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Los ojos de 2020 (y 4) – Domingo Del Cacho (gerente Hospital Severo Ochoa): “Los días más trágicos que he vivido en mi vida”

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LEGANEWS traslada a su página web el reportaje especial que ocupó parte importantes de nuestra edición de papel: ‘Los ojos de 2020, las miradas que velaron por nosotros en la pandemia‘. Un  cuestionario común, en su gran parte, a cuatro personas que han tomado importantes medidas durante este año que termina. La comisaria de la Comisaría de Leganés, María Jesús Díaz, en el ámbito de la Seguridad Ciudadana. El director-gerente del Hospital Severo Ochoa, Domingo del Cacho, en el ámbito de la salud. El alcalde de Leganés, Santiago Llorente, en el ámbito municipal. Y el Obispo de la Diócesis de Getafe, D. Ginés García Beltrán, en el ámbito espiritual.

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Estas entrevistas han sido reproducidas de forma diaria del trabajo llevado a cabo por la redacción de LEGANEWS con el trabajo audiovisual de la empresa local ‘Black Circle’ cuyo documental verá la luz el próximo fin de semana.  Por cuestiones de espacio, las entrevistas íntegras podrán leerse en este soporte, dado que las publicadas en el número 68 de nuestra edición de papel estaban resumidas. La cuarta y última de las entrevistas que reproducimos es con el director-gerente del Hospital Severo Ochoa, Domingo del Cacho.

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¿Recuerda cuándo fue la primera vez que escuchó la palabra ‘coronavirus’?

Sí, yo creo la palabra coronavirus la escuché en la Facultad de Medicina, porque no deja de ser una especia de virus que ya era conocido. Lo que no era tan conocido era el “Coronavirus SARS” o Covid 19, éste si es nuevo, y no recuerdo exactamente cuando lo oí por primera vez, pero seguramente sería alguna tarde-noche en casa cenando, que solemos ver las noticias y hablarían de Wuhan.

¿Qué estaba haciendo el gerente del hospital Severo Ochoa el día que el Gobierno decretó el estado de alarma?

Si no recuerdo mal, se decretó el estado de alarma el día 14 de marzo, y en el hospital ya empezábamos a tener una situación comprometida en urgencias, no excesivamente comprometida, pero sí algo llamativa. Ese día pasé la tarde hablando con el jefe de urgencias para ver cómo iban los acontecimientos y como iba evolucionando la Urgencia. Urgencias, que durante todo ese fin de semana fue una gran preocupación, aunque fue bien no tuvimos grandes problemas, hasta el martes, día 17, fue cuando ya la urgencia se puso a tope. Se colapsó.

¿Qué pensó en ese momento?

En esos días la máxima preocupación era que la Urgencia estuviese relativamente bien. Habíamos tomado medidas en el hospital, habíamos dejado ya muchas camas vacías, habíamos suspendido las cirugías y estábamos “medianamente preparados”. No estábamos preparados porque nadie podía imaginar el tsunami que se nos venía encima. Pero sí es verdad que aguantamos bien ese fin de semana en el que las urgencias ya empezaban a disminuir, no a aumentar, pero si es verdad que los enfermos venían con una gran carga de enfermedad y el porcentaje de ingresados incrementó tremendamente. Por hacernos una idea, durante los días normales nosotros ingresábamos más o menos un 10% de las urgencias, en estos días de la pandemia se ingresaban hasta un 40% de las urgencias. Es decir, lógicamente las urgencias eran menos, pero los ingresos eran muchos más, y durante ese fin de semana prácticamente se llenó el hospital, con lo cual la preocupación era empezar a buscar sitio de donde poder sacar  más camas.

“Tremendamente orgulloso de todo el personal de este Hospital, han tenido un comportamiento encomiable de sobresaliente y matrícula de honor”

¿En su vida profesional recuerda algún periodo de tiempo tan duro y que afectará a tanta gente?

No, nunca.

¿Para esto eso está uno preparado?

