales), el 2024 puede suponer una atomización multipartidista (con el previsible aumento de eurodiputados desde las coaliciones ID y ECR, lideradas por Le Pen y Meloni, respectivamente).
Las candidatas que vienen a pedir su voto, Pilar Del Castillo e Irene Montero, ya están haciendo circular intensamente sus posiciones. Estos últimos días, Del Castillo estuvo en “20 minutos” y en la Fundación Conama, debatiendo propuestas con otros candidatos.
Su principal mensaje fue el siguiente: hay un retroceso en el Estado de Derecho, y parte del retroceso, tiene que ver con la ley de amnistía, la cual debe condenarse a nivel europeo. En cuanto a política exterior, hace hincapié en la competencia comercial desde China e India para con la Unión Europea. También, señala que el reciente reconocimiento a Palestina desde el gobierno español es un acto apresurado y unilateral.
Por su lado, Irene Montero estuvo ayer en Palma, en un mitin para conseguir apoyo. Se volcó en contra de los “fondos buitre” que adquieren departamentos de forma masiva para el turismo. Por otro lado, al hablar de política exterior, señaló que las guerras son una excusa para generar políticas de recorte y austeridad. Asimismo, alegó que debería condenarse a Israel con la misma intensidad que se tiene para con Rusia.
Hoy, ninguna se verá las caras, pero sus relatos sí se van a encontrar en el inconsciente colectivo del leganense, quien después juzgará cuál fue la narrativa mejor contada.