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1505 día después de Anduva, cuatro años y 19 días después, el club pepinero desciende a Segunda
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Sergio Ramos adelantó con un testarazo a los madridistas a los cuatro minutos de partido
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Un gol de Bryan Gil en la prolongación del primer tiempo dio las alas y la esperanza que necesitaban los pepineros
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El empate de Assalé a doce del final volvió a poner el milagro sobrevolando el Municipal de Butarque
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Al Lega le limpiaron un penalti a favor seis del final por unas manos que el VAR no concedió
CRÓNICA: Juanma Álamo FOTOS: Beatriz Fdez. de Agustín
1505 días después de Anduva. Cuatro años y 19 días después de Anduva. 152 partidos después en Primera división. Cuatro entrenadores después (Garitano, Pellegino, Cembranos y Javier Aguirre). Con un estadio vacío de público y a rebosar de sueños. Con un partido que empezó con sol y acabo con luna. Con un Municipal de Butarque enmudecido por una pandemia en el que durante cuatro años se han forjado tantos sueños como deseos. Después de todo eso, el CD Leganés ha firmado hoy su… descenso a Segunda división.
El adiós de un modesto a la Primera división, el CD Leganés, no podía ser con más dignidad que ante el ya vigente campeón de Liga, Real Madrid. Algo así como si los arcanos incontrolables del fútbol hubiesen querido agradecerle a los pepineros todo este maravilloso periplo de cuatro años en Primera división. Un ciclo que comenzará a ponerse en valor a partir de las once de la noche de este 19 de julio de 2020. Desde hoy todo se mirará en una estadística en la que podrá comprobarse que el CD Leganés estuvo con los más grandes del fútbol español. ¿Volverá? Podrá hacerlo. Sin duda.
El más difícil todavía
Eran dos partidos en uno. El Lega se había empeñado en hacer el más difícil todavía o en nadar para acabar ahogándose en la orilla. A fuer de ser sinceros, entre descender por esos campos de España o hacerlo en tu casa frente al líder, mejor lo segundo que lo primero. Así se saldaba una deuda con aquel vergonzante descenso del 2004 con el Córdoba.
El partido
Pues miren, no es que sea lo más importate, pero si condicionaba lo que podía pasar. Y el arranque fue con un campeón queriendo ejercer de ello. Cuéllar desviando a córner un disparo desde fuera del área de Valverde. Cuatro minutos después, en el ocho, se firmaba la primera copia del descenso del Lega. Un testarazo de cabeza de Sergio Ramos que acabó en las redes de Cuéllar. El más imposible todavía acababa de comenzar. A esa hora el Celta empataba y salvaba la categoría. Cinco minutos después Bryan Gil ponía por vez primera a prueba a portero madridista.
El campeón puso en liza un once indiscutible, con algún futbolista reservado, pero más de uno quisiera conformar un once titular como el que puso el Real Madrid en liza en Butarque en la despedida. Al Lega le costó muchísimo más de lo que se esperaba aterrizar en el partido y, cuando lo hizo, ya iba perdiendo. La losa de ir por detrás en un partido en el que te estás jugando el descenso y hacerlo ante el ya campeón es más que una losa, casi una lápida.
Cuesta arriba
A las 20 minutos el Lega tuvo la segunda. Una jugada elaborada por el lado izquierdo (el más débil del Real Madrid) que Recio remató demasiado blando para lo que se esperaba de él. No hubo mayor problema para Areloa. Al Lega le iba a costar un mundo, o dos o tres, darle la vuelta a todo. Se le había puesto todo muy complejo, difícil o “jodido”. Lo mejor que le pudo pasar es que llegase la pausa para la hidratación porque había mucho que hidratar, especialmente para lo que había que levantar.
La primera gran ocasión, de las de verdad, llegó en una falta que, por un momento, parecía penalti pero solo fue falta al borde del área. Recio la intentó colocar con potencia, pero la defensa sacó el balón. Era la ocasión de estar menos muertos. Vivos no se estaba, pero se podía haber estado agarrado a la respiración asistida del sueño y la esperanza. ¿El Real? Pues no tenía, a esas alturas, ni prisa, ni mucha tensión. Sabía que podía valerle con muy poco.
Y llegó ese hilo de esperanza que necesitaban los pepineros. Llego en dos direcciones. El Lega igualó el partido cuando iba a cerrarse la primera parte. Otra vez por el lado izquierdo del Real Madrid. Otra vez Jonathan Silva y otra vez Bryan Gil. En esta ocasión conseguía batir a Areloa. Mientras el Lega celebraba el empate, en Cornellá marcaba el Espanyol pero el balón le había dado al árbitro y tras un VAR se anuló. El Lega estaba empatado. El Celta había sentido ya miedo.
La vuelta final
45 minutos por delante para firmar la segunda copia del acta de cierre en Primera del Lega. El sol se había ido pero la ilusión se había quedado. Los resultados que se daban permitían al Leganés saber qué si se ponía por delante se podía quedar en Primera. Leganés seguía teniendo un sueño. Ver desde la zona de prensa la ermita donde está la patrona de la ciudad y no pensar que pudiese estar mirando de reojo la Virgen de Butarque es inevitable. Y es que salvarse entraba más en la categoría de milagro que de sueño (como dijo en el descanso un ilustre pepinero).
