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El central malaguista hizo un gol en propia puerta y el penalti que dio la victoria a los de Martí
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El Lega sumó una nueva victoria en un encuentro nada vistoso en el que supo nadar y guardar la ropa
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Los malaguistas, muy castigados por la mala suerte, se les fue un partido en el que hicieron méritos para más
Crónica: juanma_alamo
El Lega se puso en marcha con unos datos que empiezan a ser algo más que estadística y empiezan a ser normalidad: su resultado tipo es 1-0 a favor (cinco ocasiones) y las veces que ha dejado su puerta a cero son seis. Todo mezclado da una combinación de 0,66 goles por partidos y una secuencia de una derrota cada tres partidos. Sinceramente, aunque me consta que hay muchos a los que no les gusta, son cifras de equipo que peleará por el ascenso todo el campeonato.
A pesar de los que sacan a este Leganés una lista más larga de defectos que de virtudes, al que esto escribe le empieza a dar la sensación que es justo lo contrario por tres razones. Primero porque tiene un sistema reconocible; segundo, porque prevalece el qué por encima de los quiénes y no condiciona el modo los que estén presentes; y tercero, porque, al empezar ante el Málaga, estaba a solo tres puntos del ascenso.
Modelo habitual
Con ese panorama mejorable quiere decir que la mejora se acerca a lo perfecto. Y como decía Benedetti, “la perfección es una pulida colección de errores”. Balón a rodar. El Lega tiene una fórmula para tener el partido metido en su ritmo: “atontolinar” al rival. Si se deja, funciona. Si hace lo que hizo el Málaga al principio, intentar salir de esa red, pues te mete en algún ‘apurillo’.
Todo lo que usted ha leído hasta este momento es lo que condicionó, digamos, la sosería en la que se vio envuelto el primer cuarto de partido. Ni uno ni otro consiguieron hacerse valer más que los otros. Ni Manuel Sánchez daba con la tecla de cómo poner en apuros al Leganés, ni Martí estaba mínimamente preocupado con lo que sucedía. Hasta que... Pues hasta que alguien comete un error en el centro del campo (Luis Perea) y la jugada acaba con un error en el área pepinera de Rahmani. La primera clara de los andaluces. Clarísima.
Paso adelante
Este año el Lega reacciona ante ese tipo de ocasiones dando un paso adelante. Su manera de responder es esa. Y respondió. Se echó encima del Málaga y los blanquiazules notaron el picotazo. Ese movimiento pepinero encontró, además, el golpe de suerte que necesitaba. Una jugada de piezas, con una maravillosa diagonal de Rubén Pardo a Bustinza, que le habilitó en el área pequeña. El central malaguista Juande mandó el balón a la portería de su equipo casi sin querer, pero lo hizo. A los 32 ganaba el Leganés.
Las premisas habituales del Lega ya se estaban dando: ganaba 1-0 y, por extensión, su portería estaba a cero. Con un patrón estadístico normal poco más iba a pasar en el partido, pero como les gusta tanto decir a los entrenadores: las estadísticas están para romperse. Era demasiado pronto para que Martí comenzase a aplicar el ‘somnífero’, pero nunca se sabe. La primera dosis le dio para llegar al descanso con ventaja. No era poco. Es más, era la mitad de todo.
Segundo acto
Lo del somnífero era cuestión de tiempo. El Málaga salió revolucionado en la segunda parte. Un velocidad más porque con la que había llevado en el primer tiempo no le servía para darle la vuelta al partido. Y el Lega estaba ante la ocasión de demostrar, otra vez, el aserto unamuniano de ‘vencer no es convencer’. A algunos no les convence que solo venza, a otros les vale vencer y que convenzan otros. El fútbol es así: un saco de discrepancias.
En lo que no discreparon los malaguistas fue en lamentar en el minuto 54 una elaborada jugada de izquierda a derecha que, otra vez, cuando el balón pisó el área del Leganés se quedó sin rematador. Era la segunda que tenían. Aquello de los refranes presagiaba que o la tercera era la vencida o se iban a terminar comiendo las uñas por errar las pocas que creaban. Sobre todo teniendo en cuenta de que allá por el minuto 60, el Lega les ganaba un partido sin haber tirado una sola vez a puerta.
