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Cuarta derrota de los ‘pepineros’ en los cinco primeros partidos de Liga
Hay veces que te contagias de lo malo. Hay otras que decides que lo malo no te afecte. Y hay algunas, como la que nos ocupa, en la que un equipo te gana poniendo esas cosas que se aprenden, se ensayan, se trabajan. Ninguna de ellas es vistosa a primera vista, pero a Las Palmas le sirvió para conseguir los tres puntos.
Nació el partido con una necesidad repentina para el Lega: confirmar lo logrado ante el Eibar y seguir sumando. Sonaba bien el enfrentamiento entre equipos de esos a los que, de momento, se les da como peleadores por los puestos de ascenso o de promoción. Lo cierto es que en el primer arreón de partido se ajustó bastante bien a la pauta.
He de reconocer que me gustaba mucho más el Leganés de cuatro atrás que llenaba el espacio y hacia el campo tan ancho como largo. Idiakez tendrá sus razones para intentar cambiar con todo lo que trabajó en la pretemporada. Con todo el respeto del mundo, y desde la crítica más respetuosa, perder la idea por un resultado es muy cortoplacista, pero… ¿Hay algo más cortoplacista que el fútbol?
El mazazo
Y todo lo que se podía seguir escribiendo sobre una cierta normalidad de partido le explotó al Leganés en el minuto 14. Mal arranque de jugada del Leganés. Balón recogido por la UD, control orientado de Álvaro Lemos. Latigazo desde fuera del área. Extraño justo delante de las manos del portero pepinero. Botecito extraño y a la jaula pepinera. Sin comérselo, ni bebérselo, el Lega perdía en el minuto 14. Les había caído encima una jarra de hielo.
Jarra que se convirtió en granizo del gordo tres minutos después, cuando un pase de Dani Raba a José Arnáiz acabó en la red después de pegarle el talaverano al palo, recoger otra vez Dani y mandarla dentro. Pero todo fue anulado por la irregular posición del delantero del equipo de la camiseta bonita de Segunda.
Reacción
El Lega no le perdió, para nada, la cara al encuentro. Le empieza a pesar lo de encajar en todos los partidos pero, de momento, sigue poniendo la otra mejilla dibujada de intenciones. La primera demostración llegó, de manera excesivamente personal, por Fede Vico que arrastró a todos los canarios hacia el medio, pero no pudo ver o no quiso ver a José Arnáiz.
Las Palmas decidió que ganando se podía jugar en pocos metros. Juntitos todos se debían sentir más seguros. Al Lega se le encendió el botón de las prisa, pero se le aceleraron las pulsaciones: amarilla a Nyon, a Miramón, a Idiakez, a Arnáiz, a Jorge Saénz. Demasiado castigo y subidón de nervios. Aquello de que las amonestaciones parecidas lo eran para unos, pero no para los de amarillo. Y eso desquiciaba todavía más. Le iba a venir bien el descanso, la pausa, la reflexión.
Segundo acto
La primera solución que buscó Idiakez fue prolongar el lateral derecho todo lo que pudo. Dejó en el vestuario a Naim García para dar entrada a Durmisi. Quería ser de nuevo el Lega o su mejor versión. Decidió ocupar la mayor cantidad posible de espacio, hacerle el campo mucho más ancho a la UD Las Palmas buscando crearle bastantes más problemas de los que le habían generado en el primer tiempo.
Las Palmas estaba a lo suyo. Y lo suyo es darle pincelas de ‘amarillismo’ a los aficionados pío-pío. Escuchar a un estadio aplaudir como lo hicieron en el momento en el que pisó el césped Viera es de esos pellizquitos que sigue regalando el fútbol sea de la categoría que sea. Pero al Lega se le había volado del marcador el primer tercio de la segunda parte y el reloj martilleaba ya por el minuto 60.
Última media hora
La falta de arreones podía pagarse con una cuarta derrota, ni prevista, ni esperada ni querida. Los ‘pepineros’ esperaron hasta el minuto 63 para botar su primer saque de esquina. A esas alturas del partido, uno tenía la sensación de que a este Lega le faltaba algo. Y es la primera vez que me ha dado dicha sensación desde que comenzó la temporada a pesar de las tres primeras derrotas. A Miramón le dio por probar. Probó bien, no perfecto, pero el Lega ya ponía algo en la garganta amarilla.
Pero puso muy poco más en el resto del partido. Por mucha pólvora que pusiese el técnico sobre el césped canario, daba exactamente igual. Ni el talento de Rubén Pardo, ni el picante de Juan Muñoz, ni el olfato de Qasmi sirvieron para nada. La somnolencia que provocó el partido era directamente proporcional a la hora.
Le dieron seis minutos de prolongación. Le podían haber dado 60 o 600. Con tan poca pimienta es muy complicado hacer un buen aliño. Me da en la nariz que ‘la caza de brujas’ está a pocas horas de comenzar.
Segunda división (Jornada 5ª)
UD LAS PALMAS, ; CD LEGANÉS
UD LAS PALMAS: 13. Álvaro Valles; 14. Álvaro (11. Benito, 67′), 4. Suárez, 6. Curbelo, 18. Sidnei, 3. Cardona; 17. Clemente (8. Fabio González, 67′) , 12. Loiodice, 22. Mfulu, 10. Moleiro (21. Jonathan Viera, 58′); y 19. M. Cardona (16. Andone, 83′).
CD LEGANÉS: 1. Dani Jiménez; 2. Nyom, 4. Omerou (11. Juan Muñoz, 75′), 3. Jorge Sáenz, 21. Miramón; 27. Naim (22. Durmisi, 22′), 8. Gaku (16. Neyou, 72′), 14. Fede Vico (9. Qasmi, 81′), 20. Undabarrena (18. Rubén Pardo, 72′); 17. Dani Raba y 10. José Arnáiz.
ÁRBITRO: Cordero Vega (Colegio Cántabro). Amonestó a los locales Curbelo (50′) y a los visitantes Nyom (30′), Jorge Miramón (32′), Idiakez (33′), José Arnáiz (39′), Jorge Saénz (41′).
GOLES: 1-0 (14′) Álvaro Lemos, desde lejos.
INCIDENCIAS: Estadio Gran Canaria. 19.090 espectadors.