No. Ninguno estamos preparados. Nadie se podía imaginar que en la Europa del siglo XXI, en la mejor sanidad seguramente de España, que es la madrileña, en un hospital puntero, que nos fuera a pasar lo que nos pasó, era absolutamente de película. La peor de las pesadillas. Creo que nadie podía imaginar esto.

¿Ha llorado alguna vez durante está pandemia?

Sí, he llorado sí.

¿Se ha sentido impotente?

También, bastantes veces. Cuando te das cuenta de que no existe un tratamiento eficaz, porque te lo dicen los clínicos, para el COVID, que desconocemos por completo la enfermedad, que la gente se va muriendo, mucha más de la que se tendría que morir en condiciones normales, que no tienes ni camas, ni sillas para sentar a todo el que tienes en el hospital esperando a ser atendido. Lógicamente, claro que te sientes impotente, claro.

¿Ha podido hacer la desconexión la persona del cargo?

No, en ningún momento. Yo soy incapaz de hacer eso, me llevaba mis problemas a casa, por las noches mal dormía, si es que conseguía dormir. Yo no he sido capaz de desconectar.

¿Cuándo usted toma tantas decisiones durante esta pandemia, en qué se basa?

Nosotros desde el principio, cómo no puede ser de otra manera, hicimos un comité Covid donde estaban los responsables de las unidades que más intervención directa tenían con la Covid (UCI, Urgencia, Microbiología, Geriatría, Medicina interna…). Todos los días había reuniones de este comité donde se tomaban las decisiones de qué hacer en el hospital. Lógicamente el hospital es un centro científico, es un centro de talento y las decisiones se tienen que tomar con un criterio científico y de talento.

“En este momento hacemos toda la asistencia sanitaria que somos capaces de hacer, no es lo mismo que hacíamos antes”

¿Dónde ha encontrado consuelo el gerente del hospital Severo Ochoa ?

Fundamentalmente en mi casa, con mi familia, con mi mujer… Pero también en el hospital se encontraba consuelo, con alguien que te daba alguna palabra de aliento, alguna palabra de reconocimiento, alguna palmada en la espalda. Ese decir “venga ánimo, que esto no va mal, que esto lo vamos a sacar para adelante” y eso también tenía un cierto punto de consuelo.

¿Usted ha sentido o ha visto miedo en las personas que tenía alrededor?

Yo no he tenido miedo, personalmente, yo no he pasado miedo en ningún momento, pero sí he visto miedo, mucho miedo. Tanto en las caras de los pacientes, como en las caras de los sanitarios. Miedo a llevar una infección a su casa, miedo a contagiarse. Miedo, mucho; mucho  miedo.

¿Cómo se le transmite confianza a todas las personas que trabajan en el hospital?

Sobre todo con criterios científicos, que es lo que nosotros sabemos hacer mejor. En teoría la Sanidad está preparada, debería estar preparad, para afrontar este tipo de pandemia y este tipo de infecciones, y básicamente esto de alguna manera consolaba, a base de dar cursos y de inculcar a la gente cómo ponerse los EPIS, cómo quitarlos, cómo hacer, cómo no hacer, cómo descontaminarse… Seguramente se hicieron de manera atropellada, porque no dio tiempo a hacerlo de otra forma, porque esto llegó y en tres días estábamos saturados, pero seguramente de esa manera se transmita algo de conciencia. Y luego sobre todo escuchando a la gente y haciendo lo que dicen los clínicos, que son los que saben, lo que entienden que hay que hacer.

Diez meses después de vivir todo lo que hemos vivido, ¿cómo se imagina el gerente del hospital dentro de doce meses ?

A mí me gustaría imaginármelo tal y como estaba en  febrero, con una normalidad absoluta, pudiendo hacer toda la actividad existencial de la que somos capaces, que somos capaces de hacer mucha y ahora no podemos hacerlo, no estamos en condiciones de llevar a cabo la actividad que hacíamos antes. Y con las listas de espera mucho muy mediadas y muy controladas, y con la actividad quirúrgica al ciento por ciento.

