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Entrevista con Pablo Llama Sierra psicólogo de Proyecto Hombre Madrid

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17/11/2025.- La organización Proyecto Hombre Madrid detecta un aumento del consumo de alcohol en mujeres jóvenes ha dado conocer estos datos coincidiendo con el Día Mundial Sin Alcohol, que se ha conmemorado el pasado sábado 15 de noviembre. Con este motivo Leganews ha contactado con la asociación para conocer de primera mano los últimos informes.

Pablo Llama Sierra es psicólogo licenciado por la Universidad de Salamanca. Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense. Trabaja en Proyecto Hombre Madrid desde hace 20 años; actualmente como psicólogo en el Servicio de asesoramiento y tratamiento a menores, jóvenes y sus familias.

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Tantas campañas después, ¿Cómo es posible que el alcohol siga siendo la sustancia con mayor prevalencia de consumo en nuestro país?

Porque es una sustancia que tiene su consumo muy muy normalizado, y entonces también está muy aceptada socialmente y muy inserta en nuestra cultura desde hace mucho tiempo. El alcohol es la sustancia que más se consume no solo en España sino también un poco en todo Occidente digamos, y teniendo en cuenta eso, pues obviamente va a ser la sustancia que más problemas genera.

Porque tiene una capacidad adictiva alta, porque tiene una toxicidad alta y porque genera consecuencias, en algunos casos, bastante negativas. Entonces es esperable que, aunque haya campañas de concienciación de un uso responsable, o sobre intentar que la gente no consuma alcohol, o que se consuma a edades no jóvenes, aún así es complicado que no se consuma.

Desde el punto de vista psicológico ¿Cuál es el daño que hace esta sustancia a cualquier ser humano independientemente de su edad?

Va a depender mucho del uso que se da a esa sustancia. Cuando hay que analizar un trastorno adictivo, hay que tener en cuenta las variables personales, el contexto, hay que tener en cuenta la sustancia.

El alcohol, aunque sea una sustancia legal y que está normalizada, sabemos que tiene una toxicidad grande a nivel hepática y a otros niveles y después también, tiene una capacidad adictiva alta. Esto no quiere decir que todas las personas que consuman alcohol vayan a desarrollar un trastorno adictivo, pero sabemos que existe la posibilidad de que el consumo de alcohol pueda ser abusivo, es decir, que sea poco recomendable.

Por otro lado, tampoco hay un consumo sano de alcohol, como a veces se quiere plantear ¿no? Es decir, el consumo sano de alcohol sería no consumirlo. Otra cosa es que sea una sustancia que esté muy aceptada socialmente y que haya gente que pueda beber alcohol y que no genere problemas graves en ese sentido. El daño a cada persona va a depender mucho de las circunstancias de esa persona, desde luego que, si hay problemas hepáticos pues el alcohol, va a ser muy complicado. Hay también, personas que les sienta de una manera u otra.

Es muy difícil hablar de un daño generalizado, es decir, hay que hablar de, como todos los trastornos adictivos, hay que individualizar los casos y entender cuál es la problemática que para cada persona puede generar.

Cuando se trata de un trastorno adictivo, lo que hay que valorar es cuál es la afectación en la vida de la persona que tiene la relación que ha podido desarrollar, en este caso con el alcohol.

¿Existe alguna razón sociológica que pueda explicar el aumento de consumo de alcohol entre las mujeres jóvenes en España?

Yo me atrevería a decir lo que estamos viendo las últimas encuestas, en general en los últimos años, es que el consumo en las mujeres jóvenes, sobre todo en las mujeres adolescentes, digamos que va igualando el consumo masculino, y lo iguala hacia arriba, digamos. Es decir que hay un aumento de consumo entre las mujeres jóvenes igualando un poco el patrón de consumo de los varones.

