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La Teniente ha repasado su carrera en una ponencia para reivindicar el papel de la mujer en la sociedad
En uno de los actos del Día Internacional de la Mujer que sigue celebrando el Ayuntamiento de Leganés, la Teniente Coronel de la Guardia Civil Verónica Guillén Malagón, la mujer con más alto grado dentro del cuerpo, fue protagonista en una ponencia dónde expuso su carrera dentro del cuerpo hasta llegar a su alto cargo actual y las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse. Además, también es jefa del Área de DDHH, Igualdad y Diversidad del Gabinete Técnico de la Guardia Civil.
Esta serie de actos quieren poner en valor el papel de la mujer en la sociedad y darles visibilidad, además de hacer creer a las más jóvenes que todo os posible.
En la ponencia estuvieron presentes el alcalde Miguel Ángel Recuenco y la concejala de Igualdad, Comunicación, Festejos, Juventud y Cooperación al Desarrollo Almudena Jiménez. Ambos destacaron el papel de la mujer dentro de la sociedad y en concreto el de Verónica en la Guardia Civil.
Verónica comenzó su exposición con una frase muy clara: “Los límites solo existen cuando nos los imponemos”.
Una mujer al mando: la historia de una pionera en la Guardia Civil
Desde pequeña, su vocación por la seguridad y el orden la llevaron a soñar con una carrera poco común para una mujer en su entorno. Aunque proveniente de una familia con raíces militares, su pasión por la Policía Nacional la llevaba a escaparse del colegio para visitar a su tío, quien trabajaba en la Policía Científica. Su fascinación por ese mundo la llevó a querer ser pilota de aviones de caza, un sueño que se vio truncado cuando le hicieron ver que no había mujeres en ese puesto y que ninguna nunca había llegado a tener un cargo de esta magnitud. Enfrentada a esa barrera, decidió redirigir su camino y optar por la Guardia Civil, convirtiéndose en lo que ella misma llama “la oveja verde de la familia”. Desde entonces, nunca se ha arrepentido de su decisión.
Un ascenso rápido y desafiante
Con tan solo 24 años, llegó a Alicante como teniente adjunto. En la academia, dudaba de si podría llegar tan lejos, pero una necesidad en el puesto de Jávea le abrió las puertas en este mundo. Su llegada no fue fácil, ya que muchos de sus compañeros nunca habían trabajado con una mujer en ese puesto y no sabían cómo comportarse con ella ni cómo debía ser su relación. Al no tener referentes femeninos en quién fijarse y poder seguir su ejemplo, tuvo que desarrollar su propio estilo de mando y que ha ido mejorando con el paso del tiempo y la experiencia.
El impacto de las mujeres en puestos de mando
Para ella, es fundamental que haya mujeres en todos los niveles de la Guardia Civil. Considera que la diversidad entre los dos géneros aporta diferentes puntos de vista, lo que enriquece la toma de decisiones. Cuando piden su opinión sobre algún tema, interpreta las cosas a su manera y, al ser distinta a los de los hombres en muchos casos, contribuye con otra perspectiva. Ha destacado también el 30% de ratio que tiene que haber de mujeres dentro de la Guardia Civil, un porcentaje que debe ser mejorando en el futuro.
Desafíos y barreras en su carrera
El camino a su actual cargo de Teniente Coronel no ha estado exento de obstáculos. En la academia, tuvo que enfrentarse a unas pruebas físicas muy exigentes, las mismas que sus compañeros hombres. Esto se traduce en que actualmente haya muy pocas mujeres oficiales y en altos cargos, aunque la situación ha ido evolucionando y cambiando con el paso del tiempo. Además, se ha encontrado con prejuicios sociales por la escasa presencia femenina en su campo y que los sigue habiendo hoy en día, aunque en menor medida. Para ella, es vital romper con estos estereotipos y evitar encasillar a hombres o mujeres en determinadas profesiones.

Experiencias que han marcado su trayectoria
Uno de los aspectos que más la ha impactado ha sido su trabajo con víctimas de violencia de género, incluidas algunas de sus propias compañeras. Recuerda cómo, antes de los cambios en la Ley de Igualdad, las mujeres quedaban desprotegidas después los juicios y muchas acudían a la Guardia Civil en busca de ayuda. Además, ha impulsado formaciones en perspectiva de género, creyendo que no solo es fundamental aprender sobre el tema, sino también sensibilizarse de verdad al respecto.
Un cambio paulatino en la Guardia Civil
A lo largo de su carrera en el cuerpo, Verónica ha sido testigo del crecimiento de la presencia femenina en la institución. Hoy en día, tiene compañeras en todos los niveles, algo que parecía imposible en sus inicios. Sin embargo, admite que todavía hay ciertos puestos donde es complicado acceder para las mujeres y debe mejorarse el acceso a ello. También reconoce que ha encontrado hombres que han sido fundamentales en su camino durante su vida dentro de la Guardia Civil.
Un consejo para futuras generaciones
Para las mujeres que están empezando sueñan con una carrera en la Guardia Civil, su mensaje es claro: “No ponerse límites nunca, ya te los pondrán otros”. Ha destacado la importancia de luchar por los sueños, esforzarse y no rendirse ante los obstáculos. Esta es una profesión vocacional, en la que la capacidad de adaptación y aprendizaje constante son esenciales y dónde hay que estar preparada para cualquier cambio.
Rompiendo barreras
En el transcurso de su carrera ha tenido que lidiar con momentos en los que no la han tomado en serio por el mero hecho de ser mujer, aunque afortunadamente eso ha ido cambiando con el tiempo. Ha recordado una vez que un ciudadano extranjero se negó a hablar con ella solo por su género. A pesar de hechos como este, siempre ha promovido el trabajo en equipo y ha tenido compañeros que han apoyado su labor, demostrando que el liderazgo no entiende de géneros.
La trayectoria de Verónica Guillén Malagón es un verdadero ejemplo de determinación, esfuerzo y pasión. En esta ponencia ha demostrado porque ha sido capaz de llegar tan lejos en la Guardia Civil y a su actual cargo de Teniente Coronel. Con cada obstáculo que ha superado, ha abierto la puerta para que más mujeres se unan al cuerpo en igualdad de condiciones. Aunque aún hay mucho por hacer, su historia, expuesta en esta ponencia, muestra que el liderazgo y el compromiso no tienen género. Sus mensaje son muy claros y contundentes: soñar, luchar y nunca poner límites.