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El Lega llegó a mandar tres balones al travesaño durante la primer mitad
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El 1-0 llegó después de una larguísima comprobación por parte del VAR que duró cinco minutos
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El gol arlequinado llegó después de cinco minutos de comprobación del VAR a lo que se sumó una lesión del colegiado que acabó con el ritmo pepinero
45 minutos repletos de ocasiones y 45 minutos en los que no fue capaz de sobreponerse al desconcierto de dos parones. El del gol que el VAR tardó cinco minutos en dar por bueno y al de los dos parones del árbitro hasta que pidió el cambio. Aún así el Lega pagó muy caro las dos caras tan dispares que exhibió durante el partido. Un primer tiempo de dominio y sin gol; y una segunda mitad sin dominio y con gol en contra.
Los primeros 25 minutos después sirvieron para una cosa que, aunque no tuviese reflejo en el bote pronto del partido, tuvo su reflejo en el desarrollo posterior del mismo a partir de ese momento. El Lega fue otra vez un equipo reconocible que va poco a poco dándole bocados al rival hasta que lo va menguando demostrando que los de Martí son superiores. Ese espacio de tiempo obliga a los rivales del CD Leganés a tomar medidas de corrección pero sobre todo descubren que les va a costar mucho trabajo sacar los puntos del partido.
Otra vez Michael Santos sigue demostrando que su retorno ha sido una gran decisión por parte de la Secretaría Técnica. A los 25 minutos demostró, con un tiro cruzado, que la aceleración que parecía que estaba tomando el partido el Lega tenía mucho que decir. El charrúa cruzó un tiro desde la izquierda que se ajustó, y mucho, al palo de Mckay.
Gran tramo pepinero
En ese tramo del partido empezó un ‘bombardeo’ permanente por parte de los pepineros (el uniforme por fin hacía gala a semejante calificativo) hacia la portería catalana. En pocos minutos se repetían tanto las aproximaciones como los disparos. El equipo arlequinado había entrado en un momento de sufrimiento que le condujo a dos amarillas y a que el técnico local tuviese que hacer un cambio obligado, precisamente, por una de esas cartulinas amarillas. Por extraño que pueda parecer, a los 35 minutos, eran tres las ocasiones en las que los delanteros leganenses habían estrellado el balón en el travesaño del portero local.
La cosa no terminaba ahí porque los de Martí tenían completamente la medida cogida a los de Antonio Hidalgo. Y es que cada vez que se acercaban a las inmediaciones de Ian Mackay ponían peligro en el ambiente, tenían ocasiones claras, pero les faltaba la guinda final de conseguir acabar con la eterna pesadez del cero en su marcador. Parecía, aunque en esto del fútbol suena a osadía, que era una cuestión de tiempo, pero el partido se fue al descanso con igual a cero. A los puntos el Lega tenía el partido más que ganado, pero eso de los puntos es del boxeo.
Segundo acto
El arranque de la segunda mitad apuntaba a que Martí quería aprovechar mucho más la banda izquierda. Lo hizo con un cambio de un lateral. Suena muy grande la primer afirmación pero así fue. Dio algo de descanso a Javi Hernández y entrada a Lasure. Quería más banda, quería más profundidad y lo intentó desde el fondo del campo. Habría que ver. El susto llegó a las seis minutos.
El Sabadell hilvanó una jugada de esas que se ponen en las escuelas de fútbol para enseñar a los delanteros y para decirle a los laterales como no han de colocarse. Un pase de tacón de Edgar Hernández habilitaba a Stoichkov que al pisar el área buscó un balón colocado lejos del alcance de Cúellar. El balón acabó en la portería. Y… ¡cinco cinutos después! el colegiado tinerfeño daba por válido el gol después de una profunda revisión del VAR.
Viento de cara
El Leganés se encontró, de repente y sin esperarlo, con un partido con el marcador en contra. Sorprendía, y de qué manera, ver al Leganés perdiendo el partido, pero al técnico local le había salido redondo el cambio. Su sustituto había inventado un pase que valió medio gol. El Lega, superado el porrazo, se puso manos a la obra para intentar reconducir semejante resultado.