Esta ciudad fue el epicentro nacional de la primera oleada, ¿cómo sentían y cómo sufrían en el Hospital la evolución de esos datos o de enfrentarse a ellos?, porque ustedes se enfrentaban con la realidad de nombres y apellidos

Con mucho dolor. La gente tenía mucho dolor, estaba con mucha desesperación y mucha impotencia. Los sanitarios estamos acostumbrados a basarnos en protocolos científicos, que nos aseguran un cierto número de éxitos o de fracasos, pero que ya de antemano los conocemos y los sabemos, cómo tratar una enfermedad, en qué consiste, cómo tratar una patología….

Llegó la Covid y no sabíamos nada, desconocíamos todo, usábamos unos fármacos que de pronto valían y a los dos días nos decían que no servían para nada, cambiábamos el fármaco y a los tres días decían que tampoco servía. El virus era absolutamente desconocido. No sabíamos exactamente cómo se contagiaba, cómo se desarrollaba la enfermedad, no sabíamos el por qué a los siete o diez días la gente empeoraba bruscamente y se morían muchos. No sabíamos nada. Y esto para un sanitario es lo peor que puede suceder. Si además de eso los sacamos de su estado de confort y les llenamos el hospital de camas (en zonas inhabituales), todo esto saca de contexto un tratamiento asistencial normal como al que estamos acostumbrados. Es decir, reinventamos un poco la medicina con la pandemia, cosa que no habíamos pasado nunca.

¿Cómo se gestiona la toma de decisiones en el hospital en una ciudad como ésta viviendo lo que se estaba viviendo?

Yo creo que siempre basado en el criterio científico. Los que saben de estas pandemia y epidemias son los médicos asistenciales, son los especialistas en esto, y lógicamente, como no puede ser de otra manera, yo hago caso de lo que ellos me digan que es lo más conveniente para el paciente y para el hospital. Y el criterio siempre pasa por los criterios científicos.

Su mayor preocupación, en aquellos días de febrero y marzo, ¿cuál era?

Yo tenía dos preocupaciones, especialmente cuando empezó la ola grande. Todas las mañanas preguntaba lo mismo, “cómo tenemos la urgencia, y cómo estamos de EPIS”, estas eran mis dos grandes preocupaciones.

¿Usted sintió en esos primeros días que el personal estaba desprotegido?

Yo creo que el personal nunca estuvo desprotegido, si es verdad que teníamos los EPIS justos y que los dábamos de manera personalizada para no desperdiciar ninguno, es decir, en ningún momento nos sobró ninguno.

Economía de guerra, ¿se le puede llamar a eso?

Si, pero tampoco no nos faltaron EPIS.

“El momento más complicado fueron esos 15 días en los que la Urgencia tenía en torno a 300 pacientes con 250 pacientes pendiente de ingreso y ni una sola cama libre en el Hospital”

¿Cuánto personal del hospital, sanitarios o no sanitarios, llegaron a contagiarse? ¿hay cifra exacta?

Sí, hicimos un estudio de seroprevalencia en el hospital cuando ya había pasado todo esto, en el mes de mayo, que además salió publicado. Había un 16% de la población hospitalaria que tenía anticuerpos, es decir, que un 16% había tenido contacto con el virus. Si tenemos en cuenta que en la Comunidad de Madrid un 11% de la población general ya tenía anticuerpos, en el hospital solamente un 5% más desarrolló esa enfermedad, o esos anticuerpos, con lo cual no fue un porcentaje excesivamente alto. De todas maneras en el ranking de hospitales el Severo Ochoa es de los que menos contagios ha tenido en Madrid.

¿Cómo fueron evolucionando las instrucciones porque la sensación de la sociedad es que se cambió mucho?

Si, se cambió muchísimo. Conforme se iban conociendo pautas nuevas y cosas  nuevas  del virus, iban cambiando las informaciones tanto del Ministerio como de la Comunidad de Madrid, tanto en el tratamiento de los pacientes, como en el servicio de prevención de riesgos laborales para proteger a los trabajadores. Sí, hubo muchos cambios, había días en los que el protocolo cambiaba hasta dos veces.

¿Ha tenido usted independencia en algunas decisiones?

