Esa frase afirmativa, rotunda y reiterativa que ilustra este editorial fue pronunciada por un ilustrado edil pepinero en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Leganés. Desde el espacio dedicado al público se preguntaba al citado concejal si estaba llamando idiotas a parte del público. Ni corto ni perezoso, seguramente queriendo responder a otra persona, contestó, alto y claro: ¡Sí, claro que sí! Y se quedo tan pancho recibiendo todo tipo de improperios desde esa minigrada que tiene el salón de Plenos del Ayuntamiento de Leganés.
Esa anécdota, casi chascarillo, refleja la dura realidad de lo que ocurre en la política leganense desde hace tiempo: las cosas parecen una cosa y acaban siendo una cosa, otra cosa, aquella cosa o cualquier cosa. En este número de LEGANEWS le invitamos a recorrer una realidad, que roza y en algún caso es literal, virtual.
La política en Leganés parece una cosa y acaba siendo una cosa, otra cosa o la contraria de la prirmera cosa
La realidad de una ciudad despreocupada hasta niveles de desgana con sus políticos pero que brama porque los nuevos contenedores de recogida de basura que les han puesto no tienen pie (y es que alguien se le olvido ponerlo en un pliego de condiciones o supuso que no era necesario).
La política es así
La triste realidad es que no está. ¿De quién es la culpa? Pues entre todos la mataron y ella sola se murió. De los que estuvieron y no lo vieron, de los que están y cuando renunciaron a casi 3.000 contenedores no eligieron pedal a empleados para los jueves (por ejemplo), pero siempre quedará algún funcionario ‘olvidadizo’ al que algún político, en público o en privado, pueda echarle la culpa. La política tiene estas cosas y en ‘Pepinoland’ más aún.
Como podrán entender una votación en la que dos políticos de esta ciudad votaban a favor de la transmisión de un edificio a una empresa, mientras otro se abstenía y un cuarto (que ya no es concejal) decía que nones porque no tenía claro lo que había. O sí lo tenía y por eso decidió votar que no, sospechaba que meses después iban los inquilinos a la calle.
Un exvecino no fue suficientemente inteligente para medir las emociones de un compañero que está en la cárcel
Intentamos además ponerle algo de luz para entender el conflicto latente que tienen en la Escuela – Conservatorio Manuel Rodríguez Sales. Hables con quien hables la culpa es de otro: la oposición (que fue gobierno), al gobierno (que fue oposición), el gobierno a la Comunidad, los padres al gobierno y así sucesivamente hasta llegar a los alumnos que preguntan, hombros arriba: “¿Y qué hay de lo nuestro? ¿La formación, el examen?”.
Vecinos que triunfan
Nuestra satisfacción por poder contarle las historias de dos vecinos de Leganés que triunfan. Sí, en esta ciudad hay ganadores. Uno, en Arabia Saudí como entrenador de fútbol. El otro, en la tele, en un concurso de los de audiencia millonaria. Da gusto ver como hay vida mucho más allá de la política y de la Plaza Mayor. Y la historia de un exvecino, que era alcalde y al que un día decidieron que no fuera candidato. Le dijeron que no tenía inteligencia emocional. Era verdad, no fue lo suficientemente inteligente como para calcular las emociones de un compañero que está en la cárcel.