La presentación de dos candidatas de Ciudadanos para la alcaldía, en un plazo de dos semanas, es el síntoma de una grave enfermedad política en la previa de una cita electoral. El PP de Leganés llegó a anunciar-proclamar a tres candidatos en las elecciones Municipales de 2015. Fue un salto al vacío del que han tardado ocho años en rehacerse.
Durante ese tiempo hemos vivido la llegada, crecimiento y el principio de la desaparición de Ciudadanos en nuestra ciudad. El mero hecho de presentarse a unas Elecciones Municipales lleva implícito el deseo de sumar (por mucho que haya gente empeñada en estropear el verbo). Conviene no engañar a los electores al respecto de ese axioma.
La formación naranja pretende mantener al PSOE en el gobierno restándole votos al PP del logro de los últimos ediles
Es importante que los que te van a votar sepan si tus intenciones son las de sumar el máximo posible para poder seguir sumando, o si por el contrario lo que quieres es sacar el voto justo y necesario para restar a otro en sus legítimas aspiraciones a gobernar.
“Ser o no ser… He ahí el dilema”. El dilema al que se enfrenta Ciudadanos en estas elecciones es precisamente ese: ser o no ser. Sumar o restar. Seguir apoyando al PSOE, de la manera que sea, o hacerle el mayor daño posible al PP de Leganés. Hay un precedente en 2019, cuando ‘Actúa’ (cuyos militantes habían formado parte del gobierno con el PSOE) decidieron no comparecer. La historia política municipal guarda con respeto y cariño aquel gesto.
Pero, la formación naranja, en lo que parece que va a ser su último baile, ha decidido tomar el camino contrario. En lugar de sumar desapareciendo han ideado una estrategia de restar apareciendo. La razón de ser de poner al frente de la lista a una excandidata del PP no parece que sea para seguir apoyando al PSOE con los concejales que todas las previsiones auguran que no van a lograr.
Cs ha optado en Leganés por una estrategia desconcertante: restar apareciendo en lugar de sumar desapareciendo
Muy al contrario, la maniobra urdida es para intentar sumar la mayor cantidad posible de voto ‘robado’ al Partido Popular. La famosa Ley D’hont complica mucho el logro del primer concejal para formaciones que viven la situación de los naranjas. Sin embargo, los restos podrían permitir al PP alcanzar los dos últimos concejales con parte de los votos trasvasados a la lista naranja.
Es tan absolutamente lícita la maniobra urdida en algún despacho soleado como reprochable desde el punto de vista ético no contárselo a tus votantes. Los que crean que votan a Cs para mantener la alianza con el PSOE deben saber que las respuesta es sí de una forma o de otra.
De todas las triquiñuelas que se han visto en esta ciudad en unas previas electorales estamos ante una de las más ingenuas. Para hacer política hay que, cuando menos, conocer la política. Ya si, además, se sabe de política… No suele haber peor cuña que la de la misma madera. Pero no siempre.