El domingo 28 de mayo se celebran en toda España las duodécimas Elecciones Municipales tras la promulgación de la Constitución Española de 1978. Por mucho empeño en degradarla que haya por parte de algunos sectores, aquélla fue la carta de navegación que nos dimos los españoles y que nos ha permitido navegar. Lejos queda aquel 3 de abril de 1979 en el que 16.621.868 españoles depositaron el voto de la candidatura que preferían.
Algunos políticos (casualmente todos del mismo lado de la ideología) se empeñan en seguir en una dialéctica muy cercana a la de aquellas elecciones. Lo que ha pasado en medio lo han metido en un cajón para poder seguir hablando de lo que pasaba entonces.
Lo que está en juego es poner en manos de gente que gestione limpieza, seguridad, infraestructuras, rehabilitación…
El matiz diferencial de entonces es que para muchos en aquel año 1979 había muchas emociones en los intestinos y 44 años después esas emociones no están ni en la memoria colectiva, más allá de la necesidad de crear una memoria histórica paralela para seguir hablando de lo que superaron los que lo vivieron.
El matiz diferencial 44 años después es que para muchos estas Elecciones Municipales se han convertido en un partido de fútbol adornado con escenas en las que se jalea a un candidato (o candidata que en este caso sí es correcto el uso) como si fuese un ídolo (ídola no, porque no existe) futbolístico al que hay que rendir pleitesía. Y como a sus votantes se llega antes por el camino de la emoción que por el de la razón se traslada esa imagen.
Pero el votante tiene la obligación de pensar, y la responsabilidad de hacerlo, mucho más allá de su camiseta. Es muy difícil razonar con las emociones pero tiene muchas menos consecuencias que no hacerlo. Lo que está en juego el 28M en Leganés no es que ganen los míos, los tuyos, los suyos, los nuestros, los vuestros o los suyos.
Cuando vea a sus nietos con casi 30 años sin poder irse de casa recuerde lo que votó aquel 28 de mayo de 2023
Lo que está en juego el 28M en Leganés es poner el presente y el futuro de la ciudad en manos de personas cuya único compromiso sea gestionar la limpieza, la seguridad ciudadana, la relación de la administración local con los leganenses, el uso de las instalaciones deportivas, rehabilitar zonas más antiguas de la ciudad para hacerlas atractivas a todos o prometer miles de viviendas nuevas para ir segregando cada vez más la ciudad, construir las infraestucturas necesarias para la ciudad…
Eso es lo que está en juego, no si ganan los míos, los tuyos o los suyos. Si va usted a votar pensando en esto último cuando vea a su nieto con casi 30 años viviendo en casa de sus hijos porque no tiene expectativa acuérdese de lo que voto el 28M de 2023 porque quiso usted votar a los suyos en lugar de a los que su cabeza les decía que eran mejores pero… No eran los suyos. Esto, recuerde, no es un partido de fútbol.
