Los de Aguirre fallaron dos claras ocasiones en los primeros doce minutos de partido
Un tanto de Ansu Fati y un penalti de Messi, que se gestó en una acción del argentino, le sirvieron al Barça
Javier Aguirre fue expulsado a un minuto del final
El Leganés sale del Camp Nou como colista, con una derrota ante el líder y, por sorprendente que pueda resultar, dando una muy buena imagen táctica. Queda tiempo, menos que el sábado. Quedan jornadas, nueve. Queda la esperanza intacta, pero es evidente que todo se vivirá con angustia. El Lega estuvo mejor que ante el Valladolid, pero este equipo no puede tener ocasiones claras y no hacer gol. Eso se paga, mucho y caro.
A bote pronto el once que puso en liza Javier Aguirre sobre el césped del Camp Nou dejaba una disyuntiva. O era una venganza o era una revolución. Las dos cosas a la vez no tenía pinta. Seis futbolistas diferentes en el once inicial con respecto al del Valladolid. Artillería pesada en el centro del campo. En ese mismo bote pronto, cogida de volea al caer, tenía pinta de declaración de intenciones. Y era buena…. Pero era un espejismo.
Fue poner el balón el juego el equipo pepinero y demostrar que tenía truco. La defensa iba a ser de cinco. Aitor Rubial era el lateral derecho y Bustinza era el tercer central, pero pegado a la izquierda. Vamos que la propuesta de Aguirre era juntar todo lo posible a su gente y ensanchar todo lo posible la línea defensiva. Parecía que con la intención de hacer jugar a los de Setién en la menor cantidad posible de metros.
Buen arranque
Y la fórmula funcionó. El Leganés exhibió control, orden y salida. Tanto que desdibujó a los locales. Y llegó a hacerlo tanto que de no ser por Lenglet. Los color ‘mascarilla’ (el Lega estrenó la tercera equipación de la próxima temporada con una camiseta homenaje a los Héroes que llevaba en su espalda #GraciasHéroes) montaron una contra que tenía toda la pinta de terminar en gol, pero bajo palos salvó Lenglet el disparo de Guerrero.
Diez minutos Primera ocasión y clara. La segunda llegó dos minutos después. Otra vez Guerrero. Muy escorado, con poco ángulo, intentó ajustarla al palo derecho de Ter Stegen. Segunda ocasión. También clara. El Lega había generado más en 12 minutos que ante el Valladolid. El de enfrente era el Barça que no encontraba la manera. Messi estaba enredado en la tela de araña de Aguirre y Griezmann intentaba salvarla con balones largos. Los azulgrana tenían un problema.
El desgaste
El principal problema que tenía la propuesta es el paso del tiempo. Si las fichas se te van cansando y descolocando poco a poco, la lógica dice que en cualquier momento, la calidad, la verticalidad y la eficacia de los azulgrana tendrá la ocasión de montártela. Y según iban cayendo los minutos iba creciendo más. Llegó la parada para la hidratación en el minuto 30 y al Lega le vino de órdago lo de parar y respirar.
La primera incógnita de la ecuación pepinera estaba resuelta: el sistema estaba sirviendo, pero el tiempo iba limándolo. Messi se había dado cuenta y decidió subir al puente de mando a hacerse cargo de las operaciones desde donde fuese necesario. Y en una de esas operaciones derivó un pase profundo, que por arte de la casualidad cayó en los pies de Ansu Fati.
En dos gestos (con el cuerpo y con el disparó) mostró la calidad que tiene. Ajustó un disparo complicado al palo izquierdo de Cuéllar. Hizo gol y terminó con el planteamiento de Aguirre. Había durado 41 minutos. Pero ya no valía. Había que irse al descanso y ver cuál era la nueva versión.
Vuelta al tajo
El regreso del Lega trajo cambio de algún cromo pero el mismo álbum (¿?). Assalé dejó en el banco a Roque Mesa y mandó a Javi Eraso al centro del campo mientras que el ‘recién llegado’ tenía la pinta de hacer de enganche entre los de en medio y el de arriba. “Así tendrá que ser” (Andrés Esteban in memoriam). No tenía mucho sentido seguir haciendo lo mismo cuando ya tenías el partido cuesta arriba, pero uno solo escribe y cobra, por cierto, muy poco (casi nada) por hacerlo.
Setién (o Sarabia) movió piezas. Y así como sin querer, a los nueve minutos del segundo tiempo ya estaban juntos en el campo Messi, Griezmann y Luis Suárez. El Lega seguía a lo suyo y el Barça también. Con una sutil diferencia. El primero perdía y podía quedarse como colista. El segundo ganaba e iba a dormir como líder.
Los minutos se le caían encima al Leganés hasta que pasó lo que podía pasar y habría terminado pasando de no ser por el VAR. El Lega puedo encontrarse con el 2-0, pero se encontró con un gol anulado al Barça por fuera de juego en el pase a Semedo. Y los de Aguirre pasaron del ‘game-over’ a ‘la bola extra’… Pero en la partida aparecía el afeitado Messi. Hizo de todo y todo lo posible por llegar al área… Hasta que llegó el penalti. Y el segundo del Barcelona. Messi lo había hecho otra vez.
El final
20 minutos por delante en el Camp Nou. Un partido perdiendo 2-0 y a merced del titular del campo. Un partido más. Ya solo quedan nueve. La situación para el CD Leganés es algo peor que era cuando acabo el partido del Valladolid. Ahora se mira la clasificación desde el mismísimo pozo. Cierto es que quedan 27 puntos y mucho por jugar, pero no es menos cierto que hace falta algún indicio más que tener alguna ocasión y no meterla. Y mira que la imagen fue buena.