El empate
El Málaga era un destroza minutos y el Lega un ‘come minutos’. Aquello de la relatividad llevada al fútbol. Los de Martí se estaban llevando el partido con la ley del mínimo esfuerzo visible. Y tenía que llegar. Los locales que habían dominado más, que habían tenido más ocasiones, recogían su merecido premio. El central Juande se redimía de lo ocurrido en la primera parte y remataba un saque de falta desde el lado izquierdo que sobrevoló el área pepinera sin que nadie diese una solución. 30 minutos después, los locales empataban el partido.
Y el VAR cambió el curso de las cosas. Otra vez Juande. Otra vez hace lo que no quiere hacer. Otra vez la pierna izquierda. Otra vez mala suerte. Pisa, sin voluntad alguna, a José Arnaiz pero solo lo vieron los del VAR y el pepinero que lo sintió. El partido siguió pero hubo advertencia. El colegiado repasó la jugada y, evidente, pitó. El ‘pichichi’ Sabin Merino demostró el porqué de su matrimonio con el gol y adelantó, otra vez, a los pepineros a 20 del final.
El tramo final
Y el guión se mantuvo inalterable. El Leganés se ponía en ventaja, por la mínima, afrontaba el tramo final y Martí refrescaba. Piezas por piezas en el mismo sitio. Borja Bastón iba para adentro junto a Eraso mientras que Arnáiz y Sabin Merino se marchaban a descansar. Hecho estaba. Todo según lo que había pasado en los partidos anteriores.
Si el Lega salvaba los 10 minutos últimos con el resultado a favor, clavaba el guión completo. Si no lo salvaba modificaba lo vivido y escrito hasta ahora. Pasó lo esperado. El Lega es muy poco batible, muy contundente, maneja los partidos a su antojo… Y es un tostón, pero nadie le puede discutir nada de forma objetiva. Todo es análisis subjetivo.
PD: Uno siempre que ve un Málaga-Leganés recuerda a aquel parroquiano malagueño que gritaba a los malacitanos en ‘La Rosaleda’: “‘Amos’ chavale, ‘amos’ a disfrutar, por las ‘inrritaciones’ que ‘habemos pasao’ estos años”. El fútbol es así. ¿Verdad Edu?
LALIGA (Jornada 13ª – Segunda división)
MÁLAGA CF, 1; CD LEGANÉS, 2
MÁLAGA: 1. Juan Soriano; 21. I. Calero, 5. Juande (11. Joaquín, 73′), 4. Lombón, 28. Benítez (7. Cristian Rodríguez, 81′); 8. Luis Muñoz, 23. Escassi, 30. Ramón (9. Orlando Sa, 80′); 10. Jairo (34. Julio, 73′), 12. Chavarria, 17. Y. Rahmani.
CD LEGANÉS: 1. Cuéllar; 3. Bustinza, 15. Rodri Tarín, 20. I. Miquel, 28. Javi Hdez; 2. Palencia (29. Miguel, 92′), 19. Luis Perea, 25. Rubén Pardo, 22. Kevin Bua (16. Rosales, 85′); 10. José Arnáiz (17. Javi Eraso, 73′) y 9. Sabin (24. Borja Bastón, 73′).
ÁRBITRO: De la Fuente Ramos (Castellano – Leonés ). Amonestó a los locales Luis Muñoz (25′), Juande (70′) y a los visitantes Luis Perea (19′), Bustinza (43′), Rodri Tarín (86′).
GOLES: 0-1 (32′) Bustinza, tras un pase de Rubén Pardo, le mete la pierna Juande que acaba marcando en propia puerta. 1-1 (62′) Juande remata de cabeza una falta botada desde el lado derecha. 1-2 (71′) Sabin Merino, de penalti.