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Espanyol-Leganés (0-1): El Lega se agarra a un clavo ardiendo y prolonga el sueño del milagro

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Un gran gol de J. Silva, tras un precioso centro diagonal de Rubén Pérez, adelantó a los pepineros en el minuto 53

El Lega se queda a siete puntos de la salvación cuando le quedan 12 por disputarse

Los de Aguirre consiguen la primera victoria tras la reanudación de la competición

Al final va a ser verdad eso de que mientras hay vida hay esperanza. La victoria del CD Leganés en casa del colista tiene dos lecturas rápidas. La primera que el Lega no está todavía liquidado. La segunda es que el Espanyol aunque no lo está solo le falta ya recoger el certificado.  Pero, hay que advertir, que el hecho de que los de Aguirre no estén aún descendidos no quiere decir, ni mucho menos, que esté salvado. Quiere decir, solamente, que no está liquidado todavía. Puede que en una semana lo esté, pero hoy no.

A cuatro jornadas del final de un campeonato ir a jugar un partido frente a un rival (colista) al que aventajas en un punto y estás a 10 de la salvación es una broma de mal gusto. No es nada gracioso ver como tienes un pie y tres cuartos del otro en Segunda división, pero las Matemáticas (la única ciencia exacta) se empeña en concederte una angustiosa posibilidad.

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Lo que ocurre es que cuando un equipo llega a cuatro jornadas del final en esa situación es porque no ha sido capaz de sumar más puntos. Y por lo tanto no hay más cera que la arde. Traspasado el 30 de junio (y por lo tanto ‘cerrada’ la fecha oficial de la temporada) este campaña tan extraña sigue su curso para mayor castigo y tortura de los pepineros.

Discúlpenme los amantes de sistemas ultradefensivos, pero con la partícula ultra solo hay una cosa buena y esta lejos: ultramar. El resto ya sabemos como empieza y como termina todo aquello que deriva del latín ‘lejano’. En esa lejanía de la salvación, con el tradicional planteamiento ultradefensivo, con  un promedio goleador de 0,72… Solo la primera jornada el equipo no ha estado en puestos de descenso.

Arranque rozando el bodrio

Pues con todo ese panorama, uno se pone a ve un partido en el que no tiene claro si a alguno de los dos le interesa mantener la angustia que tienen encima. O, por el contrario, si lo que les interesa es que le den cuanto antes el certificado de defunción como equipo de Primera división y se puedan poner a trabajar en la temporada que viene. Esa misma que, a estas alturas, nadie es capaz de asegurar en qué circunstancias se va a poder celebrar.

Después de ver los primeros 15 minutos de partido las ganas de ponerse a ver una serie  eran casi absolutas. Solo por respeto a usted, que ha tenido a bien molestarse en leer esto, no decidí dejar de perder la tarde del domingo con semejante bodrio y ponerme a cosas mucho más interesantes. Uno tiene demasiadas cosas que hacer para ver como dos equipos tan insustanciales como insoportables iban comiéndose minutos.

De la primera mitad de la primera mitad, lo más interesante fue el habitual homenaje perico a Dani Jarque. El fútbol fue secuestrado por el miedo. Era muy sorprendente no ser capaz de entender la falta de interés por el compromiso que tenían los dos. Solo se puede explicar, y muy bien por cierto, desde la perspectiva del desinterés y la falta absoluta de Fe en cualquier tipo de milagro que pueda salvar a cualquiera de los dos equipos en los cuatro partidos que quedaban antes de empezar este.

Y como uno está ya cansadito de que en cada partido aparezcan las plañideras que recuerdan las marchas de En-Nesyri y Braithwaite solo un dato. El primero se largó habiendo dejado la “insuperable” cifra de tres goles en Liga en la temporada. El danés, infinitamente más profesional que el otro, se marchó a mejorar (lo que haría cualquier trabajador del mundo) con la “locura” de seis goles en Liga. Vamos que entre los dos habían hecho menos de 10. Las plañideras pueden irse a freír espárragos de una puñetera vez.

¿El partido? ¿Qué partido? Ah, perdonen la intromisión, pero me puse a echar cuentas para ver si realmente existía la más mínima posibilidad de salvación. ¿El partido? Nada que contar, nada que añadir, nada que destacar, nada de nada de nada. Al menos durante los primeros 45 minutos. La segunda parte es otra historia.

