Santiago Llorente
Alcalde de Leganés
“Con los resultados electorales hicimos autocrítica y nos dimos cuenta de lo lejos que estábamos de la sociedad”
“La noche electoral, la verdad es que no pensé en ser alcalde; nos sorprendió el resultado”
“El PSOE no está en gobierno para hacer prácticas y ver si funciona un modelo”
“Será más fácil acabar la Biblioteca Central que poder cambiar el gerente de Emsule”
¿Alguna vez en su vida se imagino siendo alcalde de su ciudad?
-Cuando era niño no. No entraba dentro de mis objetivos.
¿Y cuando empezó en política, se lo planteó en algún momento?
-No, no. Me parecía tan lejano y tan difícil. De hecho no me planteaba ni siquiera ser concejal. Siempre he tenido vocación de servicio público.
¿Qué queda en el alcalde del chaval que estudiaba en el Liceo San Pablo?
-La verdad es que poco, porque la vida te cambia un montón. Incluso la frescura que uno tiene cuando es joven, la responsabilidad va acabando poco a poco con ella. Los valores que tiene uno de pequeño son los que tiene uno de mayor , por lo que en ensencia sigue siendo el mismo. Pero en la forma de comportarse es donde más se nota el cambio.
¿Cuanto tardó la noche electoral en pensarse alcalde con los resultados que se estaban dando?
-Nos sorprendieron. Esa noche, la verdad es que no pensé en ser alcalde. No esperábamos perder dos concejales, como no esperábamos que el PP perdiese seis. Los resultados no se ajustaban a lo deseado.
¿Qué entendió del resultado tan atomizado que se dio aquella noche?
-Hicimos autocrítica y nos dimos cuenta de lo lejos que estábamos de la sociedad. ¿Cómo se define políticamente en este momento? -Igual que antes, socialdemócrata.
¿Está usted feliz en el cargo?
-Sí.
¿Se puede ser feliz siendo alcalde?
-Ha habido pocos momentos en los que me he sentido feliz. La responsabilidad es muy grande.
¿Qué siente cuando entra en su despacho por las mañana?
-Aun no me termino de creer cuando la gente me dice ‘buenos días alcalde’. Pasé por Coslada, donde trabajaba, y se me hacía raro pensar que no tenía que ir todos los días allí.
¿Que ha cambiado en su vida?
-Tener una actividad donde trabaja todos los días a todas horas. Aunque estés a otras cosas, fuera del despacho, estás pensando en la ciudad.
¿Se puede hacer nueva política detrás de siglas como PSOE o PP?
-Sí, por supuesto que sí. Los ciudadanos nos han dado un toque de atención. Hemos hecho ciertas cosas mal. Creo que de sabios es hacer esa autocrítica y volver a poner en marcha determinadas cosas que ya hacíamos en el pasado. Ahora hay partidos nuevos que están haciendo cosas que ya hacíamos nosotros, o el PP, en otros momentos.
¿Ser del PSOE de qué es garantía en la gestión de esta ciudad?
-Aportamos solidez ideológica y experiencia. No venimos a hacer prácticas para ver si funciona un determinado modelo político. Nuestra receta es apoyo a la educación y sanidad pública o mayor participación ciudadana de la que hemos tenido últimamente.
¿Qué le gustaría que dejase su gobierno para la historia de la ciudad?
-Nuestro principal objetivo es crear empleo. Nuestra apuesta es crear un tejido empresarial que sirva de motor para el desarrollo de la ciudad. Queremos también remodelar colegios e instalaciones deportivas.
¿De los 100 días como alcalde, con qué se queda en este tiempo de tregua política?
–Hemos querido dar un tinte diferente a la forma de hacer política intentando involucrar a los portavoces de los partidos. Hemos dejado a los funcionarios en su sitio y eso lo notará la ciudad en el funcionamiento de la institución. Estoy convencido de que este tiempo ha sido una tregua de los primeros 100 días y a partir de ya tendremos mayor tensión.
¿Cómo se las va a apañar para gobernar con la mitad de concejales que el anterior gobierno?
-La Legislación le da mucho poder al alcalde y a su Junta de Gobierno. Las decisiones de gestión que pasan por el Pleno son pocas, aunque muy importantes. Donde vamos a tener algún problema es en las empresas públicas, donde tenemos una minoría muy minoría en los Consejos. Habrá que hacer un esfuerzo continuo de negociación.
-¿Cambiar de gerente de Emsule va a ser más difícil que terminar la Biblioteca Central?
