Por Rafael Gómez Montoya.
Fue alcalde de Leganés durante el mandato 2007-2011. En la actualidad es diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid, donde ya fue diputado en la legislatura 2003-2007. Ocupa el puesto de Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio en la Asamblea de Madrid.
En los últimos 20 años, el urbanismo de la Comunidad de Madrid se ha caracterizado por ser una realidad legislativa en continuo cambio, así como por la absoluta ausencia de voluntad de consenso en las políticas urbanísticas. El gobierno del Partido Popular en Madrid nunca sometió a debate la necesidad de las sucesivas y numerosas modificaciones legislativas. El mal uso de la mayoría absoluta, sin duda.
Seguridad jurídica
Las transformaciones urbanísticas perduran en el tiempo, alcanzando sus consecuencias, buenas o malas, a las generaciones venideras. Por ello se requiere de análisis exhaustivo, legalidad rigurosa y planificación global, que culminen en la tramitación legislativa necesaria que convierta en realidad lo planteado. Hablamos de una materia donde es deseable la estabilidad de los marcos legislativos que rigen todo el proceso, entre otras razones para que las reglas del juego no cambien en mitad del partido. La seguridad jurídica lo es todo en democracia.
“La vigente ley que rige el urbanismo madrileño data de 2001, y desde entonces, ha sufrido más de 100 moficaciones que han tenido más que ver con proyectos puntuales, por no hablar de intereses puntuales”
Pero la realidad urbanística ha sido bien distinta en los últimos 20 años en la Comunidad de Madrid. La vigente ley que rige el urbanismo madrileño data de 2001, y desde entonces hasta la actualidad, ha sufrido más de 100 modificaciones. En estos años de vigencia de la norma, estas modificaciones han tenido más que ver con proyectos puntuales, por no hablar de intereses puntuales, olvidando en muchos momentos el interés general.
Ley perdurable
Necesitamos una Ley con voluntad de perdurabilidad, y de estabilidad legislativa, por lo que debería ser fruto de un intenso trabajo de debate y acuerdo, no solo con el resto de las fuerzas políticas presentes en este momento en la cámara autonómica, sino con la sociedad en su conjunto, tanto desde el ámbito profesional, como el ciudadano y, por supuesto, con la consideración de los Ayuntamientos.
“Al proyecto de Ley que el gobierno del PP en la Comunidad pretende que se aprueba en las próximas fechas, el grupo socialissta ha registrado 196 enmiendas parciales… Sin duda, un mal proyecto de Ley”
Debería ser una ley que favorezca la reutilización de los suelos de la ciudad existente, rehabilitación y regeneración urbana, que potencie la participación efectiva y real de los ciudadanos, transparente; una ley sencilla y clara donde los ciudadanos, los inversores, los emprendedores y hasta los funcionarios que deben aplicarla y hacerla efectiva tengan claro el campo de juego en el que nos movemos. Normas claras, eficientes y eficaces para conseguir un territorio sostenible desde el punto de vista económico, ambiental y territorial. Una ley que tienda a planificar adecuadamente el territorio de la región en su conjunto para conseguir un desarrollo regional armónico y equilibrado. Volver a tener estrategia territorial.
196 enmiedas
Pues todas estas características brillan por su ausencia en el Proyecto de Ley 3/17, de Urbanismo y Suelo de la Comunidad de Madrid que el gobierno del PP pretende se apruebe en próximas fechas. El Grupo Parlamentario Socialista ha registrado una enmienda a la totalidad y un total de 196 enmiendas parciales a un Proyecto de Ley de 279 artículos. Un mal Proyecto de Ley, sin duda. Soluciones justas para nuestro territorio. Desde la gestión del suelo podemos poner remedio a muchas situaciones de dificultad, sobre todo las sociales. Y en ese trabajo debemos volcarnos.