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No es nada habitual ver en zona urbana a un ejemplar de la rapaz más grande de Europa
Las calles del centro de Leganés, especialmente la calle Ordóñez, se encontró a finales del mes pasado con un visitante inesperado: un ejemplar de búho real. Ni corto ni perezoso, el animal apareció una tarde por la citada calle para sorpresa de vecinos, residentes y transeúntes que durante varios días vieron con perplejidad y sorpresa al animal encima de una farola o apoyado en las barandillas de diferentes terrazas de la zona.
La inesperada presencia de una de la rapaces más grandes de Europa provocó, como no, una respuesta ‘de auxilio’ en las redes sociales. En este caso, motivada más por el desconocimiento que otra cosa. Desde el primer momento se pusieron en marcha los diferentes mecanismos de control del animal. Mientras, eso sí, el rosario de fotos y vídeos para consumo propio, de grupos de whatsap y de Redes Sociales fue creciendo.
La respuesta dada por los que entienden (SEPRONA) es que dejaran al búho tranquilo que, cuando llegase el momento, el animal volaría y se desplazaría como había hecho hasta llegar al centro de Leganés. Los servicios municipales han estado atentos a su presencia controlando tanto que su respiración como su vuelo fuese normal. Razón por la que también, en un primer momento, consideraron no necesaria la intervención.
La escena, sin duda, viene a sumarse a los detalles noticiables. El búho real es la rapaz más grande de Europa y cada día es más habitual su presencia en entornos urbanos. No es tan inusual encontrarlos en el Parque del Retiro de Madrid desde hace unos años. Se trata de una especie muy adaptable que en el etorno urbano encuentran alimento fácil como palomas, ratones y otros animales más pequeños.
El SEPRONA recomendó dejarle existir en absoluta libertad
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) recibió una importante cantidad de llamadas durante los días en los que el ejemplar de Búho Real apareció por el centro. Esta unidad de la Guardia Civil, dedicada a velar por la conservación de la naturaleza, se ‘cansó’ de repetir el mismo mensaje a todos los leganenses que llamaban. Salvo que al animal se le viesen síntomas de agotamiento o problemas, estaba en libertad y había que dejarle en libertad. Aunque no estemos acostumbrados no es tan extraño ver en ciudades a este rapaz tan grande y bella a la vez.
