-
El proyecto se ha realizado en tres meses con una inversión de 1,6 millones de euros
-
Está diseñada para poder dividirse en dos espacios y tratar con seguridad tanto a enfermos con COVID-19 como a no infectados
-
Se han instalado tabiques móviles y cabeceros suspendidos que permiten la ampliación inmediata de camas de críticos ante crisis sanitarias o emergencias
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha visitado la nueva Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, una nueva dotación para la sanidad pública madrileña en la que el Gobierno regional ha invertido 1.678.000 euros con el objetivo de reforzar la atención especializada a enfermos críticos. Es una unidad pionera por su carácter flexible, ya que cuenta con una serie de instalaciones y equipamiento que permite pasar de las 23 camas habituales a 35, de forma inmediata, y así dar respuesta a demandas asistenciales derivadas de crisis sanitarias o emergencias.
El nuevo equipamiento sanitario está dotado con las tecnologías “más avanzadas en cuidados intensivos” y tiene la capacidad de que los mismos espacios pueden casi duplicarse, de tal modo que si es necesario se pase de las 23 camas a un máximo de 35. Junto con las UCI que ya contaba este Hospital público -18, ampliables a 23- se puede llegar a las 58.
Actualmente, la Comunidad de Madrid cuenta con 1.094 camas instaladas en UCI, entre hospitales públicos y privados, de las que 803 están ocupadas, lo que se traduce en el 73,4% del total. De ellas, 466 están con pacientes COVID-19, lo que supone un 42,5% del total de camas instaladas. En el caso de los hospitales públicos, las camas UCI ascienden a 842, de las que 706 están ocupadas, 419 por pacientes con coronavirus.
Nueva unidad de 1.100 metros cuadrados
La nueva unidad del Hospital público Gregorio Marañón ocupa 1.100 metros cuadrados que se puede dividir en dos áreas separadas y simétricas para destinar la mitad de las camas a enfermos con COVID-19 y, el resto, a pacientes no infectados por coronavirus. Para ello, también se han instalado dos controles de enfermería que permiten una visión directa de todos los puestos, además de conectarse de forma independiente con el espacio destinado a trabajo y descanso del personal.
Los boxes están separados por unos tabiques móviles que, junto a los innovadores cabeceros suspendidos, permiten aumentar el número de camas y reaccionar de forma rápida ante una situación de emergencia sanitaria. Todas las habitaciones cuentan con presión positiva y se han habilitado cuatro estancias con presión negativa que permiten un alto aislamiento, con una antesala estanca que facilita al personal equiparse antes de acceder a la habitación y a su vez mantener las presiones entre las diferentes áreas y el interior del box.
La unidad cuenta con un sistema de ventilación que renueva el aire desde el exterior doce veces cada hora, todo ello a través de filtros HEPA y con control de contaminantes. Las nuevas instalaciones se han dotado con tecnología y equipos de última generación como respiradores, desfibriladores, electrocardiogramas, carros de parada, monitores y control de monitorización y todo el mobiliario clínico necesario.
Doble acceso
Para acceder a la Unidad de Cuidados Intensivos se ha establecido un doble acceso: uno interno, para los traslados desde Urgencias, quirófanos y hospitalización, y otro acceso externo que dará paso al área de despachos de personal y familiares. Toda la UCI responde a una serie de criterios prácticos de eficiencia, humanización, flexibilidad, seguridad y confort, tanto para los pacientes como para el personal sanitario.