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Dos grandes jugadas del uruguayo acabaron con dos goles de sus compañeros
Tercera victoria liguera consecutiva del CD Leganés. Los de Martí le han sacado todo el rédito que podían a estos ocho días de nueve puntos. Dan un porrazo en la mesa y le dicen a los otros 21 equipos de Segunda: ¡Aquí viene el aspirante de verdad! Y no fue un partido fácil, para nada. Le ganó a un equipo muy complicado que pagó muy caro sus errores, pero sobre todo se encontró con un Michael Santos de dulce.
Octava comparecencia liguera. ¡Qué cómodo es todo cuando vienes de dos victorias anteriores y qué complicado debe ser cuando has ganado un partido de los siete anteriores! Ese era la cara y la cruz de los dos contendientes que pisaron Butarque en esta jornada ocho. Un día inolvidable: cambio de hora, lluvia sobre el césped del municipal y estado de alarma en el horizonte hasta cuando termine la Liga. Vamos que lo que más podía apetecer era disfrutar un partido, salvo que se convierta en algo agradable.
El Lega va sabiendo cada vez más a lo que juega y, dije en uno de esos partidos que muchos le criticaron pero este cronista se quedó con lo positivo, va haciendo cada vez más intensas sus señas de identidad. Le guste a quien le guste y a quien lo le guste dos trabajos tiene, es reconocible por muchas cosas. Destacan, al menos en Butarque de forma especial, la presión intensa y alta. La complicación permanente en la salida del balón a los rivales. Y eso le hace marcar el ritmo del partido. Y eso también es importante, y mucho, en el fútbol. Como esas etapas en línea en el ciclismo que hasta que no te las explican los que saben llegas a pensar que son aburridas y son, sin duda, maravillosas.
Arranque y poco más
Martí mantiene el dibujo, toca lo justito y el once empieza a configurarse casi de memoria incluso, y a pesar, de la cantidad de caras nuevas que se han incorporado al plantel pepinero este año. Y eso, siempre y sin excepciones es garantía de éxito. Por lo que se deduce que a uno de los grandes aspirantes al ascenso (hasta que el fútbol diga lo contrario si es que llega a decirlo) le vienen de maravilla todos esos condicionantes. Empieza a automatizar movimientos y así llegan ocasiones como llegó la de Sabin Merino a los cinco minutos. De no haber ‘cincelado’ el lanzamiento (hay veces que hay que pensar menos o más rápido) posiblemente a los cinco minutos se hubiesen adelantado los locales. No fue así. Le pegó a Bazoo, en modo bulto total. Pero como dice mi amigo el ‘Pelu’: “arrancada de caballo árabe y parada de burro manchego”.

La verdad es que la sensación que dio el arranque del partido es que iba a tener mejor pinta de la que tuvo después la primera media hora. Se puso tan intenso como ‘pesadito’. Sin dueño y sin que ninguno de los dos marcase el paso al otro. Y a pesar de ello no era un partido de ida y vuelta. Era un partido de ir y volver, que se parece mucho pero no es lo mismo. Y para complicar todavía más las cosas se sumó a esta inolvidable tarde de octubre el viento. Los 22 del césped seguían a lo suyo que, a fuer de ser sinceros, no era mucho.
Semejante panorama condujo al reloj hasta ese momento repetido en todos los partidos en los que el árbitro, silbato en la boca, lo hace sonar tres veces, eleva los brazos y los coloca en dirección al túnel de vestuarios para trasladar con esa señal a los contendientes que el partido ha llegado al tiempo de descanso. Y menos mal.
Segundo acto
La cosa empezó con un actor nuevo en el Leganés. Martí sacó del once a Sabin Merino y dio entrada a Michael Santos dejando así a lo que había sido su delantera titular en los dos últimos partidos con victoria incluida. La sensación era que se trataba de tener algo más entretenida a la defensa del Oviedo y esa sensación es lo que transmitió el partido a partir de ese momento. Si el Lega lo mantenía estaba más cerca de ganar que de perder (¿Les recuerda a alguien esa frase?).
