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Leganés-Burgos (0-0): ¡Qué trabajito le cuesta al Lega hacer un gol!

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  • José Arnáiz firmó una ‘maradoniana’ jugada que de haber terminado en gol hubiese sido el gol del año

  • El Burgos jugó con un futbolista menos desde el 19′ tras la justa expulsión de Grego Sierra

  • Miguel Rubio, pepinero de cuna y vecino de Leganés, debutó con el conjunto burgalés donde está cedido por el Getafe tras haber estado el año pasado en Fuenlabrada

Crónica: JUANMA ÁLAMO

Hace no mucho días, alguien muy cercano al CD Leganés, revelaba en privado que lo de jugar los primeros partidos de Liga con recién ascendidos no les gustaba un pelo. El primero de los compromisos ante el filial de la Real Sociedad se saldó con una derrota de la que pudieron sacarse muchas más conclusiones de las que muchos vieron (vimos). Esas conclusiones habían enseñado algunas debilidades de los ‘pepineros’ que, seguramente porque estos tres primeros partidos de Liga son de ajuste, provocaron una modificación importante en el segundo once de Asier Garitano. Pero es que el segundo evidenció el ‘trabajito’ que le cuesta al Lega, ahora mismo, hacer un gol.

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Seis futbolistas se cayeron del once (Rodri Tarín, Sabin Merino, Javi Eraso, Doukoure, Diego García y Naim) y otros dos (Sergi Palencia y Javi Hernández) cambiaron su posición. Si se suma, los cambios del técnico blanquiazul afectaron a ocho futbolistas. ¡Ahí queda eso! Después de algunos años de ver los arranques del de Bergara suena a las dos cosas que parecían: toque de atención severo por lo poco que enseñó el equipo en Donosti y ver a todo el mundo posible para ir dándole forma a sus ‘intocables’.

Reforzar la derecha

El lado derecho, que había sido un desastre en la primera jornada, de pronto se vio reforzado por Sergi Palencia como interior y el eterno Bustinza en el puesto de lateral. Javi Hernández ocupó el espacio de lateral zurdo. Consolidada, o eso parecía, la parte de atrás, en el medio casi todas las caras nuevas con idéntico sistema. La sensación que ofrecieron fue que estaban más frescos, quizás porque llevan más días de entrenamiento. Y arriba una pareja que sonaba bien: Arnáiz y Juan Muñoz.

Con semejante relato previo comparecieron los pepineros ante otro recién ascendido: el Real Burgos. Un equipo ordenado, bien posicionado y que, en determinados momentos, dio una sensación de equipo fresco y trabajado. Algo (o mucho) de culpa tendrá su técnico Julián Calero. El problema para el equipo castellano fue que le desmontó todo a las 18 minutos cuando, sin venir a cuento, Grego Sierra sacó el codo de paseo. Algo que con el VAR es una auténtica sentencia. Sánchez López revisó y en la revisión estaba la condena: expulsión.

Arnáiz, jugada ‘maradoniana’

Parecía haber cambiado todo muy de repente. Y pudo hacerlo mucho más si José Arnáiz hubiese cerrado  con gol una ‘maradoniana’ jugada. Nació sobre la línea del centro del campo, intentaron pararle (como en su día al mejor futbolista) y no pudieron. Cogió la diagonal del tirón. Quebró a quien se le puso y al pisar el área, acercándose al área pequeña, decidió rematar. De haber conseguido el gol hubiese quedado para la historia. Mañana estaría en los informativos de televisión con la histórica narración de Víctor Hugo Morales del gol de Maradona. Quedó en el ¡Uuuy!, el aplauso y la rabia de no haber marcado.

El Burgos tenía 70 minutos por delante para jugar (en principio) con uno menos. Los primeros 25,  hasta el refrigerio, los solventó como buenamente pudo: aguantando un meritorio empate a cero. El Lega, pese a la superioridad, no fue capaz de convertir alguna de las ocasiones de las que disfrutó para irse con ventaja al descanso. Y eso que según fueron desapareciendo los minutos, los ataques del Lega parecían las estampidas de Jumanji.

Segundo acto

El arranque del segundo tiempo supuso una ligera modificación de un cambio en el Lega que iba a suponer mucha más intensidad si querían obtener un resultado positivo. Garitano decidió completar ‘la salida’ de Palencia. Primero había sido del puesto de lateral y en el descanso fue del equipo. Entró Sabin Merino para intentar cargar más la pólvora arriba.  Eso supuso escorar a José Arnáiz al interior izquierdo y cambiar de sitio a Bárcenas. Mientras todos iban cogiendo el sitio, Javi Hernández le pegaba desde fuera y Herrero anduvo fino de manos.

