“No sólo lo hizo un cabo del ejercito, también el bajista de Último Deseo y el presidente de un chapter motero, chapter centro del club Venox y un padre de familia. Y sobre todo un amigo de sus amigos, gracias a todos por vuestra felicitaciones y apoyos”. Así explica en su facebook, el cabo Santiago Vicente Cano –“fortunero de toda la vida”, según se define el mismo para LEGANEWS, lo ocurrido en la noche del 11 de julio de este mismo año en la localidad leonesa de Valderas en la que arriesgo su vida para salvar la de un anciano.
El cabo del regimiento de Transmisiones número 22, con sede en Pozuelo, estaba pasando el fin de semana en la localidad natal de sus padres. Antes de poner rumbo a Leganés “me encontré un montón de llamas en la puerta de una casa que además tenía un montón de enseres acumulados. Fui al puesto de la Guardia Civil y les guié hasta el incendio”. El cabo Vicente, o el bajista de ‘Último Deseo’ como realmente le gusta, conocía a la persona que había dentro de la casa. “Una persona del pueblo muy entrañable y cariñosa, pero se quedó solo y vivía solo”. A partir de ese momento comenzó un trabajo conjunto con la Guardia Civil, sin el cual hubiese sido imposible el salvamento final.
“No sólo lo hizo un cabo del ejercito, también el bajista de Último Deseo, un padre de familia. Y sobre todo un amigo de sus amigos, gracias a todos por vuestra felicitaciones y apoyos”
Cuando el militar leganense y el guardia civil tomaron la decisión de entrar en la casa se dieron cuenta de que aquello era “un estercolero, había hasta paja seca que provocó un fuego muy vivo. Además un cable de la luz que cuando le llegó el incendio comenzaron las explosiones”. Ni corto, ni perezoso arriesgó su propia vida para salvar la de un anciano del pueblo. “Tanto yo como los guardias civiles que estaban conmigo lo que buscábamos era una solución para sacar a este hombre, porque lo tenía todo bloqueado. Decidimos despejar para tener un acceso a la vivienda y sacarlo”.
Santiago Vicente no fue en ningún momento consciente de que podía perder la vida por intentar salvar la de otra persona. “Nadie es consciente porque lo primero que piensas es cómo llegó a este hombre y cómo le saco. Lo primero era salvar la vida de este señor. El objetivo es sacarle de allí. Una vez que le sacas de allí, ya lo demás como que te vas con el trabajo hecho”. Y con ese trabajo bien hecho tomó conciencia de lo que había hecho “de camino a Madrid. Pensé en que se me podía haber caído una viga o cualquier cosa ahí dentro”. A pesar de ello reconoce que volvió a Madrid “cuando ya le habíamos sacado”.
“No eres consciente de que puedes perder la vida, lo único que piensas es cómo llegar a ese hombre y cómo sacarle del incendio en el que estaba metido”
Al día siguiente tomando café con un compañero le expuso lo ocurrido. “Le dije, ‘mira lo que me ha pasado’. Me contestó ¡Venga hombre, tú estás flipando!”. Me dijo que era digno de conocerse y…”. El pasado viernes se hizo pública esta historia de un fortunero de Leganés que arriesgó su vida por dársela a un señor mayor de un pueblo leonés.
El cabo Vicente no quiere dejar en el olvido el trabajo realizado por “los dos agentes de la Guardia Civil que estuvieron esa noche, sin ellos nada de esto sería posible. Ellos fueron magníficos dirigieron todo con gran decisión y prudencia y exactitud, yo solo fui un ayudante más al igual que todo el que estuvo participe, pero insisto, ellos fueron el 90 por ciento de que el desastre no fuera a más. El otro 10 lo haríamos los demás, esa Guardia Civil, tan atenta, tan leal y tan importante en nuestro país, donde hace más que nadie y se la reconoce muy poco, ellos fueron el motor de todo y nunca olvidaré lo importante que me sentí pudiendo colaborar con ellos, Dios os guarde como vosotros nos guardáis siempre”.