-Sin duda. Las dos empresas públicas tienen 14 consejeros y el PSOE sólo tiene tres. Hay que acordar todo con tres partidos. Estoy convencido de que va a ser complicado cambiar de gerente porque no solo depende de nosotros. La Biblioteca sí dependerá de nuestra gestión.
¿Se le fue la mano con el nombramiento de los directores generales?
-Había que dar sensación de estabilidad. Sólo somos seis concejales y hacía falta hacer un equipo. No entiendo porque tanta crítica a los directores generales y tan poca a los asesores. Entre nombrar a alguien que no tiene firma y nombrar a un director general que la tiene y se responsabiliza, es preferible. Tenemos 11 directores generales, 4 asesores y 3 personas más en Prensa y protocolo. Es una estructura mucho más útil para la ciudad.
¿Cuántos años quiere ser alcalde y como le gustaría que le recuerden?
-Pienso en estos cuatro años que son muy complicados. Ya veremos lo que depara el futuro, pero no pienso en jubilarme de alcalde. Ya fui concejal y sé los costes personales que tiene dedicarse a la política.
¿Alguna vez en su vida se imagino siendo alcalde de su ciudad?
-Cuando era niño no. No entraba dentro de mis objetivos.
¿Y cuando empezó en política, se lo planteó en algún momento?
-No, no. Me parecía tan lejano y tan difícil. De hecho no me planteaba ni siquiera ser concejal. Siempre he tenido vocación de servicio público.
¿Qué queda en el alcalde del chaval que estudiaba en el Liceo San Pablo?
-La verdad es que poco, porque la vida te cambia un montón. Incluso la frescura que uno tiene cuando es joven, la responsabilidad va acabando poco a poco con ella. Los valores que tiene uno de pequeño son los que tiene uno de mayor , por lo que en ensencia sigue siendo el mismo. Pero en la forma de comportarse es donde más se nota el cambio.
¿Cuanto tardó la noche electoral en pensarse alcalde con los resultados que se estaban dando?
-Nos sorprendieron. Esa noche, la verdad es que no pensé en ser alcalde. No esperábamos perder dos concejales, como no esperábamos que el PP perdiese seis. Los resultados no se ajustaban a lo deseado.
¿Qué entendió del resultado tan atomizado que se dio aquella noche?
-Hicimos autocrítica y nos dimos cuenta de lo lejos que estábamos de la sociedad. ¿Cómo se define políticamente en este momento? -Igual que antes, socialdemócrata.
¿Está usted feliz en el cargo?
-Sí.
¿Se puede ser feliz siendo alcalde?
-Ha habido pocos momentos en los que me he sentido feliz. La responsabilidad es muy grande.
¿Qué siente cuando entra en su despacho por las mañana?
-Aun no me termino de creer cuando la gente me dice ‘buenos días alcalde’. Pasé por Coslada, donde trabajaba, y se me hacía raro pensar que no tenía que ir todos los días allí.
¿Que ha cambiado en su vida?
-Tener una actividad donde trabaja todos los días a todas horas. Aunque estés a otras cosas, fuera del despacho, estás pensando en la ciudad.
¿Se puede hacer nueva política detrás de siglas como PSOE o PP?
-Sí, por supuesto que sí. Los ciudadanos nos han dado un toque de atención. Hemos hecho ciertas cosas mal. Creo que de sabios es hacer esa autocrítica y volver a poner en marcha determinadas cosas que ya hacíamos en el pasado. Ahora hay partidos nuevos que están haciendo cosas que ya hacíamos nosotros, o el PP, en otros momentos.
¿Ser del PSOE de qué es garantía en la gestión de esta ciudad?
-Aportamos solidez ideológica y experiencia. No venimos a hacer prácticas para ver si funciona un determinado modelo político. Nuestra receta es apoyo a la educación y sanidad pública o mayor participación ciudadana de la que hemos tenido últimamente.
¿Qué le gustaría que dejase su gobierno para la historia de la ciudad?
-Nuestro principal objetivo es crear empleo. Nuestra apuesta es crear un tejido empresarial que sirva de motor para el desarrollo de la ciudad. Queremos también remodelar colegios e instalaciones deportivas.
¿De los 100 días como alcalde, con qué se queda en este tiempo de tregua política?
–Hemos querido dar un tinte diferente a la forma de hacer política intentando involucrar a los portavoces de los partidos. Hemos dejado a los funcionarios en su sitio y eso lo notará la ciudad en el funcionamiento de la institución. Estoy convencido de que este tiempo ha sido una tregua de los primeros 100 días y a partir de ya tendremos mayor tensión.
