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Oviedo-Leganés (1-0): Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible

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  • Cuando te dejas 10 de los 15 últimos puntos disputados es muy complicado sostener el pulso del sueño

El Lega debía superar uno de esos techos con los que se ha ido enfrentando esta temporada en varias ocasiones. Recortarle puntos a los que están por arriba. Cuando un entrenador empieza a hablar  con cierto optimismo de las cuentas de la lechera es un síntoma evidente de que las cosas se han ido perdiendo por el camino de ya voy, que como dice el dicho ‘por el camino del ya voy se llega a ninguna parte’.

Nafti dispuso, como entrenador en este momento del Club Deportivo Leganés, buscar un formato táctico con la lectura que cada cual quiera: 1-4-1-4-1. Más allá de ser una forma capicúa de plantear los partidos, podría entenderse que era una de las maneras que había de intentar bloquear el fútbol que pone en práctica el Oviedo. No iba la cosa desencaminada.

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Ver a Gaku, por fin, en solitario en una interesante franja de terreno proporcionaba interesantes alternativas. Tener por delante a Rubén Pardo y a Cissé configuraba una especie de trivote, pero muy matizado. Y es que los tres formaban parte de dos líneas diferentes, por lo que no se debería haber apelado en exceso a las bienaventuranzas de una línea de tres que no era tal.

No lo era porque el técnico visitante, Medhi Nafti, quería cuatro líneas. Randelovix y Recio fueron los que tuvieron el mandato en el nacimiento del partido de buscar las alas, pero el partido no entró en exceso en el juego por los costados por lo que la disposición ‘trivotística’ tenía, sobre el papel todo el sentido del mundo.

Más pero nada

Y todo cobraba algo más de lógica cuando Omerou lanzó un misil desde el borde del área enseñando a Femenías que ‘los de rosa’ sabían todo lo que había en juego en el compromiso. Había una evidencia que llevaba a pensar que el partido no iba a tener un dueño claro. No lo tuvo. El Lega quería mandar. Le costaba muchísimo. Pero otra vez fueron los visitantes los que le ponían pimiento al partido con un disparo de Sergi Palencia que se envenenó en un rechace. Y tres minutos después sería Rubén Pardo.

El ‘peligrito’ no había pasado de eso. Algo que, con el paso de los minutos, iba a pasarle factura a los pepineros. No era mucho lo que habían puesto, pero era más de lo que habían puesto los carbayones. En eso que en el boxeo sí vale, los puntos, el Lega se iba al descanso con algo de ventaja. No sirve para mucho en el fútbol, salvo para aquello de la moral, pero hay ocasiones en las que tiene un efecto contrario.

Segundo acto

La segunda parte se puso en marcha con un cambio que decía mucho más de lo que parecía. Nafti decidió sacar del campo a Randelovic. Sus razones tendría, sin duda. La entrada en el equipo de Yoel Bárcenas insinuó un cambio de banda de Recio. A fuer de ser sinceros, el avance de la Segunda división provoca, cada semana, un deterioro de la calidad de los partidos que se van viendo. Y éste no iba a ser la excepción.

 El Oviedo tardó nueve minutos del segundo acto en conseguir el gol que, al fin y a la postre, resultaría definitivo. Borja Bastón decidió sacar de la chistera su condición de pichichi de la Segunda división. Un centro, muy bueno, desde el lado derecho, permitió al ex del Leganés adornarse tanto en la ejecución del gol como en la celebración.

Gesto de Bastón en la celebración

Borja pareció decidir cobrarse alguna vieja cuita con su exequipo. Aquella celebración de Luis Suárez en su primer momento con el Atlético de Madrid, simulando una llamada de teléfono que no se produjo, fue calcada por el delantero ahora del Oviedo. ¿A quién iba dirigida? Pues para eso están los que siguen la información día a día del equipo, para preguntarle. O esos que en el mundo del periodismo lo saben todo.

A partir de ese momento le cayeron varias losas encima a los ‘pepineros’. Más allá del gol, se topó con una inesperada lesión de Gaku que provocó un cambio forzado. Al Lega le había cambiado todo de repente. Tenía que darle la vuelta al partido. Necesitaba lucidez, rapidez, eficacia… Y gol. Algo de lo que no suele sobrar en este equipo.

Y es que cuando de los últimos cinco partidos ganas uno y te dejas 10 puntos de 15 posibles es muy complicado que puedas decirle a los tuyos que sigan soñando e imaginándose que todo es posible. Por su bien, ojalá fuese así, pero como dejó sentenciado para la historia el torero Rafael Guerra: “Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible”. ¿Soñar? Siempre es gratis y barato.

SEGUNDA DIVISIÓN (Jornada 36ª)

REAL OVIEDO, 1; CD LEGANÉS, 0

REAL OVIEDO: 1. Femenías; 12. Dani Calvo, 4. David Costas, 24. Lucas, 22. Pierre (23. Mossa, 93′), ; 5. Luismi, 7. Viti (8. Sangalli, 79′), 15. Brugman (17. Joni Montiel, 79′), 10. Borja S. (Jimmy, 93); 16. Obeng (6. Javier Mer, 67′) y 9. Borja.

CD LEGANÉS: 25. Dani Jiménez; 2. S. Palencia, 4. Omerou, 6. Sergio G. 20. Javi Hernández; 8. Gaku (7. Rober Ibáñez, 60′); 32. Cisse, 18. Rubén Pardo, 10. José Arnáiz, 12. Randelovic (23. Yoel Bárcenas, 46′); y 21. Qasmi (24. Bautista 56′).

ÁRBITRO: Arcediano Monestillo (Colegio Castellano-Manchego). Amonestó a los locales David Costas (65′), Pierre (75′), Lucas (875′), Joni Montiel (86′); y a los visitantes Bautista (77′), Rober Ibáñez (84′), Sergi Palencia (92′)

GOLES: 1-0, Borja Bastón (54′) remata de cabeza.

INCIDENCIAS: Estadio Carlos Tartiere. 15.510 espectadores.

 

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