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El Lega empata a cero (0-0) con el Málaga un partido que pudo desnivelar en la primera parte
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Herrerín salvó al Leganés con un paradón a siete minutos de acabar el partido
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El Lega desaprovechó varias ocasiones durante la primera parte: Mantovani, Tito, El Zhar
CRÓNICA: Juanma Álamo // FOTOS: Jesús Troyano
Hace 18 años, tal como un día de estos, el Leganés jugó en La Rosaleda. Perdió 3-0. Detrás del que esto escribe (entonces acompañado de un ilustre leganense, pepinero y periodista) había un paisano malaguista. Celebraba cada uno de los goles y gritaba (literal): “¡Amos chavales, amos a disfrutar por las inrritaciones que habemos pazao estos zaños!”.
Ese mismo paisano, restregaba sin querer su bufanda del Málaga por la cabeza de ese ilustre leganense, pepinero y periodista. Cansado ya le dijo “maestro, ya vale hombre”. Traigo este recuerdo por las coincidencias de fecha y rival y por la traslación de la frase a la vivencia pepineril de todos estos años.
Entre jeques y currantes
El tiempo los ha cruzado, parejos en la clasificación. Uno con un jeque en el palco; el otro, con una panda de currantes haciendo lo posible por navegar en el océano de la Primera y llegar al puerto de la salvación dentro de 10 partidos. En eso andan parejos.
El milagroso (los milagros no existen en la ciencia) césped de Butarque permitió sorprenderse en el encuentro. Bustinza, Tito y El Zhar por el mismo lado. Sobraba alguno de entrada. El Zhar había entrado en el sitio de Gabriel, pero nunca anduvo por allí. Tiene querencia a ser bueno y cuando se complica no le gusta. A mí tampoco.
De mandar a irse y volver después
El Lega salió mandón. Con maneras, pero se quedó a los pocos minutos en las formas. El Málaga salió como si fuese el Calderón: asustadizo, miedoso y atenazado. Le costó mucho centrarse y cuando lo hizo reaccionó rápido el Leganés. Garitano sufrió lo suyo en el banquillo, pero parte de lo que no le gustaba era culpa propia.
Syzmanovski, El Zhar, Mantovani y Tito tuvieron ocasiones para haberse ido al descanso con algo más que la tranquilidad de hacerlo bien. Pero todo fue desatino tras desatino. La sensación fue muy agradable, el resultado ninguno. Como los del programa de las citas. Quedaba la segunda… Cita, perdón… Parte.
Ese penalti que nadie vio
Perdón por interrumpirles la crónica: Tenía en mis apuntes que el Leganés protestó algo en el 37′ en el área malaguista. No sabía que era hasta que mi compañero Jesús Troyano nos ofrece estos dos fotones del penalti que le hicieron al griego Siovas. Mejor ver la imagen que seguir escribiendo.
Ya sí, me pongo con la segunda parte. Michel les debió poner las pilas a los andaluces. Aquello era otra cuento desde el mismo principio. Era como si hubiesen despertado de la siesta del carnero (esa que dicen se hace antes de comer). Los que tenían que crear se pusieron a hacerlo. Tocaban más (lo de mejor era muy evidente). Pero mira por donde el que convirtió las agallas en congojos fue Diego Rico con un zurdazo lejano que Kameni mandó a córner. La afición tiró de eso que está entre las agallas y los congojos y decidió tirar de los suyos.
Rectifica Garitano
Y tenía que pasar. Garitano es de esos entrenadores que se caracterizan por ver lo que hace mal. Y a 30 del final decidió arreglar lo que no veía claro en nada. Tito, fuera; por Samu García. La cosa se ordenaba. Pero no por los cambios, sino por la orden a El Zhar de irse al sitio de Gabriel. Insistencia en el error. Hasta que le cambió por Unai López. El error se había hecho supino.
En mitad de ese tiempo en el que los jugadores van cogiendo el sitio, el nuevo orden, Diego Rico hizo a Kameni descubrir como suena la cruceta derecha de su portería. Sorprendió a todos, pero el adormecimiento (rozando la somnolencia) llegaba al Málaga, al nuevo Leganés, a la grada, a los que lo veían por la tele y hasta al conductor de la L-1 que pasaba por allí a esa hora.
Tramo final
Inexplicablemente, el Leganés se empeñó en eso tan feo de jugar con cinco en defensa. No era el día, tenía al Málaga a merced de su propia incompetencia. Pero le daba moral y, de vez en cuando, hasta algún que otro argumento producto de esa moral y de la calidad de los suyos… De nada más.
Todo olía a empate a cero. Pelín injusto por las veces que lo intentó el Leganés y por las que lo intentó el Málaga. Herrerín tuvo que hacer un paradón en el 83′ en un remate de Camacho que olía a gol y derrota pepinera. Salvo los muebles, pero bien salvados. A cinco del final pisaron el césped de Butarque dos futbolistas top: Machís (¡Qué tarde!) y Duda (¡Qué peligro!).
Y al final, el empate entre los dos trajo como consecuencia que uno de los puntos por la salvación se hayan ido al limbo de ambos. Esperemos que no haga falta al finalizar la temporada y que le sobren. No tiene pinta.
