En los colegios de Leganés debe haber alguna asignatura desconocida que consiste en “sacarle punta a cualquier lápiz” o “cómo ser un quisquilla y no morir en el intento”. Un internista del hospital Severo Ocha dijo durante años que tenía la sensación de que esta ciudad vivía permanente enfadada. Y algo, o mucho, de razón tenía este especialista médico.
Leganés ha sido el ejemplo paradigmático de la protesta social, de la protesta vecinal, de la protesta política, de la protesta de las AMPAS, de la protesta de los trabajadores, de la protesta de los empresarios, de la protesta de los futbolistas (poniéndose de rodillas). A fin de cuentas, de la protesta. Y no por tanto protestar amanece más temprano.
Leganés es el ejemplo de la protesta social, laboral, AMPAS… Hasta los futbolistas se pusieron de rodillas
Más allá de la energía que se va en tanta protesta y no en la búsqueda de soluciones, cualquier excusa es buena para organizar un encuentro de protestantes (nada que ver con Martín Lutero, a su vez nada que ver con Luther King, a su vez nada que ver con Burger King, a su vez nada que ver con Burger Robers… Y así hasta el infinito). Es muy fácil protestar.
Un debate político sin más trascendencia que un salón de Plenos (es decir aquello que no ve nadie porque a los que le interesan están casi todos dentro y a los que les interesa de fuera es porque han estado dentro alguna vez), salta al lenguaje de la calle como “la guerra civil”.
La decisión de nombrar alcaldesa honoraria de Leganés a la ‘Virgen de Butarque’ sube a la boca de muchos el agrio que llevan en las tripas. Y como protestar en esta ciudad es ‘asignatura curricular’, pues a quejarse amargamente de lo que dicen unos y otros. Eso sí, sin pensar si quiera, no vaya a ser que tengan razón los dos.
Las cosas más normales
Es de lo más normal del mundo que un laico – Leganemos, IUCM – (comunista o no) no entienda que se le dé una distinción a una Virgen, por muy patrona de la ciudad que sea y haga 900 años de su aparición.
Nombrar alcaldesa honoraria a la Virgen sube a la boca de algunos el agrio que llevan en las tripas”
Como es de lo más normal que los que procesionan detrás de ella, se entiende que más por devoción que por compromiso (ULEG, PP, C’s) lo defiendan y voten que sí. Pero es que hasta es normal que el PSOE se ponga en tierra de nadie, ni a favor ni en contra.
Sin embargo en lugar de entender que todo es normal, alguien en la calle te dice asombrada: “se ha montado una guerra civil en el Pleno por lo de la Virgen”. Pues no señora, no. Ni se montó una guerra civil, ni nada parecido. Eso sí discutir por esto con dinero público de por medio no tiene precio. Es que en Leganés, le sacamos punto a cualquier lápiz. Lo aprendemos de pequeños.