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La victoria en el Toralín le deja a ocho puntos del descenso y le devuelve el sabor de un triundo
Carlos Martínez, nuevo entrenador del CD Leganés, se colgó de la urgencia para no convertir la situación en emergencia. La caída libre que comenzó el pasado 4 de febrero, tras vencer al Sporting, y desde entonces esa caída libre ha encontrado una red que el tiempo dirá si fue a tiempo, valga la redundancia. Y la cosa no pudo resultó más beneficiosa con un gol postrero (en el 92) que le deja a ocho puntos del descenso con seis partidos por disputar.
La máxima a exhibir era fortaleza defensiva. Permítanme que discrepe. Ya sé que con poquito más que sume estará salvado. No tengan dudas. No es tan difícil pero un equipo que esta temporada había nacido para aspirar al ascenso. Y es que lleva desde el 29 de mayo de 2021 sin estar en puesto de fase de ascenso. Toda la temporada 21/22 y lo que llevamos de 22/23. Es decir 42 más 35: 77 partidos. No pasaría nada si alguien saliese a contar la verdad y dejasen de contarle historias a una afición que cree que haber estado en Primera da pedigrí.
El cruce con distintas caras
Es curioso que una cita entre un equipo que está en descenso (la Ponfe) y uno que no lo está (el Lega) parezca generarle más estrés al que va en caída libre que al que se sostiene como puede. He de reconocer que uno no sabe cuál debe ser la actitud en una cita con estas características, más allá de tener actitud, que es el mínimo exigible.
Pero el partido se comió un cuarto del mismo con un triste disparo de Neyou desde fuera del área que el portero local detuvo sin mayor complicación. ¡Uf! ¡Qué espesura! Pero imagina que en la cabeza de todos los que saben echar cuentas estaba que un punto seguía dejando a cinco a los berzianos que era lo mismo que dejar el descenso a esa distancia.
Los leoneses dieron la sensación de espabilar por muchos síntomas: tener mucho más el balón, probar a Asier Riesgo, mandar al Leganés a 35 metros, intentar ensanchar el campo hasta el máximo… Sin saber exactamente la razón, el Lega se acostó en la envenenada cama que le estaba preparando la Ponferradina. En mitad de ello, el técnico local ajustó piezas a la media hora.
El Lega parecía de otro tiempo, de otra época, de otro momento futbolístico porque estaba en modo ‘ver, correr y callar’. No parecía argumento suficiente y para ratificarlo Paris Adot armó un misil tierra-aire que Riesgo pudo despejar porque iba muy fuerte, pero muy poco colocado. Los de Carlos Martínez estaban cerrando la primera mitad armando una defensa de esas que no sabes dónde y cuándo la vas a pifiar… O no. De la primera batería de acoso serio de los bercianos, los ‘pepineros’ salieron vivos. Lo mejor que podía ocurrir era un descanso. A los de amarillo-fluor les mataba no tener balón. Y llegó el refrigerio.
Segundo acto
El arranque de la segunda parte tuvo algún que otro viso de desconcierto por parte de los dos equipos. Se mantuvo la línea del final del primer tiempo con los mismos indicios. El Lega sobrevivía mejor, las cosas como son, mientras que la Ponfe había diluido algo el fútbol que había mostrado.
Con el reloj marcando el 15 de la segunda, el partido enloqueció de repente y se enfrío solo. Decidió aparecer un delantero llamado a ser importante en esto del fútbol, Karrikaburu. Pero en posición ilegal por lo que su gol fue anulado, con celeridad y sin dudas. Segundos después llegó el surrealista cambio de ver como todos los que tiene historia con el Lega y juegan en la Ponfe (Naranjo, Naim y Dani Ojeda, se vieron en el cruce de cambios). Carlos Martínez buscó talento y frescura con Fede Vico y Rubén Pardo.
Los visitantes habían llegado a ese punto en el que el reloj empezaba a recordar que no perder daba dos partidos de ventaja con el descenso. Es cierto que ganar daba más, pero… A los locales empezaba a pesarle pensar precisamente en lo mismo. El tiempo era un mazo que golpeaba minuto a minuto. Y los visitantes daban la sensación de poder dar una ‘puñalada trapera’ al partido. Y la dieron.
A tres minutos del final, dos de los que habían entrado metieron en la saca el gol de la victoria. Rubén Pardo botó un córner por el lado derecho de los leganenses y Sergio González remató de cabeza, bien pero solo, ante la imposibilidad del portero local que llegó tarde a intentar evitarlo.
LALIGA (Segunda división, jornada 35ª)
SD PONFERRADINA, ; CD LEGANÉS,
SD PONFERRADINA: 13. Abedzadeh; 22. Paris Adot (21. Ale Díez, 78′), 6. Chakla, 4. Pascanu, 16. Moi Delgado; 7. Dani Ojeda (34. Naim García, 62′), 8. Agus Medina, 11. Nwakali (3.Diéguez, 29′), 30. Hugo Vallejo (20. José Naranjo, 62′); 23. Lacerda (10. Yuri, 78′) y 19. Edu Espiau.
CD LEGANÉS: 13. Asier Riesgo; 21. Miramón (14. Rubén Pardo, 62′), 2. Nyon, 3. Jorge Sáenz (6. Sergio González, 62′) , 4. Omeoru, 5. Josemu; 8. Gaku (18. Fede Vico, 62′), 16. Neyou, 32. Cissé; 19. Karrikaburu (9. Qzmi, 88′), 7. J. Narváez (37. Navarro, 72′).
ÁRBITRO: Caparros Hernández (Colegio Valenciano).
INCIDENCIAS: El Toralín. Amonestó a los locales Nwakali (17′) y a los visitantes Gaku (19′) y Cissé (85′)
GOLES: 0-1 (92′) Sergio González a la salida de un saque de esquina remata de cabeza.