LEGA OPINIÓN

Editorial 11: Gradas de la polémica

Imagen del plano de las nuevas gradas del Estadio de Butarque.
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La decisión adoptada por los concejales de la corporación de dotar de 2,5 millones de euros de subvención al CD Leganés para llevar a cabo obras de mantenimiento, ampliación de gradas y reparaciones exigidas por la Liga de Fútbol Profesional para poder militar en la Primera división del fútbol español, que contó con los 14 votos a favor de PSOE-PP-IUCM y el concejal no adscrito; 9 abstenciones de ULEG-LEGANEMOS-C’S y dos en contra de LEGANEMOS, tiene tantas lecturas como sitios desde donde mirarla. Es evidente que todo el mundo tiene razón y que no pensar lo mismo que el otro no significa estar en contra, sino simplemente pensar de un modo diferente.

El mantenimiento de las instalaciones deportivas ha sido el gran agujero negro de las políticas deportivas de nuestra ciudad desde hace muchos años. Es, por tanto, lógico y entendible que se subvencione al CD Leganés para que lleve a cabo todas las mejoras que sean necesarias para que una instalación municipal, el estadio de Butarque (cuyos gastos corrientes de luz, agua y gas pagan los vecinos con sus impuestos) esté acorde con la categoría en la que va a militar el club más representativo de nuestra ciudad.

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El debate no se cierne sobre el dinero rápidamente habilitado de la bolsa de un crédito que gestionó el anterior gobierno del PP merced a unos Presupuestos que han sido echados abajo por un Tribunal, para poder reformar instalaciones. Hay entidades que sí entienden que ese es el debate puesto que con mucho menos de 1,5 millones de euros se solucionarían casi todos sus problemas para entrenarse.

El debate que hay en la calle es “¿si el negocio de las nuevas gradas es exclusivo para el club por qué el ayuntamiento tiene que pagar dichas gradas?”

A juicio de LEGANEWS, el debate es si el Ayuntamiento tiene que generar una bolsa de un millón de euros para ampliar en casi tres mil asientos las gradas de Butarque. Y la pregunta que inmediatamente hay que hacerse es si forma parte de las exigencias de La Liga la ampliación de las gradas. La respuesta a lo último es sí. Pero esta pregunta lleva a otra: ¿quién va a negociar en exclusiva con esa ampliación de las gradas de Butarque? La respuesta es tan evidente como su carácter exclusivo: el Club Deportivo Leganés. Mientras que en otras ciudades como Almería o Palma de Mallorca, donde los campos también son municipales, las gradas fueron pagadas por ambas sociedades: nunca se pagaron con dinero público.

Ese, y no otro, es el debate que realmente hay en nuestras calles. Muchos vecinos, todos evidentemente no, consideran que hay que ayudar al club que más lejos va a llevar el nombre de nuestra ciudad. Pero otros muchos, todos evidentemente no, consideran que si la explotación en exclusiva del negocio de esas nuevas gradas será por parte de la entidad, debería ser, en justicia, dicha entidad la que asuma el coste de un gasto cuyo beneficio no va a redundar en la ciudad. Salvo que se entienda que 3.000 abonados más de vecinos en el estadio es un retorno satisfactorio para los vecinos de Leganés.  Sea como fuere, se mire desde dónde se mire, todos tienen algo de razón. Pero todos, evidentemente no.

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