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Osasuna-Leganés (2-1) Mazazo sobre el pitido final que huele a sentencia en un partido que el Lega mereció ganar

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Un remate de cabeza de Enric Gallego en el 96 puso otra piedra en la pesadilla pepinera

Un golazo de Javier Avilés mantuvo el partido empatado hasta el momento final

Los de Aguirre ofrecieron la mejor imagen vista hasta ahora en los cinco partidos disputados tras el parón

 

Crónica de @juanma_alamo

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El Lega está una semana más cerca del descenso. Y hoy, la verdad, es que no mereció caer derrotado. Mereció ganar. Por extraño que pueda parecer lo que lee. Sí. Mereció tener mucha mejor suerte. Hizo todo lo que hay que hacer para poder ganar un partido. Tuvo más y mejor tiempo el balón. Creo ocasiones pero… Si este equipo necesita crear siete ocasiones para hacer un solo gol, eso no da para ganar los partidos.

Lo de tener una extrema urgencia y ponerte un lastre en las piernas a los ocho minutos de partido debe ser algo realmente duro para un equipo que necesita sumar y sumar y sumar, y volver a sumar. Y es que el Leganés respira aire tensionado desde hace muchísimas semanas. Escuchar al entrenador decir que se pueden salvar es casi una obligación contractual. Claro que mientras haya vida habrá esperanzas pero es que los blanquiazules están viviendo en el limbo futbolístico desde hace muchas semanas.

Lo de haber sumado dos puntos de 12, antes de pisar El Sadar, es una losa que explica muchas cosas. Algunos siguen apelando a aquellas ingratas salidas del mercado invernal de los que quisieron irse a mejorar, deportiva y económicamente. Vamos lo que haríamos cualquier trabajador normal, más estos chicos de sueldos de seis o siete cifras.

Sin gol es muy difícil

Ya sé que todo es una gran perogrullada, pero si no eres capaz de hacer gol es complicado ponerte por delante en los partidos. Y si no te pones por delante en los partidos es muy complicado ganarlos. Aguirre ha demostrado ser un gran vendedor de optimismo. Algo que ayuda mucho hasta que llegas a una situación límite en la que el ‘coaching’ solo no sirve. Hace falta una propuesta futbolística, una intención de ponerse en marcha. Al menos, en El Sadar, se vieron todas esas cosas.

El gran problema de Pamplona fue que a los ocho minutos, en uno de esos desastres en la banda que tantas y tantas veces se han repetido durante la temporada, Fran Mérida dispuso de espacio placido para con semejante placidez poner un balón que Enric Gallego decidió rematar con una inesperada tijera. El lanzamiento colocado acabó ‘enjaulado’ detrás de Cuéllar. Era muy pronto para echarse ya las manos a la cabeza y poner cara de circunstancia.

Intenciones y ocasiones

El Lega tenía que darle la vuelta a la cosa. Lo de salvarse es un milagro, pero es cierto que mientras haya una posibilidad matemática hay que poner lo que sea para intentarlo. Y de repente comenzó a verse a un Leganés agradable y agradecido. Con el balón, con dominio, echando a los navarros a su campo. Con una evidente voluntad de intentar darle la vuelta. ¿Con gol? Pues con el mismo de siempre. Este equipo promedia 0,74 goles por partido.

La primera parte fue un dechado de intenciones blanquiazules: Aitor Ruibal enseñó las ganas; Guerrero remató muy flojo de cabeza; Kevin Rodrigues disparó desde fuera; Bryan Gil lo intentó cruzado… El Lega tenía ocasiones… ¿Claras? Pues claras, claras, no en exceso; pero la intención desde luego le debería haber permitido irse al descanso con algo más que una derrota. El tiempo se agota.

El retorno

Las pifias del lado derecho se ven tanto que, si se le suma una tarjeta del que juega en ese puesto, hasta Aguirre le da intenta dar una solución lo más rápida posible. Por ello entraron Rosales y Avilés en el campo y se quedaron en el vestuario Awaziem y Rodrigues. En el caso del primero estaba más que justificado. La intención parecía evidente: refrescar y fortalecer la blandísima banda derecha (¡Cuántas veces!).