Al Lega se le fue la pausa por el camino y, aparentemente, empezó a acelerar, y a precipitar de paso, sus acciones. Pero el partido se iba a largar por otra razón más. Pocos minutos después, el colegiado pidió asistencia. La pierna derecha le dio un aviso que provocó una reacción inmediata buscando el ‘trencilla’ el masaje de los fisios. Aprovechó el momento Martí para barnizar ofensivamente al equipo dando entrada a José Arnaiz y Gaku. Dejaron el campo Rodrí Tarín y Rubén Pardo. Reorden y reorganización. Y el árbitro, para rematar, pidió el cambio. Desde el 51 al 68 no se había jugado, entre unas cosas y otras, prácticamente nada.
El partido se reanudó camino del 70 pero la prolongación se atisbaba larguísima. El Lega tenía que recuperar el ritmo, le habían comido 20 minutos y se había ido del partido por circunstancias propias y ajenas. Pero no tenía ni más opción ni más remedio. El parón le había desconcertado a tal nivel que, sumado a los ajustes que iba haciendo continuamente el entrenador, no encontraba el modo de reconducir el partido y el Sabadell estaba sacando todo el partido que podía de semejante desconcierto.
El tramo final
Semejante panorama era el peor posible para el tramo final. El recurso de Javi Avilés a una falta de 30 metros fue pegarle hacia la portería. Daba la sensación que los arlequinados no iban a correr el más mínimo riesgo, mientras que los pepineros se enfrentaban a la desesperada a ese momento final. El desconcertante partido estaba pendiente de saber cuanto iba a durar la agonía. Para dicha agonía, Martí decidió que cayese en el campo Juan Muñoz. Aquello de balones al área y que sea lo que Dios quiera.
El cartelón de la prolongación advirtió que eran 10 minutos los que había que jugar más. Eran muchos pero era lo justo. Había margen, con urgencia, pero margen. Lo que no había era forma. Durante toda la segunda parte, el Leganés había parecido otro distinto al de la Primera. Ese cambio de cara es algo que deberá corregir en los próximos compromisos el técnico porque las circunstancias no pueden cambiarte tanto el aspecto. Podían haber sido 200 minutos en lugar de 100, hubiese dado igual.
LALIGA (Segunda división. Jornada 9ª)
SABADELL, 1; CD LEGANÉS, 0
SABADELL: 1. Mackay; 5. Jaime, 4. Aleix Coch, 15. Juan Ibiza (6. Ángel, 33′); 17. Víctor, 23. Undabarrena, 20. Grego, 7. Heber (11. Querol, 81′), 3. Ozkoidi (12. Oscar Rubio, 81′) ; 19. Guruzeta (10. Edgar Hernández, 45′) y 2. Stoichkov (8. Adri Cuevas, 92′).
CD. LEGANÉS: 1. Cuéllar; 3. Bustinza, 15. Rodri Tarín (8. Gaku, 65′), 4. Omerou, 28. Javi Hernández (12. D. Lasure, 45′); 19. Luis Perea (14. Javi Avilés, 78′), 25. Rubén Pardo (10. José Arnáiz, 65′), 21. Rubén Pérez, 2. Palencia; 23. Santos (11. Juan Muñoz, 89′) y 24. Borja Bastón.
ÁRBITRO: Trujillo Suárez (Colegio Tinerfeño). Lesionado dejó el terreno de juego en el 69′ para ser sustituido por el cuarto árbitro Busquets Ferrer. Amonestó a los locales Juan Ibiza (26′), Ozkoidi (32′), Ángel Martínez (87′) y a los visitantes Javi Hernández (23′), Rodri Tarín (27′), Michael Santos (79′), Omerou (81′), Rubén Pérez (99′).
GOLES: 1-0 (51′) Stoichkov coloca el balón lejos del alcalde de Cuéllar tras un pase de tacón de Edgar Hernández.