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La UD Ibiza, dirigida por el expepinero Juan Carlos Carcedo, logró los dos tantos en la segunda mitad
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Gran gol de José Arnáiz que solo sirvió, en ese momento, para empatar el partido
Tercer compromiso seguido con otro recién ascendido. La experiencia ante la Real Sociedad B fue, muy lentamente, en línea ascendente. Eso sí en 180 minutos (más lo de los descuentos) se evidenciaron gran parte de los males que pueden perseguir a los pepineros durante la temporada. En este tercera fiesta de la temporada vino invitado un exblanquiazul: Juan Carlos Carcedo, técnico del conjunto ibicenco que durante tres años militó en las filas del titular del Municipal de Butarque. Un ex que enseñó con un equipo con muy buenas maneras que se llevó la victoria.
Garitano ajustó un poquito más con respecto a la semana pasada. Poco a poco, a falta de las incorporaciones, parece ir dándole forma a su segundo tradicional trabajo: primero tener un equipo y después tener un once. Lo primero está a punto; lo segundo, más despacio, pero también va llegando poco a poco.
Buen arranque
El once del Lega se empeñó, al menos en los primeros minutos, en recordar el titular de la crónica anterior: ¡Qué trabajito le cuesta hacer un gol! Todo se explica en dos minutos y medio. Sabin Merino colocó en exceso, y por extensión desviado, tras un gran centro de J. Silva. El primer calentón de la grada no tuvo casi tiempo de enfriarse porque dos minutos después otra vez se quedaron con el ¡Uy! en la boca cuando Bárcenas no acertó en la definición tras un pase de Palencia.
La cosa, al menos en ese principio de partido, dejaba importantes detalles de que el Lega podría estar poniendo los cimientos de su primera victoria. Pero los ibicencos devolvieron ‘medio golpe’ intentando quitarse de encima la presión propuesta por los locales. En la intentona Javi Pérez pegó secó y raso a un balón en el que Riesgo hizo el primer estiramiento durante el tiempo del partido. Los de Garitano parecían tener una instrucción muy clara: presión, presión alta, presión fuerte y cuanta más presión mejor.
Circulación frente a presión
Carcedo tomó la decisión de recordarle a los suyos cuál es una de sus virtudes: el toque de balón, ya fuese para evitar la presión pepinera ya fuese para salir de ella. Y si lo haces bien y si la circulación del balón es lo suficientemente rápida puedes encontrarte que en cualquier momento estés pisando área con opciones. La grada iba soportando el paso de los minutos con la esperanza intacta y con ganas de aplaudir cada acción de los suyos. Algo de agradecer porque las críticas vomitadas en alguna red social evidencian unas prisas innecesarias y una falta de memoria alarmante.
El partido discurría con tan buenas perspectivas para los locales como rápido se iban escapando los minutos por el reloj. Algo que, a priori, no parecía crearle una especial ansiedad a los ‘pepineros’. Estaban cumpliendo, o eso parecía, el guión previsto a rajatabla. Tenía pinta (insisto en lo de tenía pinta, por si a alguien le genera alguna duda) de que lo de que marcara el Lega podía (insisto en lo de podía) ser cuestión de tiempo.
Llegó la ‘nunca bien ponderada’ pausa de hidratación (cualquier otra terminología que lean al respecto de ese tiempo es un cursi atentando contra la Lengua Española. Garitano dedicó gran parte del tiempo a corregirle cosas a Jonathan Silva. El resto a las botellas de agua. El último domingo de agosto llevó calorcito a Butarque muy soportabe.
Y la pausa, sorprendentemente, pareció cambiar todo pero no precisamente para bien. El partido entró en un tiempo y en un modelo de encuentro de mucho más espesor. Todo fue tan repentino que es difícil de explicar. Los isleños despertaron al entorno pepinero con un centro cruzado con veneno y rematado sin orientación. Él que esto escribe no es capaz de encontrar una explicación a todo eso (poco, salvo un balón exquisitamente cedido por Arnáiz a Perea que tiró alto y un balón de Sabin a Bárcenas) qué ocurrió desde la pausa hasta el descanso.
Refrigerio en el rincón de pensar
Después de coger más fuerzas que en la pausa de hidratación, recibir las pertinentes instrucciones de Garitano y Carcedo, los mismos 22 pisaban de nuevo césped de Butarque. Y cuando estaban todos cogiendo el sitio, la UD Ibiza dio el primer aviso. Un disparo desde fuera que provocó el segundo gran estiramiento de Asier Riesgo. Parecía que todos habían despertado de pronto.