¿Cómo se las va a apañar para gobernar con la mitad de concejales que el anterior gobierno?
-La Legislación le da mucho poder al alcalde y a su Junta de Gobierno. Las decisiones de gestión que pasan por el Pleno son pocas, aunque muy importantes. Donde vamos a tener algún problema es en las empresas públicas, donde tenemos una minoría muy minoría en los Consejos. Habrá que hacer un esfuerzo continuo de negociación.
-¿Cambiar de gerente de Emsule va a ser más difícil que terminar la Biblioteca Central?
-Sin duda. Las dos empresas públicas tienen 14 consejeros y el PSOE sólo tiene tres. Hay que acordar todo con tres partidos. Estoy convencido de que va a ser complicado cambiar de gerente porque no solo depende de nosotros. La Biblioteca sí dependerá de nuestra gestión.
¿Se le fue la mano con el nombramiento de los directores generales?
-Había que dar sensación de estabilidad. Sólo somos seis concejales y hacía falta hacer un equipo. No entiendo porque tanta crítica a los directores generales y tan poca a los asesores. Entre nombrar a alguien que no tiene firma y nombrar a un director general que la tiene y se responsabiliza, es preferible. Tenemos 11 directores generales, 4 asesores y 3 personas más en Prensa y protocolo. Es una estructura mucho más útil para la ciudad.
¿Cuántos años quiere ser alcalde y como le gustaría que le recuerden?
-Pienso en estos cuatro años que son muy complicados. Ya veremos lo que depara el futuro, pero no pienso en jubilarme de alcalde. Ya fui concejal y sé los costes personales que tiene dedicarse a la política.
¿Alguna vez en su vida se imagino siendo alcalde de su ciudad?
-Cuando era niño no. No entraba dentro de mis objetivos.
¿Y cuando empezó en política, se lo planteó en algún momento?
-No, no. Me parecía tan lejano y tan difícil. De hecho no me planteaba ni siquiera ser concejal. Siempre he tenido vocación de servicio público.
¿Qué queda en el alcalde del chaval que estudiaba en el Liceo San Pablo?
-La verdad es que poco, porque la vida te cambia un montón. Incluso la frescura que uno tiene cuando es joven, la responsabilidad va acabando poco a poco con ella. Los valores que tiene uno de pequeño son los que tiene uno de mayor , por lo que en ensencia sigue siendo el mismo. Pero en la forma de comportarse es donde más se nota el cambio.
¿Cuanto tardó la noche electoral en pensarse alcalde con los resultados que se estaban dando?
-Nos sorprendieron. Esa noche, la verdad es que no pensé en ser alcalde. No esperábamos perder dos concejales, como no esperábamos que el PP perdiese seis. Los resultados no se ajustaban a lo deseado.
¿Qué entendió del resultado tan atomizado que se dio aquella noche?
-Hicimos autocrítica y nos dimos cuenta de lo lejos que estábamos de la sociedad. ¿Cómo se define políticamente en este momento? -Igual que antes, socialdemócrata.
¿Está usted feliz en el cargo?
-Sí.
¿Se puede ser feliz siendo alcalde?
-Ha habido pocos momentos en los que me he sentido feliz. La responsabilidad es muy grande.
¿Qué siente cuando entra en su despacho por las mañana?
-Aun no me termino de creer cuando la gente me dice ‘buenos días alcalde’. Pasé por Coslada, donde trabajaba, y se me hacía raro pensar que no tenía que ir todos los días allí.
¿Que ha cambiado en su vida?
-Tener una actividad donde trabaja todos los días a todas horas. Aunque estés a otras cosas, fuera del despacho, estás pensando en la ciudad.
¿Se puede hacer nueva política detrás de siglas como PSOE o PP?
-Sí, por supuesto que sí. Los ciudadanos nos han dado un toque de atención. Hemos hecho ciertas cosas mal. Creo que de sabios es hacer esa autocrítica y volver a poner en marcha determinadas cosas que ya hacíamos en el pasado. Ahora hay partidos nuevos que están haciendo cosas que ya hacíamos nosotros, o el PP, en otros momentos.
¿Ser del PSOE de qué es garantía en la gestión de esta ciudad?
-Aportamos solidez ideológica y experiencia. No venimos a hacer prácticas para ver si funciona un determinado modelo político. Nuestra receta es apoyo a la educación y sanidad pública o mayor participación ciudadana de la que hemos tenido últimamente.