Entiendo que tiene que ver un poco con la igualdad en general, en conductas con una menor estigmatización del consumo de alcohol en las mujeres, que hace que algunas chicas decidan empezar a consumir en este sentido. Yo diría que sociológicamente tiene que ver, un poquito, con esa igualdad entre sexos, que quizás no se da entre otras sustancias, pero si con el alcohol, porque al ser una sustancia más normalizada, su consumo es más normalizado, ya no ve tan estigmatizante por ejemplo, el consumo de alcohol entre las chicas.

¿Cree que no somos capaces como sociedad de explicar el ‘drama’ que supone iniciarse en el consumo de alcohol con 13,9 años?

Creo que esto es una cuenta pendiente de nuestra sociedad.

Efectivamente, la normalización que hacemos del consumo de alcohol, creo que incide mucho en que la edad media en el inicio de consumo de esta sustancia sea muy baja. Y creo que tenemos que hacer mucho más por hacer llegar la idea de que cuanto antes se inicia el consumo de alcohol, hay muchas más posibilidades de que las personas desarrollen después trastornos adictivos o relaciones muy insanas con esta sustancia.

Hay que hacer todo lo posible para retrasar el inicio, si es que se da, del consumo de alcohol. Y desde luego, ese es uno de los debes que como sociedad tenemos.

¿Cómo afectan a las emociones y al sistema nervioso la combinación de alcohol con bebidas energéticas?

Sería la combinación de dos tipos de sustancias diferentes, una que sería una sustancia depresora sobre el sistema nervioso central que conlleva perdida de reflejos, somnolencia, enlentecimiento un poco de las reacciones y demás, con una sustancia. Las bebidas energéticas normalmente tienen sustancias estimulantes como puede ser la cafeína, la taurina, etc…

De alguna manera se contrapone un poco lo depresor con lo estimulante. Pero a veces, caemos en el error de pensar que las bebidas energéticas quitan un poco los efectos del alcohol y no es así, sino que se combinan.

Es verdad que las bebidas energéticas tienen sustancias estimulantes, pero no son tan fuertes digamos, en su intensidad, como otras sustancias estimulantes, como pueden ser la cocaína, las anfetaminas, …

Pero bueno, se lleva haciendo ya desde hace tiempo. Es habitual mezclar Coca Cola que también tiene cafeína con alcohol. Las bebidas energéticas digamos que tendrían un grado más de sustancias estimulantes en ese sentido, que las habituales, como puede haber en las bebidas como Coca Cola, Pepsi Cola, etc. Pero en principio, tampoco habría un grandísimo problema en este sentido, en esa combinación, porque probablemente ya existe.

El problema puede existir en creer que las bebidas energéticas quitan los efectos del alcohol: es un error. Quizás, dotarnos de una falsa confianza. Ese podría ser, un poquito uno de los riesgos.

¿Existe alguna línea que permita a un joven que se inicia en el consumo de alcohol no caer en la adicción?

Desarrollar o no un trastorno adictivo va a depender de muchas variables. Va a haber variables personales, desde luego, en cuanto al tipo de personalidad, habilidades, pero también variables del contexto, de la familia, los recursos que tengamos… Entonces, es un problema muy complejo, con muchas aristas. Definir una cosa concretamente es imposible en estos casos.

Hay que entender que, cualquier persona en un momento dado puede desarrollar un trastorno adictivo. Es entender, que se da un contexto muy muy malo y se dan unas sustancias con una capacidad adictiva muy alta como puede ser el alcohol, si estamos en un momento muy malo, pues probablemente vamos a tener muchas papeletas para caer en una adicción.

Lo importante es entender que tenemos que fortalecer, sobre todo habilidades personales, como la asertividad, la capacidad de gestión emocional, el tener apoyos en la medida de lo posible, porque eso son factores de protección que nos van a ayudar a que si tenemos que enfrentar una situación muy difícil, pues no caer en ningún tipo de trastorno adictivo, en este caso con el alcohol.

En esa misma línea ¿Cuándo hay que dar la señal de alarma para que un joven que bebe no se convierta en un alcohólico?

Yo diría que hay que analizar un poco cuál es la afectación que está empezando a tener el consumo de alcohol en la vida esa persona.