El partido reclamaba a gritos la celebración de un gol. No era especialmente peligroso, ni de ida y vuelta, ni un ‘bombardeo’ en el área de ninguno de los dos, pero el marcador de Butarque iba mereciendo poner un uno y quitar el ‘Robert Parish’ (00) antes de que la cosa se convirtiese en más irremediable. Parecía que sí. Pero todo tiene un pero…
El partido estaba a punto de cumplir su segundo tercio y, aunque no, parecía reclamar cambios, la lógica de un entrenador lleva añadido tener que buscar soluciones. Eso sí, en este caso los problemas no existían. Hasta que existieron y llegó todo de golpe.
Dos minutos, dos goles, dos cambios
En dos minutos el partido se puso como estaba, empatado, pero con una larga lista de detalles de los que hay que dejar testimonio. Primero fue el gol de la UD Ibiza. Un disparo desde fuera del área ‘pepinera’ pudo ser recogido por Castels, casi en el punto de penalti y rematar a placer. Tanto mérito visitante como demérito local. El mundo se le había caído encima a los locales.
Por arte de la calidad, tener a jugador como José Arnáiz permite cosas como las que se vieron. Un balón diagonal a la izquierda. En modo torero, paró, templó y mandó. Hizo un maravilloso control. Encontró el camino para acercarse a la portería de Germán Parreño y le cruzó de forma magistral. El reloj marcaba el minuto 58 y todo había pasado en dos. Garitano resolvió la duda de los cambios y mandó a Borja Garcés a estrenarse con la blanquiazul.
El Lega respiraba acelerado. Había salvado el primer golpe duro y equilibrado un partido ante un rival cuya puesta en escena es, cuanto menos, muy alabable. Tanto que cada vez que caía un balón en las inmediaciones de sus delanteros acababan provocando un susto a la afición local. Y es que, por muchas líneas que se quisieran escribir, lo que estaba haciendo el Lega era bueno, era despejado y muy poco reprochable. Sinceramente no me atrevería a decir si era cuestión de acierto o de suerte.
El tramo final
Los dos entraron en el último cuarto de hora sabiendo que si tenían la opción de marcar la cosa se antojaba como definitiva. Garitano aprovechó la pausa para darle entrada en el campo a Fede Vico y Doukouré. Más fuerza, más presión para el final. A esas alturas (a 14 minutos del final), Carcedo mantenía el once inicial ibicenco. Y razones no le faltaban para ello. Pero por si faltaba alguna llegó el segundo tanto visitante a 10 minutos del final tras hilvanar una gran jugada y rematar Ekain de cabeza.
El Lega tenía una soga apretando donde más puede doler en este principio de temporada. Tenía poco más de diez minutos para destrozar esta inesperada maldición de caer derrotado ante otro recién ascendido. Tres partidos con tres recién llegados: dos derrotas, un empate, un gol a favor y tres encajados. Habrá que pensar que esto empieza en septiembre, pero los de Garitano van a tener que ir recuperado por el pelotón. Suerte y acierto.
LaLiga (2ª División – Jornada 3ª)
CD LEGANÉS, 1; UD IBIZA, 2
CD LEGANÉS: 13. Riesgo; 3. Bustinza (34. Naim, 59′), 4. Omerou, 20. Javi Hdez, 5. J. Silva; 2. S. Palencia, 19. Luis Perea (22. Doukouré, 75′), 8. Gaku, 23. Bárcenas (21. Fede Vico, 75′); 9. Sabin (28. Borja Garcés, 59′) y 10. José Arnáiz (11. Juan Muñoz, 87′).
UD IBIZA: 1. Germán Parreño; 5. Rubén, 2′). Fran Grima, 4. Galdar, 3. Morillas; 8 Manu N. Molina, 23. Cifuentes (22. Miki Villar, 95′), 14. Javi Pérez (16. Javi Vázquez, 90′), 19. Bogusz (20. Appin, 90′); 10. Ekain y 17. S. Castels (11. Guerrero, 86′).
ÁRBITRO: Quintero González (Colegio Andaluz). Amonestó a los locales Omerou (14′)
GOLES: 0-1 (56′) Sergio Castels recoge un rechace en el área y tras la revisión del VAR se da como válido. 1-1 (58′) José Arnáiz de tiro cruzado y ajustado. 1-2 (80′) Ekain remata de cabeza tras un centro de Bogusz en una jugada muy trenzada.
INCIDENCIAS: Estadio Municipal de Butarque. 4454 espectadores.