Sí, tengo que reconocer que sí. Durante todo el tiempo de la pandemia hemos tenido todos los gerentes de la Comunidad de Madrid bastante independencia, bastante autonomía de gestión, y yo creo que gracias a eso Madrid se ha comportado y ha podido hacer frente a la pandemia como se hizo frente. Fue uno de los factores de éxito.

¿Cuál es el momento más difícil que ha vivido como gerente en todos estos meses?

Seguramente el momento más complicado fueron esos 15 días en los que la Urgencia tenía en torno a 300 pacientes con 250 pacientes pendiente de ingreso y ni una sola cama libre en el Hospital. Seguramente esos fueron los días más trágicos que yo he vivido en mi vida.

¿Cuál es la misión más importante que está llevando a cabo la plantilla del hospital durante esta pandemia?

El hospital tiene tres misiones. Una es la parte asistencial, otra es la parte docente y otra es la investigadora, pero la razón de existir de un hospital es la asistencia sanitaria. Aquí reunimos las tres variables pero si no hiciésemos asistencia sanitaria esto no sería un Hospital, con lo cual la misión fundamental es dar asistencia sanitaria.

De todas las decisiones personales que ha tomado sobre este hospital, ¿de cuál se siente usted más orgulloso?

Yo me siento tremendamente orgulloso de todo el personal de este hospital, de cómo durante esos días trágicos todos trabajaron sin descanso, sin mirar al reloj, doblando turnos, triplicando turnos, de una manera brutal y con un comportamiento absolutamente encomiable. El personal del hospital es de un 10 con sobresaliente y matrícula de honor.

¿Qué sintió cuando falleció el enfermero Esteban?

Mucha pena

¿Qué se está haciendo en el Hospital que no sabe la ciudad de Leganés y debería saberlo?

Leganés es conocedora de lo que se hizo durante la pandemia, todo el mundo conoce y sabe cómo se desenvolvió el hospital en esa primera oleada. Lo que creo que lo que más desconoce la ciudadanía es lo que hemos hecho después de eso, es decir, la vuelta a la llamada nueva normalidad.

Hemos tenido que adaptar el hospital para poder hacer frente al Covid y a lo no Covid. Hemos tenido que duplicar circuitos, hacer una serie de proyectos distintos, en los que nos han ayudado mucho Médicos del mundo, con los cuales hemos firmado un convenio.

Pero actualmente, lo que debe saber la población de Leganés es que estamos haciendo toda la asistencia sanitaria de la que somos capaces de hacer, pero eso no es lo mismo que hacíamos antes, no podemos hacer lo mismo que hacíamos antes. Por una sencilla razón, no es problema de personal, es problema de espacios físicos, no podemos reunir en la sala de espera la misma gente que reuníamos antes, es imposible, nos convertiríamos nosotros en un foco de contagio.

Con lo cual tenemos que limitar la actividad de las consultas externas, en consecuencia, tenemos que limitar la actividad de las pruebas diagnósticas, porque los aparatos hay que desinfectarlos después de cada paciente y eso nos limita el tiempo de actividad de cada aparato, y también en la actividad quirúrgica, estamos un poco por debajo de lo habitual, porque tenemos personal de quirófano dedicado a las UCIS ‘covid’ que todavía no hemos conseguido cerrar del todo, porque todavía hay pacientes.

“Por favor que la gente se cuide, que se cuiden mucho, seguimos en plena pandemia y el virus sigue ahí”

¿Cómo está siendo la colaboración Policía Nacional – Ayuntamiento de Leganés – Hospital Severo Ochoa?

Fantástica durante todo el tiempo. Tanto con la Policía Nacional, con su comisaria Maria Jesús con la cual hablo prácticamente todos los días. Con el alcalde ha sido absolutamente estupenda también, nos han ayudado muchísimo. Y en esa ecuación faltaría también la colaboración del ejército, la policía aérea de Getafe, que también tuvimos aquí durante muchos días echándonos una mano, controlando los accesos al hospital. Para todos, mi más sincero agradecimiento y una colaboración francamente extraordinaria.

¿Qué ha recibido el hospital de toda esa población de Leganés?