Yo también diría que en los menores lo que hay que intentar que intentar es que no beban absolutamente nada, porque sabemos muy bien por los datos que se nos vienen dando en las diferentes encuestas desde hace muchísimas décadas ya, que cuanto menor es la edad media de inicio, pues hay más posibilidades que se desarrolle un trastorno adictivo en el futuro.

Lo que diría es que la línea debería ser que los menores no consuman alcohol en ningún caso, y que después, todo lo que tiene que ver con analizar de qué manera se está utilizando el consumo de alcohol, ayudar a la persona a que entienda que el uso que está haciendo de esa sustancia, puede ser muy dañino, pueda estar ayudándole a evadirse, ayudándole a salir de situaciones aversivas a nivel emocional, o lo que fuere, puede ser un indicador preocupante. O sea, cuando empezamos a ver que los consumos ya empiezan a afectar en el área social, familiar, personal, etc. que dejan de hacer responsabilidades que tocan, … Esos son un poco los indicadores que deberían empezar a preocuparnos.

Pero en el caso de menores, yo diría que tiene que ser una línea de que no se beba nada, nada de alcohol. Que se empiece a beber alcohol en personas menores de edad tiene que ser una línea roja para el resto de la sociedad.

¿Cómo puede ayudar una familia a un joven y qué debe hacer?

Lo que debe hacer sobre todo es un poco escucharle, acompañarle, concienciarle a veces si le cuesta ver que puede tener un problema. Y sobre todo acompañarle, ayudarle a acudir a profesionales, dar la voz de alarma… y asesorarse en ese sentido.

La familia va a ser fundamental cuando un joven o un adolescente afronta un trastorno adictivo y va a ser fundamental por que va a ser parte de la solución.

Es decir, en muchas ocasiones va a poder acompañar, va a poder dar continuidad a las intervenciones, vamos a poder trabajar en equipo también junto con la familia, para que la persona que ha desarrollado un trastorno adictivo o que tiene el riesgo de hacerlo, pueda ir a buen puerto. Va a ser fundamental tanto en la observación, el acompañamiento, poner el foco, en que pueda estar pasando algo, como después un poco en el acompañamiento de todo lo que es la intervención.

¿Existe alguna correlación entre jóvenes que beben y padres que beben?

Sabemos que las familias que tienen un consumo de alcohol abusivo, o los padres que tienen un consumo de alcohol abusivo, pues para sus hijos es un factor de riesgo que eso ocurra.

Esto ¿qué quiere decir?, que todos los hijos de familias que beben, ¿van a acabar bebiendo? No, pero si tienen una mayor probabilidad. Lógicamente, las personas y los niños y los adolescentes en general, en muchas ocasiones repiten lo que ven. No siempre, pero es verdad que si se tiene normalizado el consumo de alcohol, pues es mas probable que la persona que lo tiene normalizado en su casa, pues lo vea como una posibilidad ¿no? Entonces sí, sí hay una correlación entre padres que beben y jóvenes que beben.

¿Hay alguna cantidad no peligrosa de alcohol en un bebedor o depende de la reacción de cada cuerpo?

Efectivamente que va a depender de cada cuerpo lógicamente ¿no? Pero yo lo que diría es que no hay un consumo controlado de alcohol. Lo mejor es no consumir. Otra cosa que después se decida o no libremente hacerlo.

Pero desde ahí, hay que ver cuáles son las características del cuerpo. Si hemos comido o no. Hay muchas situaciones. Sabemos que para las mujeres la tasa de alcohol tiene que ser un poquito menor por la manera de metabolizar esta sustancia. El peso también va a influir en la cantidad de alcohol que se puede consumir o no de una manera en la que no afecte especialmente.

La Organización Mundial de la Salud y diferentes administraciones sanitarias plantean sobre todo que lo mejor es no consumir alcohol, porque no hay un consumo no tóxico de alcohol, siempre tiene una toxicidad el alcohol, lo que pasa que en dosis muy bajas puede ser que no genere problemas de dependencia.

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