AYUNTAMIENTO OPINIÓN

Editorial 15: Chapuzas a domicilio

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El refranero popular es esa caja de sabiduría gratuita que, de generación en generación, ha llegado a nuestros días para entendimiento de los que quieren aprender y desgracia de los que ni saben, ni quieren. “El ojo del amo engorda el ganado” o “el que tiene peones y no los ve, se queda en calzones y no lo cree”. Los dos dichos populares se refieren a que los asuntos de uno ha de mirarlos uno mismo y no ponerlos en manos de ajenos.

La reforma del Pabellón Manuel Cadenas, a estas alturas debería estar firmándose el acta de entrega de la instalación completamente reformada, es un episodio inesperado en este periplo político del “mandato Llorente”. El tiempo esclarecerá si hay responsabilidad política, responsabilidad empresarial o ambas.

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La paralización de la obra del Cadenas a 15 días de tener que entregarla es cuanto menos sorprendente

De retorno al refranero, lo que sin duda si hay, es desidia de ese amo que no ha sabido ponerle un ojo al ganado para que engorde. Cuando los meses pasaban y no se hacía nada (en LEGANEWS lo denunciamos en agosto, con tiempo) era el momento de vigilar lo que solo vigilaba un vigilante de una empresa de vigilancia. Era el tiempo de ir avisando a los que iban dejando pasar el tiempo haciendo lo justo e imprescindible para parecer que se hacía algo. No parece muy ético que a 15 días de tener que entregar la obra acabada se saque una empresa de la manga unas “graves patologías constructivas (…) que comprometen la estabilidad y seguridad del edificio”.

¿Por qué no está apuntalado el edificio? ¿Por qué los políticos del Ayuntamiento han estado casi un mes sin dar explicaciones? ¿Por qué se consiente de forma unilateral la paralización de una obra a sabiendas de que no se puede?

La empresa alega graves patologías que deberían haber sido detectadas al principio de la reforma

El Ayuntamiento dice que ha hecho lo que debía: pagar las certificaciones de obra de una empresa muy habitual en la obra pública (demasiado para algunos) y, según dicen ‘off the record’ han instado a la empresa a que reanude la obra. Sin embargo se ha dejado a los pies de los caballos a toda una colección de técnicos que durante años nadie había visto esas patologías… Perdón, que dice la empresa que estaban ocultas. ¿Y los técnicos que dicen?

El arquitecto que hizo el proyecto asegura que hizo lo que le pidieron; la anterior concejal de obras dice que con ella esto no hubiese pasado… Y ¿qué ha dicho el gobierno? En el momento de cerrar esta edición han dicho… NADA. Bueno sí, que el Outlet de las goteras convertidas en cataratas e inundaciones fue un éxito (concejal de comercio dixit). Entonces está todo mucho más claro.

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