La estampida de Jumanji tomó cuerpo muy pronto en la segunda mitad. El Burgos jugaba cada vez en menos metros y el Lega atacaba cada vez más cerca de la portería burgalesa. La lógica llevaba a pensar que antes o después tenía que llegar el gol, si las cosas seguían por el mismo derrotero. Era cuestión de distancia y de sencillo cálculo de probabilidades. Pero con una aplastante obviedad: a menor tiempo, más nervios; y a mayor nervios menos puntería. 15 minutos después de iniciado el segundo tiempo, el Lega parecía estar viviendo una eliminatoria marcada por una tensión que se antojaba innecesaria.

Frialdad burgalesa

Y enfrente de semejante manojo de nervios, el Burgos no perdía ni el sitio, ni la paciencia, ni se ponía nervioso lo más mínimo. Le daba todo el campo que reclamaba el Leganés, pero cuando decidía ponerse en modo ofensivo  creaba mucha sensación de peligro y evidenciaba que algunos de los pepineros no están todavía en el mejor momento físico. Garitano buscó refresco con Fede Vico y J. Silva. Necesitaba frescura, pero también necesitaba verticalidad y necesitaba gol. Y para todo no hay.

Mediada la segunda parte, una ruidosa parte de los 4.127 espectadores que había en Butarque comenzaron (sorprendentemente) a manifestar su protesta por lo que estaban viendo. El resto, bastante menos ruidoso, optó por hacer bastante ‘mutis por el foro’. Siendo sinceros, la verdad es que año y medio después de aquel partido de febrero de 2020 con el Alavés, igual había que tener más espíritu de animar y menos espíritu crítico. Por cierto, recordable cada día aquello de “no olvidar de donde venimos”.

Las pérdidas de tiempo

El portero del Burgos empezó a jugar con fuego, convencido de que no iba a quemarse. Sabedor de que hay puntos que saben a gloria hizo todo lo que estuvo en su mano para que se jugase el menor tiempo posible. Le costó una amarilla y una advertencia del colegiado recordándole que estaba amonestado por perder el tiempo. Vamos, que espabilara que se iba a la calle.

Algo que, evidentemente, no podía decirle a los jugadores del Lega: lo de espabilar. Los de Garitano necesitan espabilar o tener algo de suerte de cara a la portería o acertar entre los palos o tener más pólvora… O vaya usted a saber si es un poco de todo lo que necesitan pero es evidente que necesitan parecerse a la versión que mejor resultado les dé. Por aquello de ser positivo, el equipo tuvo mejores cosas y detalles que en la primera jornada, pero…

El detalle: Miguel Rubio, pepinero de cuna y vecino de Leganés, debutó con el conjunto burgalés donde está cedido por el Getafe tras haber estado el año pasado en Fuenlabrada.

LaLiga (2ª División, Jornada 2ª)

CD LEGANÉS, ; REAL BURGOS,

CD LEGANÉS: 13. Riesgo; 3. Bustinza, 4. Omerou, 20. Javi Hernández, 16. Quintilla (5. J. Silva, 65′) ; 2. S. Palencia (9. Sabin Merino, 45′), 8. Gaku (33. Diego García, 80′), 19. Luis Perea, 23 Yoel Bárcenas; 10. José Arnáiz (34. Naim, 80′) y 11. Juan Muñoz (21. Fede Vico, 65′).

REAL BURGOS: 1. Herrero ; 2. Álvaro , 18. Córdoba, 20. Grego Sierra, 3. Fran García; 14. Elgezabal, 17. Andy (12. Miguel Rubio, 86′) ; 7. Juanma (6. R. Navarro, 45′), 10. Riki (4. Zabaco 20′), 21. Saúl Berjón (23. José Matos, 80′); y 15. Alex Alegría (9. Guillermo, 45′)

ÁRBITRO: Sánchez López (Colegio Murciano). Amonestó a los visitantes Herrero (65′). Expulsó al visitante Grego Sierra (18′) tras dar un codazo a Juan Muñoz.

INCIDENCIAS: Estado Municipal de Butarque.  4.127 espectadores. Noche calurosa.

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