El tiempo le dio la razón al técnico local. Todo ello tras observar con perplejidad como Ziganda cambiaba a cuatro futbolistas de una tacada – algo que seguramente haya ocurrido alguna vez pero el que esto escribe es la primera vez lo que veía -. Sacó al 36,36% del equipo. Pasó algo que, en modo facilón es criticable: mientras estaban cogiendo el sitio, Michael Santos agachó la cabeza y enfiló en línea recta hacia la línea de fondo. Todo lo salió bien, incluido un rechace. Y cuando llegó al final la puso al medio. Por allí llegaba Gaku que dibujó con el cuerpo una cosa y acabó haciendo justo lo contrario. Sin duda alguna, golazo. Golazo en el diseño y en la ejecución.
El Leganés de nuevo se ponía por delante en un partido. A tenor de lo visto recientemente eso parece una ventaja. No es que haya mucho trabajo de campo (siete partidos) pero desde luego apunta a que puede ser posible. Martí, desde luego, no decidió arriesgar mucho. Con tres partidos en ocho días había que empezar a dar descanso a los fijos: Arnáiz salió para convertir el centro del campo en un cuatrivote… ¡Qué Dios nos ampare a los que miramos!
El dibujo duró poco porque Martí va enseñando otra seña de identidad de su equipo: los partidos se agarran y no se dejan ir. Por eso pocos minuto después dio descanso a otro de los tres partidos: Gaku. Apareció por el césped Bustinza. El Oviedo estaba apretando y cuanto más fresquitos estuviesen los pepineros mejor porque olía a acoso e intento de derribo a Cuéllar.
El Lega estaba muy cerca de sumar su tercera victoria consecutiva. por si alguien tenía alguna duda, el otro gran goleador de los pepineros Borja Bastón dejó el partido resuelto después de dos errores garrafales del Oviedo. Todo nació en un saque de banda hacia atrás que ‘achucha’ Michael Santos, en un estado de forma maravilloso, se planta en el área y el rechace de su disparo lo manda a la cazuela Borja desde fuera del área muy colocado. El sustillo llegó a un minuto del final con un gol de los carbayones que solo sirvió para el sustillo.
LALIGA (2ª división, Jornada 8ª)
CD LEGANÉS, 2; REAL OVIEDO, 1
CD LEGANÉS: 1. Cuéllar; 2. Palencia, 15. Rodri Tarín, 4. Omerou, 28.Javi Hernández; 25. Rubén Pardo, 8. Gaku (3. Bustinza, 75′), 21. Rubén Pérez, 10. José Arnáiz (19. Luis Perea, 69′); 24. Borja Bastón (12. Lasure, 89′), 9. Sabin Merino (23. Michael Santos, 23′)
REAL OVIEDO: 13. Brazoo; 7. Johannesson (12. Juanjo Nieto, 59′), 2. Grippo, 3. Arribas; 24. Lucas, 14. Jimmy, 18. Bolaño (22. Blanco Leschux, 75′), 5. Aburjaniat(20. Tejera, 59′), 19. Cedric (15. Mahuel, 59′); 16. Obeng; y 17. Viti (8. Sangalli, 59′).
ÁRBITRO: Dámaso Arce (Castellano-Manchego). Amonestó a los visitantes Aburjania (5′), Bolaño (37′).
GOLES: 1-0 (60′). Gaku, llegando desde atrás, quiebra a un rival y dispara duro con la derecha tras amagar con la izquierda; todo tras una jugada muy vertical de Michael Santos. 2-0 (86′) Borja Bastón coloca desde el borde del área un balón rechazado de otra gran jugada de Santos. 2-1 Obeng (93′) remata de cabeza en el área pequeña un centro desde la izquierda.