Hace 36 años que empezó a ejercer la Medicina. Es médico de atención primaria Leganés Norte. Su experiencia frente a la pandemia permite acercarse a lo que llaman “el primer muro de contención”
– Usted es médico de atención primaria en un centro de salud… La primera pregunta es obligada ¿Están cerrados los centros de salud como dicen algunos políticos o abiertos?
Me preocupa que un madrileño haya afirmado que durante la pandemia los Centros de Salud se cerraron o que lo están en este momento, si encima es político he de suponer que no conoce ni es usuario de la Sanidad Pública y la preocupación pasa a ser indignación.
– ¿Ha estado cerrado en algún momento el centro de salud en el que usted desempeña su labor como médico de familia?
Ni durante las huelgas, ni cuando estalló un edificio a 300 metros de nosotros ni durante la pandemia actual hemos dejado de prestar servicio.
“Nadie viene preparado para ver enfermar a sus pacientes de forma tan repentina”
– Entonces ¿podría explicarme porqué existe y de dónde nace este debate?
Algunos centros pequeños cerraron por la imposibilidad de separar salas covid, pero no extrapolemos a población, ha afectado a pocos madrileños. Los profesionales se ubicaron y reforzaron. Quiero creer que la afirmación nace de la ignorancia negligente. Puede tratarse de un desahogo verbal de un responsable de la Sanidad Madrileña, de ser así estaríamos en una gestión de doble mensaje, ya que la Primaria ha actuado exactamente como los responsables políticos asesorados técnicamente han decretado.
– ¿Cómo ha vivido como médico de familia las semanas más duras de la pandemia?
Nadie viene preparado para ver enfermar a sus pacientes de forma tan repentina y masiva pero ayuda mucho recordar varias veces al día los motivos por los que eres médico y llevas 36 años siéndolo.
– ¿Eran, como se decía, la primera línea de contención?
Esto no se ha acabado. Mis pacientes covid me consultan, les aconsejo y llamo y cuando hay síntomas preocupantes hacemos exploraciones complementarias y van diagnosticados al hospital. El trabajo de seguimiento de los pacientes en los momentos álgidos abarcó sábados, domingos y festivos. Simultáneamente los demás pacientes, en particular los crónicos, han seguido siendo atendidos aún cuando las consultas de especializada se anularon. Se reanudaron con triaje médico telefónico más tarde, la Primaria por el contrario nunca se suspendió.
“Me preocupa que un madrileño haya afirmado que durante la pandemia los centros de salud se cerraron o lo están en este momento”
– ¿Se han sentido suficientemente protegidos para ser esa primera línea de contención?
No. Los primeros EPI fueron un insulto y los errores con las mascarillas, uno detrás de otro, una actuación en la línea de la prevaricación.
“Si es político él que lo dice he de suponer que no conoce ni es usuario de la Sanidad Pública y lo que es preocupación pasa a ser indignación”
– ¿Cuántos compañeros de su centro enfermaron con el coronavirus?
La pandemia no ha acabado. De momento hemos enfermado severamente tres y dos compañeras asintomáticas. Entre nuestros familiares también ha habido enfermos graves y un fallecimiento del marido de una compañera jubilada. Varios miembros del equipo somos de riesgo y estamos protegidos.
– ¿Qué ha cambiado en la atención primaria que será irrecuperable?
La crisis siempre es cambio y el cambio oportunidad, también de evolucionar. Lo más impactante para los usuarios es que ahora no deciden ellos qué consultas son presenciales, lo decidimos los profesionales valorando por conversación telefónica personal. Resulta para algunos difícil de entender que se trata de una medida de protección para todos.
– ¿Con ese trato de atención telefónica cree que ha perdido sentido su profesión o, por el contrario, pueden atender a más gente?
Se atiende al mismo número de personas aunque yo estoy observando un incremento de las llamadas de adolescentes, probablemente porque el medio les es afín y porque valoran la confidencialidad sentida debida a la distancia. Por otra parte la consulta presencial existe, la decidimos los profesionales y suele ser inmediata y sin esperas, lo que es muy bien valorado.
“Los primeros EPIS fueron un insulto; y los errores con las mascarillas, uno detrás de otro, en la línea de la prevaricación”
– ¿Cómo se siente como médico de familia con ese tipo de atención?
Simplemente es otro escenario por el que caminar por motivos razonables.
– ¿Cuál es el requisito, si existiera, para que un paciente sea visto de forma presencial en el centro de salud?