Hemos recibido absolutamente de todo, el agradecimiento ha sido máximo, demostrado y manifestado. Hemos recibido desde coches que nos ha prestado la ciudad del automóvil para poder hacer el reparto de medicinas a domicilio, como bocadillos, churros, todos los días se presentaban aquí vecinos o empresas de Leganés para donar algo al personal del hospital.

¿Por qué se cerró el hospital de campaña?

El hospital de campaña se cerró si no recuerdo mal el 10 de abril. A partir del día 9 empezamos a cerrar en el hospital dispositivos extrasanitarios. Es decir, cerramos las salas de espera, ya no había pacientes, después cerramos el gimnasio de rehabilitación, después el hospital de campaña y así del día 8 al día 15 cerramos todos los dispositivos extra asistenciales y quedó todo reducido a las camas, porque había sitio para poner las camas en el hospital.

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Uno de los momentos malos fue cuando en este hospital se desborda el número de fallecidos, incluso había que “apilarlos”, cuando usted es conocedor de eso, ¿Qué siente?

Eso fue otro momento clave de desesperación y de dolor profundo, porque efectivamente no había sitio físico para ponerlos, nuestro mortuorio tiene unas plazas limitadas, que está algo más sobreestimado de lo que tenemos de muerte diariamente, pero en esos días la mortalidad fue tremenda y tuvimos que habilitar una sala para poder dejar ahí los cadáveres con una cierta dignidad en la que dispusimos de aparatos de aire acondicionado para poder dejarlos ahí.

Las funerarias en esa etapa estaban absolutamente colapsadas, no había manera de atender a todos los cadáveres, hasta que no empezaron a hacer como morgue la pista del Palacio de Hielo de Madrid, después el de Majadahonda y ahí empezamos a sentir más alivio, porque ahí sí que los cadáveres se iban del hospital más o menos en tiempo y forma, pero hubo unos días trágicos. Era una desesperación ver como no podíamos ni tan siquiera acondicionar como nos hubiera gustado los cadáveres de la gente que fallecía.

¿Hay alguna explicación médica a esa explosión de la primera oleada en Leganés?

Yo desde luego no la he encontrado. No soy epidemiólogo, ni tengo experiencia en salud pública, pero no acierto a entender porque durante esos días Leganés se convirtió en el epicentro de España. Creo que no hubo tantos casos en ningún municipio de España. No sé qué pudo influir aquí, habría que hacer un estudio más detallado por parte de gente experta en la materia.

A título personal he dicho que el Severo Ochoa no fue el problema de Leganés, el hospital fue el iceberg del problema, pero no el problema. ¿Un hospital como éste estaba preparado para semejante barbaridad?

Yo creo que no había ningún hospital en España preparado para eso, ninguno.

¿Qué ha aprendido Domingo Del Cacho durante este tiempo?

Básicamente he aprendido los grandes profesionales que hay en el Hospital, porque lo han demostrado. Esto es como en la época de la mili cuando se decía “el valor se le supone”, aquí ya no se le supone, aquí lo han demostrado. Después he aprendido a que hay que dar una cierta flexibilidad a los hospitales siempre. El hospital no puede estar cerrado en cuatro paredes, sin posibilidad de expandirse, siempre hay que dar una posibilidad de expandirse.

¿Le daría alguna recomendación a la población de Leganés?

Si. Les diría que por favor se cuiden, que se cuiden mucho, que esto no ha acabado, que seguimos estando en plena pandemia. El virus sigue flotando por el aire y nos vamos a seguir contagiando si no tenemos mucho cuidado, el fruto de esos contagios es que la gente se siga muriendo.

¿Ve usted el final de este túnel?

Si, yo quiero verlo, quiero ser optimista, estoy seguro de que en algún momento las vacunas saldrán y nos darán inmunidad de rebaño, nos podremos quitar las mascarillas, y tendremos la misma empatía que hemos tenido siempre de pueblo español, pueblo latino, de abrazos, de tocarnos, de abrazarnos y de besarnos… Creo que en algún momento lo viviremos otra vez.

Si tuviese que definir el 2020, ¿cómo lo haría?

Como dijo la reina de Inglaterra un “annus horribilis”.

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