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Un gol de Juan Muñoz en el minuto 4 le sirvió a los pepineros para sumar los tres puntos
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Los de Idiakez jugaron desde el minuto 35 con uno menos tras la expulsión con roja directa (tras VAR) de Gaku
Se jugaba el Leganés en el partido algo más que permanecer agarrado al sueño de poder seguir soñando. Se jugaba el Sporting la posibilidad de dejar de tener pesadillas, al menos alguna semana. Y, aparentemente, no se le podía poner más de cara el partido a los locales.
Solo habían pasado cuatro minutos de partido cuando una, cuanto menos, criticable defensa sportinguista, permitió a Dani Raba acomodar un disparo que ya estaba envenenado. Pero si le faltaba algo más de veneno, se encargó Juan Muñoz de estirar la pierna derecha para desviarlo un poco más, lejos del Pichu Cuéllar. Sorprendido, el expepinero solo pudo darse la vuelta a recoger el balón.
Opciones
La lógica llevaba a pensar que si a menos de 250 segundos de empezar te pones con ventaja el partido no tiene porque tener excesivas complicaciones. Especialmente si te mantienes firme a lo que sueles ser. Y el Lega, otra cosa no habrá hecho este año (que si las ha hecho) pero defender la identidad desde que comenzó el campeonato. Tuvo la opción de ampliar la ventaja en el minuto 12 cuando Juan Muñoz se vio ‘abducido’ por el espíritu del Caminero del Camp Nou del doblete del Atleti. Le dejó un balón a Franquesa en mitad del área que tiró mal.
Los rojiblancos de Miguel Ángel vivieron un periodo de reacción que pudo haber culminado de haber tenido más acierto o más picante o las dos cosas. Al Lega le valía con un buen repliegue y tensión defensiva.
Con el minuto 33 llegó la primera polémica. El colegiado, tras un acción de Gaku, le amonestó con tarjeta amarilla. Por esas del VAR que solo entienden algunos, le llamaron para revisarla. Lo hizo. Vio que podía ser calificada como roja y le expulsó. En el minuto 35 el Leganés se había quedado con uno menos. Sorprendía tanto la expulsión, la entrada y el autor de la misma.
Cambio de partido
Para los dos contendientes comenzaba un partido nuevo. Los locales solo tenían que hacer una cosa bien, llegar al descanso sin alterar los nervios. Pues tampoco lo hicieron. Enloquecieron en una protesta de una acción que no tenía nada que protestar. Los dos del lado diestro del equipo (Nyom y Miramón) acabaron sancionados por la protesta y por insistir en la protesta. En la máquina de nervios no tenía nada que ganar.
Descanso y cara nueva
Rubén Pardo relevó a Juan Muñoz en los pepineros. Equilibrio y zonas parejas para la formación capicua (1-4-4-1). El cambio sportinguista, Cote entró al campo, parecía darle esa pizca de pólvora y picante que le había faltado durante todo el primer tiempo. La renuncia pepinera a lo ofensivo dejaba muy abandonado a su suerte a José Arnaiz.
El Lega, como podía, iba soportando los arreones gijoneses. Le valía con el orden y la presión. Algo que le ha identificado durante todo el año. Sin embargo, el Sporting empezó a encontrar, más en el cansancio que en otra cosa, los huecos por los que poder probar a Asier Riesgo. Los de Idiakez probaron a hacer algo que se les ve poco: una defensa muy estática, muy ‘balonmanera’. Le estaba dando problemas, muchos.
Los ‘arnaiazos’
En un partido así, con el Sporting absolutamente tirando en busca del empate, permitió ver algún que otro contragolpe. Sobre el 75, José Arnáiz probó suerte con el Pichu. Los visitantes seguían a lo suyo haciendo generando cada ‘equis’ tiempo ocasiones que no eran capaces de embarcar entre los tres palos.
A pesar de que Idiakez parecía pedirle a los suyos que subiesen unos pocos de metros la línea defensiva, los rojiblancos hacían su trabajo. Tenían que quemar minutos como el que quema servilletas de un bar, para que volasen. En uno de esos ‘arnaiazos’, consiguió que el árbitro, a cinco del final, dejase al Sporting con uno menos. Lo de quemar minutos se volvía una exigencia. Y entre esa quema de segundos, los aplausos más que merecidos en el cambio de José Arnaiz.
La prolongación de ocho minutos solo generaba más angustia. 480 segundos de angustia. Por aquello de juguetear un poco con el reloj, el Lega aprovechó cualquier ocasión para perder la mayor cantidad posible de tiempo. Para los rojiblancos era desesperante tener que pegarse con el reloj, con el tiempo y con la paciencia pepinera. Todo hasta que el murciano Sánchez López decidió poner el punto y final.
SEGUNDA DIVISIÓN (Jornada 26ª)
CD LEGANÉS, 1; REAL SPORTING, 0
CD LEGANÉS: 13. Riesgo; 2. Nyom, 3. Jorge Sáenz, 6. Sergio G., 15. Franquesa; 21. Jorge Miramón, 20. Undabarrena (16. Neyou, 77′)8. Gaku, 17. Raba (16. Fede Vico, 76′); 11. Juan Muñoz (18. Rubén Pardo, 46′) y 10. José Arnáiz (19. Karrikaburu, 89′).
REAL SPORTING: 1. Cuéllar; 4. Insua (14. Jeraldino, 69′), 24. Izquierdo, 6. José Marsá; 2. G. Rosas, 8. Pedro Díaz, 33. Nacho (18. Zarfino, 84′), 32. Diego (3. Cote, 46′); 12. Cristo (23. Djuka, 58′), 11. Campuzano (20. Jordán, 58′) y 19. Juan.
ÁRBITRO: Sánchez López (Colegio Murciano). Amonestó a los locales Nyom (42′), Jorge Miramón (43′), Raba (58′), Rubén Pardo (64′), Riesgo (80′), Karrikaburu (92′) y a los visitantes Cristo (53′), Pedro Díaz (60′), Coté (86′). Expulsó con roja directa al local Gaku (35′) y al visitante Jony (46′) y a Guille Rosas (85′).
GOLES: 1-0 (Juan Muñoz, 4′) desvía un disparo de Dani Raba.
INCIDENCIAS: Estadio Municipal de Butarque. 7.912 espectadores.