La cosa no pudo darle la razón lo antes posible. Javier Avilés, un canterano que ha ido poco a poco ganándose el hueco en las convocatorias y minutos en los partidos, hizo todo lo bueno que puede hacer un interior. Dar un apoyo, prolongar un hueco para recibir un centro, controlar el balón, llegar al borde del área escorado a la derecha y sacar un disparo imparable. Y todo en unos pocos de segundos. Todo lo que el Lega no había podido sacar adelante durante la primera parte lo había conseguido a los cuatro minutos de la segunda. Había empatado. Servía para algo más que la derrota, pero no servía para casi nada.

Medio trabajo hecho

El Lega había hecho ya la mitad del trabajo, pero faltaba la otra mitad: la más importante, la victoria. La apuesta evidente era ensanchar el campo todo lo que se pudiese. Ahí los navarros sufrían una barbaridad. No daban abasto a darle solución a todos los centros. Habían cambiado las cosas, se habían puesto al revés.

Arrasate, técnico rojillo, dispuso soluciones. Se dio cuenta de lo que estaba pasando y leyó con rapidez que había que cambiar cosas. Las cambió en el mediocampo. Reforzó y ganó el terreno perdido. A partir de ese momento, minuto 63, el partido se puso en un modo mucho más espeso para los urgentes y los que tenían la necesidad: el Leganés. Los rojillos consiguieron que el Leganés perdiese posesión y, por extensión, ocasiones.

La locura de la prolongación

La prolongación fue un ir y venir de un área a la otra. Parecía mentira que pudiese estar tan de ida y vuelta a esas alturas. Cuéllar le salvó una a Cardona. El Lega lo intentó con un remata de cabeza. Se sumaba tensión y se veía angustia. Enric Gallego puso picante y Cuéllar, otra vez, salvó al Lega. Lo mandó a córner y de allí llegó un mazazo que suena a sentencia. Otra vez desde un lado, otra vez un remate de cabeza de un rival y otra vez el Leganés perdía un partido.  La próxima cita será el día que debía acabar oficialmente la temporada (30 de junio). Todavía quedarán cinco más.

Había merecido mucho más y mejor premio el Lega, pero debió conformarse con una mejor imagen global que en los cuatro partidos anteriores y un punto que, con toda la franqueza del mundo, no tiene pinta de que pueda servir para algo más que blanquear estas jornadas finales. Y es que lo que le trae ahora el calendario al Leganés es de órdago a la grande. Ahí se lo dejo a modo de post-data.

PD: Al Lega le queda Sevilla (C), Espanyol (F), Eibar (F), Valencia (C), Athletic (F) y Real Madrid (C). ¡Viva la Virgen de Butarque!

 

LALIGA (Jornada 32ª)

C.A. OSASUNA, 2; CD. LEGANÉS, 1

CA OSASUNA: 1. S. Herrera; 30.Estipuñán, 4. Unai García, 2. Nacho Vidal, 23. Aridane; 20. Darko (21. Iñigo Pérez, 63′), 8. Fran Mérida (27. Moncayola, 63′), 10. R. Torres (19. Barja, 88′), 14. Rubén García (15. Lato, 80′); 11. Enric Gallego y 22. Adrián (7. Cardona, 80′).

CD LEGANÉS: 1. Cuéllar; 12. Awaziem (33. Avilés, 45′) , 15 Rodri Tarín, 22. Siovas, 24. Kevin Rodrigues; 19. Aitor Ruibal (16. Rosales, 45′), 6. Roque Mesa (39. Manu Garrido, 91′), 21. Rubén Pérez, 26. Bryan Gil (5. J. Silva, 60′); 20. Assale (17. Eraso, 80′)  y 9. Guerrero.

ÁBITRO: Alberola Rojas (Castellano-Manchego). Amonestó a los locales Darko (33′) y a los visitantes Awaziem (45′).

INCIDENCIAS: Estadio de El Sadar.

GOLES: 1-0 (8′). Enric Gallego de tijera, tras un centro desde la izquierda de Fran Mérida, en una jugada en la que tocaron varios jugadores de Osasuna. 1-1 (49′). J. Avilés desde fuera del área. 2-1 (96′) Enric Gallego, de cabeza a la salida de un corner.

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