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La Soledad, en el centro; el Cristo de la Preciosa Sangre y la Virgen de los Dolores, en La Fortuna, recrean una intensa noche de Viernes de Dolores
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Domingo de Ramos con la procesión de ‘La Borriquita’ por las calles del centro; y la recreación en San Ramón (Vereda) con una burra de carne y hueso
Las primeras celebraciones de fervor popular en Leganés vinculadas a la Semana Santa, en la que los cristianos celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, se han llevado a cabo durante este fin de semana. Desde el viernes hasta el mediodía de hoy domingo, en diferentes puntos de nuestra localidad se han vivido tanto el Viernes de Dolores como el Domingo de Ramos.
La noche del Viernes de Dolores arrancó con la tradicional procesión por las calles del centro de Leganés de la Virgen de la Soledad. Con la belleza habitual de uno de los pasos más elegantes de la Semana Santa leganense se puso en marcha la actividad procesional de la ciudad en esta santa semana. Su paso por las calles del centro fue acompañado, un año más, por fieles, devotos y curiosos. Algunos de ellos, admirados por la belleza de la imagen.
La Fortuna
A las nueve menos cuarto de esa misma noche, se abrían las puertas de la calle San Fernando de la Parroquia de San Fortunato. La imagen del Cristo de la Preciosa Sangre y la Virgen de los Dolores abandonaron el templo para procesionar por las calles centrales del barrio. Con un fervor en clave andaluza, el portar costalero de idéntica forma y detalles propios de la Semana Santa andaluza, ambas imágenes acortaron el recorrido, que no el tiempo de procesión, y mantuvieron sus tradicionales cuatro horas en las calles.
Tomada la decisión de acortar el recorrido, la vuelta en la misma avenida de la Libertad permitió disfrutar del giro de los pasos y la habilidad de costaleros y costaleras. Todo hasta llegar al emotivo encuentro de las imágenes antes del definitivo giro de retorno en la calle San Fernando hacia el templo pasadas la una de la madrugada.
Domingo de Ramos
Tras el ‘impás’ del sábado, llegó la celebración de la entrada de Jesucristo en Jerusalén. Las parroquias de toda la ciudad celebraron de diferente manera este importante momento. El centro de Leganés vivió, desde la Plaza de la Policía Nacional, el desfile del pequeño paso de ‘La Borriquita’ portado por niños. Además, esta procesión de pequeños iba muy acompañada de dichos pequeños con sus atuendos de hebreos. El recorrido, pasando por la Fuente Honda, calle Mediodía, Plaza de París, Plaza de España y hasta la Parroquia de San Salvador se produjo tras las tradicionales bendiciones de los ramos.
Por otro lado, en la Parroquia de San Ramón, en Vereda de los Estudiantes, se ha convertido ya en tradición la procesión con una burra de carne y hueso. Un año más, presente el animal, con una parroquia que se quedó pequeña desde el comienzo de la celebración. Esta procesión suele discurrir por el interior de la parcela de la Parroquia, pero, al haber llovido tanto, la zona estaba muy embarrada por lo que ha sido algo más corta por la puerta de la misma.