La Medicina de Familia tiene mucha tramitación y burocracia para las que la presencia es prescindible. La enfermedad y los síntomas que nos conducen a su diagnóstico siempre hay que verlos.
– ¿Qué ha cambiado el coronavirus en la vida de la Doctora Montoro?
La brusca aparición del miedo a llevar la enfermedad a la familia y los amigos. Un miedo disrruptivo y sin solución que gestiono lo más dignamente que puedo.
“La sociedad solo puede extremar las medidas personales de barrera, disminuir contactos sociales y evitar el ocio de riesgo”
– ¿Desde su punto de vista qué errores se cometieron, cuáles se están cometiendo que serían subsanables por parte de la sociedad, de las autoridades políticas y de las sanitarias?
El error clave fue retrasar las primeras medidas, asusta pensar que por intereses políticos o miedo al rechazo de la opinión pública. Esto se está reeditando con el retraso de la exigencia de la realización de pcr en origen para viajeros en las fronteras y aeropuertos. Lo mismo podría decir sobre la vigilancia de conductas de riesgo e incívicas y la imposición de sanciones. Algo no funciona en el poder político cuando después de lo que ha pasado hay caos legislativo y de competencias entre el Estado Central y las Comunidades Autónomas.
“Las autoridades sanitarias han callado cuando el número de víctimas no testadas pasaba a un limbo estadístico que se usa como nebulosa o patético maquillaje de cifras”
Las autoridades sanitarias han callado cuando el número de víctimas no testadas pasaba a un limbo estadístico que se usa como nebulosa o patético maquillaje de cifras. También han callado cuando en ausencia de test se han estado codificando diagnósticos clínicos, dando bajas y altas a pacientes ambulatorios, a veces muy afectados y estas son las horas y no se ha localizado a esos pacientes para confirmar su estado serológico y saber el verdadero número de afectados ahora que ya hay test. Desde el punto de vista médico esas personas pueden tener secuelas desconocidas. Alguno de esos pacientes está en protocolos de seguimiento rudimentarios de los que van recomendándose poco a poco y aún así no se les hacen test serológicos. Desde Primaria no podemos.
– Usted vivió de cerca la problemática de la residencia de Leganés Norte con más de un centenar de fallecidos… ¿Cree que podría haberse evitado y cómo?
No hace demasiado tiempo fui amenazada con un expediente si persistía en dirigirme a la Consejería de Asuntos Sociales, concretamente a su Consejero para pedirle coordinación, prevista en las actuaciones del programa del Paciente Crónico Complejo pero no desarrollada en absoluto por el menú de actuaciones. Los centros socio-sanitarios como las residencias deberían tener plazas específicas de médicos de familia y geriatras con la suficiente y acreditada preparación, de la misma manera que un hospital privado tiene médicos con una titulación oficial. Son pacientes institucionalizados y esto genera bastantes problemas de control desde los equipos de Primaria.
“Los centros socio-sanitarios como las residencias deberían tener plazas específicas de médicos de familia y geriatras con la suficiente y acreditada preparación, de la misma manera que un hospital privado tiene médicos con una titulación oficial”
La coordinación entre los profesionales de estos centros dependientes de Asuntos Sociales y los que dependemos de Sanidad se resuelve mal con buenismo y tolerancia y cerrando los ojos por parte de los gestores que lo ven todo muy factible. Pensemos por ejemplo que los médicos de las residencias no pueden acceder a las historias clínicas del sistema informático, se manejan con papeles y su propia plataforma informática incompatible con la pública. Es difícil saber si en un mundo ideal con un geriatra de referencia y cuatro médicos de familia integrados en el SERMAS se hubiera evitado la tragedia, pero una vez sucedido todo es exactamente lo que se ha hecho.
– ¿Según su percepción espera que la esperada segunda oleada de la pandemia en España y en Leganés sea más o menos dura como fue la primera?
Habrá más de una oleada y la dureza dependerá del tancredismo político. Me gustaría no esperar lo peor, pero viendo la dejación de funciones y dispersión de criterios y responsabilidades, lo espero.
“Habrá más de una oleada y la dureza dependerá del tancredismo político”
– ¿Qué mensaje le lanzaría a la sociedad como sanitario?
En un contexto en el que las medidas se retrasan, en el que el Reino de Marruecos, por ejemplo, exige a sus residentes en el extranjero pcr y serologías para entrar en el país estas vacaciones, mientras en Barajas penetra el virus por las rendijas del complejo y la idiocia. La sociedad solo puede extremar las medidas personales de barrera, disminuir los contactos sociales y renunciar al ocio de riesgo.