¿Qué le gustaría que dejase su gobierno para la historia de la ciudad?
-Nuestro principal objetivo es crear empleo. Nuestra apuesta es crear un tejido empresarial que sirva de motor para el desarrollo de la ciudad. Queremos también remodelar colegios e instalaciones deportivas.
¿De los 100 días como alcalde, con qué se queda en este tiempo de tregua política?
–Hemos querido dar un tinte diferente a la forma de hacer política intentando involucrar a los portavoces de los partidos. Hemos dejado a los funcionarios en su sitio y eso lo notará la ciudad en el funcionamiento de la institución. Estoy convencido de que este tiempo ha sido una tregua de los primeros 100 días y a partir de ya tendremos mayor tensión.
¿Cómo se las va a apañar para gobernar con la mitad de concejales que el anterior gobierno?
-La Legislación le da mucho poder al alcalde y a su Junta de Gobierno. Las decisiones de gestión que pasan por el Pleno son pocas, aunque muy importantes. Donde vamos a tener algún problema es en las empresas públicas, donde tenemos una minoría muy minoría en los Consejos. Habrá que hacer un esfuerzo continuo de negociación.
-¿Cambiar de gerente de Emsule va a ser más difícil que terminar la Biblioteca Central?
-Sin duda. Las dos empresas públicas tienen 14 consejeros y el PSOE sólo tiene tres. Hay que acordar todo con tres partidos. Estoy convencido de que va a ser complicado cambiar de gerente porque no solo depende de nosotros. La Biblioteca sí dependerá de nuestra gestión.
¿Se le fue la mano con el nombramiento de los directores generales?
-Había que dar sensación de estabilidad. Sólo somos seis concejales y hacía falta hacer un equipo. No entiendo porque tanta crítica a los directores generales y tan poca a los asesores. Entre nombrar a alguien que no tiene firma y nombrar a un director general que la tiene y se responsabiliza, es preferible. Tenemos 11 directores generales, 4 asesores y 3 personas más en Prensa y protocolo. Es una estructura mucho más útil para la ciudad.
¿Cuántos años quiere ser alcalde y como le gustaría que le recuerden?
-Pienso en estos cuatro años que son muy complicados. Ya veremos lo que depara el futuro, pero no pienso en jubilarme de alcalde. Ya fui concejal y sé los costes personales que tiene dedicarse a la política.
Su momento: ayudar a Sidney
Pese a que asegura que no ha tenido tiempo para sentirse feliz aún como alcalde, no duda en reconocer que “en el caso de Sidney, sí me sentí feliz, porque me siento un poco partícipe de una solución médica a un niño de Leganés. En esos momentos sientes mucho más que merece la pena ser alcalde y, sí, me sentí feliz”. Los padres de Sidney (Cristóbal y Anabel) están también muy agradecidos al trato recibido por el alcalde de nuestra ciudad y el interés y la preocupación mostrados por éste. Del mismo modo, que del recibido por el consejero la Comunidad, Sánchez Martos, que les atendió personalmente y les facilitó el cambio de hospital de seguimiento, para poder mejorar las terapias que recibe el joven que padece el sindrome de Duchenne.
La herencia de Jesús Gómez
“Él estaba muy preocupado por la situación económica del Ayuntamiento y creo que la herencia que le dejó Rafa Gómez Montoya no era una mala herencia, desde el punto de vista económico, y él mantuvo ese camino. Hay menos deuda pública, aunque también es cierto que se ha hecho poca obra pública. La situación económica está saneada y es fácil hacer una radiografía de la ciudad. No me he encontrado ningún problema importante, ni tampoco ha habido ningún expediente conflictivo o complicado al que hubiese habido que pasar un escaner porque no nos fiásemos de algo”.
“Solagua no es una prioridad”
“Solagua no es de las prioridades de este gobierno. Podría ser, pero dependerá de las inversiones que queremos poner en marcha, de un nuevo Plan Prisma o de la iniciativa privada. Pero nuestra apuesta en el ámbito de los deportes pasa por remodelar los actuales equipamientos deportivos. Por ejemplo, el Manuel Cadenas es una obra lanzada por el PP y es una prioridad para nosotros, como lo será la remodelación de la Cantera. Pero puede pasar que aparezca el dinero de cualquier sitio… Como nos ha pasado este mes de agosto que se ha publicado una subvención del CSD y CM para campos de fútbol y nos hemos planteado la remodelación de un campo de Butarque. No era una prioridad, pero si nos llega el dinero, fantástico”.