Solicitan una mejora de los servicios públicos, sociales y culturales en la ciudad
En el momento en el que se encuentra el mundo debido a la crisis del COVID-19, en la que aún estamos inmersos, desde la Federación Local de Asociaciones Vecinales de Leganés (FLAV) “hemos realizado distintas propuestas a este respecto, además de haber volcado nuestro trabajo solidario a través de la Red de Apoyo Mutuo y de otras acciones colaborativas”.
Desde la Asociación han destacado que la situación de la ciudad continúa siendo la misma que desde hace tiempo, “las mismas que llevaron a numerosos colectivos a movilizarse en los meses previos a la pandemia”. Pero además, Leganés se ha convertido en el “epicentro del desastre del coronavirus y denominada como “corazón de piedra” en los informes de los gestores de servicios sociales por la falta de recursos existentes para los servicios y programas sociales”.
Por todo ello, desde la FLAV han señalado que se debe analizar lo que ha pasado y por qué la ciudad ha sido la más afectada. Ello conlleva a realizar un diagnóstico de las infraestructuras sanitarias, de los recursos materiales y humanos. Junto a ello, han solicitado que el Ayuntamiento de Leganés desarrolle un Plan que atienda a las necesidades de las personas en cuanto a la calidad de las viviendas: accesibilidad y ahorro energético.
En cuanto a los espacios e instalaciones públicas, han destacado que cada barrio necesita un centro cívico, plazas y entornos que faciliten la convivencia de los vecinos posibilitando el encuentro y el desarrollo de actividades deportivas, culturales y colaborativas. Además, han dado prioridad a un comercio de cercanía específico en cada barrio.
Garantizar los servicios de la ciudad
En cuanto a los servicios que ofrece la ciudad, desde la FLAV han indicado que los servicios públicos deben ser bien mantenidos cuidando la recogida de residuos, de limpieza, de mantenimiento de mobiliario urbano y cuidando las zonas verdes y de arbolado.
En los servicios culturales y educativos han solicitado que permitan el empoderamiento de los vecinos para que continúen alimentando la vida cultural de los barrios. Por último, los servicios sociales han de ser capaces de colaborar con las familias sin recursos y ayudar a la gente que se encuentra en la calle.