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Ser el primero de la Comunidad de Madrid y el tercero de España en un examen oposición de Farmacéuticos Internos Residentes es el mérito de este joven leganense
Nacido en el Hospital Severo Ochoa hace 23 años. Exalumno del CEIP Manuel Vázquez Montalbán. Estudió Primero de ESO en el IES Pedro Duque, pero cuando estaba construido el IES Rafael Frübeck de Burgos inició su periplo hasta que terminó Bachiller. De allí a la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid en la que se licenció en julio del año pasado.
Semanas después inició la preparación para la oposición de FIR (Farmacéuticos Internos Residentes) en una academia. El pasado 25 de enero fue el examen al que concurrieron algo más de 1.300 personas. Días después “iba en el Metro y me llegó un correo de la academia diciéndome que habían salido las notas”.
Él no pudo acceder desde el teléfono porque se habían incrementando las medidas de privacidad. “Llamé a mi madre y le dije ‘por favor, abre mi ordenador y métete en la página del Ministerio. Le fui diciendo como llegar a las listas y ella fue la que me dio la noticia”.
En el Metro
Estaba sentado en un vagón del Metro de Madrid cuando se enteró que era el mejor de la Comunidad de Madrid y el tercero de España. Era la primera vez que se presentaba y, con una humildad apabullante, señala que “ha salido mejor de lo que esperaba”.
Su gusto por la Farmacia, sin referentes familiares cercanos, tiene que ver con su pasión “por el mundo sanitario, pero no quería ejercer como médico”. Reconoce que le gusta mucho la Química, la Biología e incluso “la Botánica, que es algo que algunas personas de Farmacia les gusta menos, pero a mí todo lo relacionado con las plantas medicinales también me apasiona”. En su decisión final algo tuvo que ver su madre: “No lo tenía como primera opción, mi madre me lo propuso y decidí tirar por ahí”.
Y dentro del mundo farmacéutico siente, como ha quedado demostrado, una especial predilección por el mundo hospitalario. “Sí, con todo el respeto del mundo hacia la Farmacia convencional, en la que tanto he aprendido (estuvo en la de La Cubierta), siempre me ha gustado el tema hospitalario”.
Crecimiento
Carlos entiende que es un mundo en el que puede desarrollarse, “conocer nuevas enfermedades, estar a la última en los medicamentos que salen (refiriéndose a los biológicos), nuevas terapias que se aplican en hospitales…”. Insiste mucho en no desmerecer “para nada la botica, que siempre llevaré dentro, pero es un punto de vista diferente que me atraía más”.
Tiene mucho que ver, también, sus prácticas en el Hospital Gregorio Marañón. “Me cambió la manera de ver la vida. Ahí te das cuenta de las enfermedades terribles que existen. Tuve que atender a gente de mi edad, incluso menores, y todo eso te hace ver el mundo de una forma completamente distinta. Te hace sentirte afortunado con la salud que tienes”. Y allí será donde elija la plaza de FIR, en el Hospital Gregorio Marañón.
Carlos es otro ejemplo más del brillante talento pepinero y de la juventud de Leganés.”Creo que en Leganés hay mucho talento. Hay mucha juventud muy buena en España, en Madrid y en Leganés. Hay que poner en valor a la juventud y a la juventud local. Hay mucho ‘pepinero’ que tiene que darle mucho a este mundo”. Y desde la satisfacción de leganense asegura que “me siento muy orgulloso de ser un chico normal, de educación pública, que está aquí sin haber estudiado en un colegio privado o en la mejor universidad de EE.UU.”.
La tía Pilar en el recuerdo del abuelo Joaquín
No tiene referentes familiares farmacéuticos salvo, como cuenta, “la tía Pilar, una hermana de mi abuelo Joaquín, trabajó en El Maillo en una botica. Falleció pero me han dicho que se sentiría muy orgullosa”. Pero no solo la tía Pilar, toda la familia, vive ese orgullo. El abuelo Joaquín “cuando es capaz de articular palabra, cuando le salen las palabras, sé que está muy feliz y muy orgulloso”.