Segundo acto

El arranque de la segunda parte fue casi igual de descorazonador  para el ánimo de cualquier amante del fútbol. Parecía que lo nada visto, nada vivido y casi nada que contar durante los primeros 45 minutos se iba a repetir. Pero nada más lejos del peor de los sueños. Primero un gol bien anulado al Espanyol a los cuatro minutos. Fue como un guantazo para despertar de la insufrible siesta.

Despertados todos con lo que había ocurrido. De pronto Rubén Pérez ejerció del futbolista que tantas y tantas tardes ha enseñado con la camiseta blanquiazul. Vio colarse por la izquierda como una flecha a Jonathan Silva. El argentino no necesitó ni pedirla. El astigitano le colocó un balón maravilloso a la diagonal por detrás de la defensa. Grandísimo control. Grandísima ejecución. Y un grandísimo gol. El bofetón había servido para que todos despertásemos.

Por si faltaba algo para despertar más del bofetón, R.D.T. (o sea, Raúl de Tomás) botó una falta desde el borde del área. Superó la barrera pero a Cuéllar le había dado tiempo a llegar para desviarla sin mayor complicación, aparente, que complicación había tenido la falta.

Cambio de cromos

A los pocos minutos Aguirre hizo una de entrenador. Sacó del campo a Guerrero y metió a Assalé en la punta. No parecía que el cambio fuese para ganar potencia ofensiva en los pepineros, pero hecho estaba el cambio. Él que intentó encontrar esa potencia ofensiva fue Rufete. El circunstancial entrenador perico dio entrada a Calleri sacando del campo a Wu Lei.

Mientras se sucedían lesionados, problemas en el campo y demás, era tiempo que el Leganés no tenía que hacer nada más que ir pasando minutos. Por el camino se fue lesionado Rosales y entró el canterano Javi Avilés. Entre pitos, flautas, cambios y demás el Lega se había metido el minuto 70. A esa hora de la tarde dejaba sentenciado (bueno, sentenciado estaba) al titular del campo y él que más y él que menos se ponía a echar cuentas para ver si las Matemáticas daban vida al Lega.

El sueño

Aguirre tenía claro el guión a seguir hasta que se consumiera todo. Los puntos le ponían ante la posibilidad de no estar muertos a cuatro jornadas del final. Cualquier que tenga las neuronas justas para no ir por la calle andado como un cuadrípedo sabe que la salvación del Leganés está en la categoría de milagro.

Y en esa categoría es donde pasan cosas que nadie espera.  Como nadie esperaba que el árbitro añadiese ocho minutos. 480 segundos de angustia vital pepinera. Antes Raúl de Tomás tuvo la ocasión más clara de todo el partido para los pericos. Levantar la cabeza para unos era un martillo pilón y para otros la cuenta atrás del final. El Lega sufrió como no lo había hecho en todo el partido.

El Lega estaba pensando en su milagro. ¿Y si a Atleti le da por ganarle al Celta y al Lega le diese por ganarle al Eibar y afrontase los últimos nueve puntos a cuatro de la salvación? Alguno dirá que los sueños son eso solo sueños. Y lo son. Pero puestos a soñar, como recordó el otro día el entrenador: “Esto es Leganés y aquí nadie se rinde”. 

LALIGA (Jornada 34ª)

RCD ESPANYOL, 0; CD LEGANÉS, 1

RCD ESPANYOL: 13. Diego López; 16. Javi López, 18. Cabrera, 20. Bernardo, 3. Pedrosa (22. Vargas, 64′); 15. David López, 21. Marc Roca, 23. Embarba (14. Melendo, 71′), 10. S. Darder;  7. Wu Lei (12. Calleri, 64′) y 11. R.D.T.

CD LEGANÉS: 1. Cuéllar; 16. Rosales (33. Avilés, 65′), 3. Bustinza, 15. Rodri Tarín, 22. Siovas, 5. J. Silva; 19. Aitor Ruibal (12. Awazien, 80′), 21. Rubén Pérez, 23. Amadou (8. Recio, 80′), 24. Rodrigues y 9. Guerrero (20. Assalé, 58′).

ÁRBITRO: Cuadra Fernández (Colegio Balear). Amonestó a los locales R.D.T. (50′), Darder (85′), Calleri (87′ y 87′, expulsado)  y a los visitantes Javier Aguirre (45′), Assalé (67′), Siovas (83′), Avilés (91′).

GOLES: 0-1 (53′) J. Silva, en un mano a mano con Diego López tras controlar un pase en profundidad y diagonal de Rubén Pérez.

INCIDENCIAS: RCDE Estadium.

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