Aguirre tiró de pólvora en la vuelta: Óscar volvió y Guerrero entró. El técnico quiso demostrar lo evidente. El Lega, con lo que pasaba en Cornellá, estaba a un gol de salvarse. ¡Qué fuerte sonaba! Pero qué cierto es. Había que vivir con ojos en dos campos. Nadie pensó que podía llegarse a esta situación pero se había llegado. El arranque del segundo tiempo fue como el del partido: el campeón queriendo ejercer de campeón y el Lega perdiendo más sitio. Había que recuperarlo.
Tensión, tensión y tensión
Y tensión y más tensión. Por las cercanas vías pasaba un tren. Soplaba el silbato como si quisiera celebrar el gol que acababa de conseguir el Real Madrid. Asensio, a los siete minutos, hacía lo mismo que había hecho en la primera parte Sergio Ramos. Parecía que todo estaba clonado. El 1-2 era la mitad de la lápida. Los tres cuartos llegaban pocos minutos después al lesionarse Rodri Tarín. Todo parecía doblarse de pronto. Más oscuro.
El resultado metió en el campo a Roque Mesa y Assalé. Y algo que no se había visto en todo el año: los blanquiazules metidos en el campo contrario. No había otra. Un equipo con tanto problema de gol tenía que hacer dos en alrededor de 40 minutos. Segundo milagro. Tenían que intentarlo pero la locura se podría pagar muy cara. Descuidarse defensivamente ante el Real Madrid podría ser un suicidio, pero.. ¿y qué más daba? Zidane decidió refrescar: fuera Benzema, Casemiro y Asensio.
30 minutos
Media hora para un todo o nada ante el Real Madrid era una apuesta impensable, complicada y con tintes de imposible. Si llegaba el tercero de los ‘verdes’ se había acabado todo. Si llegaba el segundo de los blanquiazules podría haber vida. Si no pasaba nada más, todo estaba terminado. El Lega optó por el modo acoso. Areloa paraba una y otra. Todas muy blandas, todas no demasiado complicadas. La suerte estaba echada. ‘La grada’ gritaba: la vida, la vida.
La vida es eso maravilloso que ha permitido al CD Leganés estar cuatro años entre lo más granado del fútbol español. Pasear el nombre de una ciudad que no olvidará jamás el 2020 por todo el planeta. Un equipo de fútbol que se ganó el derecho a hacer soñar a todos los aficionados al fútbol de esta ciudad. Tanto que defendió su dignidad hasta el último momento.
El arreón final
A trece del final, Assalé hacia el empate. Dejar un 2-2 en el marcador de Butarque con unos minutos para seguir peleando era hacerle una loa a la dignidad de los humildes. El Lega lo estaba haciendo. Iban a morir, si acaso morían, con las botas puestas. Quedaban minutos para el milagro. Lo tuvo Avilés en la pie derecho. Salía un córner y el canterano le pegó mal. Al árbitro le dijeron que había que mirar un posible penalti en el área del Real Madrid. Unas manos de Jovic que el árbitro no quiso ir a ver.
La prolongación de seis fue una agonía mayor. El Lega estaba jugando a la desesperada para quedarse en Primera en el último instante de una Liga. Algo inesperado y sorprendente pero posible. Era angustioso. Fue angustioso. Nadar para ahogarse en la orilla. El Lega solo ha estado una jornada fuera del descenso: la primera. A partir de mañana hay que pensar, sí o sí, en ser cabeza de ratón en Segunda. Han sido cuatro años de cola de león en Primera.
PD: Gracias por permitirle a este humilde periodista y a este humilde medio haber podido disfrutar de todos estos grandes ratos.
LALIGA (Jornada 38ª)
CD LEGANÉS, 2; REAL MADRID, 2
CD LEGANÉS: 1. Cuéllar; 16. Rosales, 15. Rodri Tarín (6. Roque Mesa, 55′), 22. Siovas, 3 Bustinza, 5. J. Silva; 19. Aitor Ruibal (9. Guerrero, 45′), 23. Amadou (33. Javier Avilés, 75′), 8. Recio (20. Assalé, 55′), 26. Bryan; 39. Garrido (27. Óscar, 45′) .
REAL MADRID: 1. Areola; 17. Lucas Vázquez , 4. Sergio Ramos (6. Nacho, 45′) 3. Militáo, 23. Mendy; 14. Casemiro (21. Brahim, 60′), 15. Valverde, 22. Isco; 25. Vinicius, 9. Benzema (18. Jovic, 60′) y 20. Asensio (8. Kroos, 60′).
ÁRBITRO: Cuadra Fernández (Colegio Balear). Amonestó a los locales Recio (38′), Ruibal (42′), Silva (55′) y a los visitantes Brahim (65′)
INCIDENCIAS: Estadio Municipal de Butarque.
GOLES: 0-1 Sergio Ramos (8′), de cabeza tras un centro desde la derecha. 1-1 (45′) Bryan Gil tras un centro de Jonathan Silva. 1-2 (51′). Asensio de tiro cruzado raso. 2-2 (78′) Assalé de tiro raso cruzado tras centro de Silva.