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Nadie se hubiese atrevido a asegurar que el taekwondo pondría a Leganés en el epicentro de unos Juegos Olímpicos. Tal y como sucedió en 1988 en Seúl, se repite la historia en Río este verano.
El 17 de marzo de 1989 perdía la vida camino de casa en la carretera de La Fortuna cuando venía de dar clases en el INEF. Había sido subcampeón olímpico en Seúl y era el deportista residente en Leganés que más alto había llegado: José María Sánchez Élez. Paulino, su padre, revela que “jugaba al fútbol y era un gran portero, pero el entrenador le echó una bronca y no volvió”. Josefina, su viuda, recuerda con cariño como “las dos familias vivíamos en Villaverde, sin conocernos, y nos vinimos a Leganés”. Mientras que los dos Paulino, padre y hermano, se emocionan en cuanto le recuerdan. Y han pasado casi 27 años de su fallecimiento.
Josefina nos recuerda como “España era una potencia mundial en taekwondo en aquel momento, eramos el segundo país del mundo” y, sin duda, a ello contribuyó la figura de José Mari porque “cuando José comenzó el deporte prácticamente ni existía en España”. Sin olvidarse del que fue “su amigo y compañero, uña y carne, José Sanabria, al que queremos muchísimo en esta familia, porque gracias a él se fundó el club”. Toda la familia no quiere dejar en el olvido otra persona de mucha influencia en la vida de Jose: “el maestro Kim, porque en esa época José trabajaba como profesor y en todo momento recibió su apoyo para que pudiera ir a los Juegos Olímpicos, tuvo que faltar mucho al trabajo y nunca le pusieron ninguna pega y siempre le pagaban su sueldo”.
A su medalla de plata se sumaron una larga lista de homenajes a título póstumo. Recibió la medalla al mérito deportivo, se convirtió en el deportista más popular de Leganés en una votación realizada en ‘El Informativo’, e incluso hubo una inciativa para pedir que el Pabellón Europa llevase su nombre. La postularon para recibir el Premio Príncipe de Asturias. Sin duda, el mejor homenaje, el recuerdo de su familia.
El sueño de una noche de otoño
JJOO de Seúl’88 (17-09 al 2-10). Su hermano Rufino solo es capaz de recordar sin emocionarse una frase: “No sé que hora era, creo que no había nadie despierto en la ciudad salvo nosotros…”. Recoge el testigo Josefina, su viuda: “Fue una madrugada maravillosa… Me fui con mi hija Tania, cinco años, a casa de mis suegros. Acostamos a la niña y nos quedamos en el salón con la perra Toska. Nos quedamos el abuelo, Pauli y yo. Mi suegra de los nervios se fue a la cama”.
El relato: “Del primer combate nos enteramos porque llamó mi padre, no se vio por la tele, lo escuchó por la radio. El segundo combate ya salió en televisión, fue un combate muy bueno. Llegó la final, con el famoso mexicano. Celebramos la medalla como si hubiera sido la de oro porque porque él logro su sueño después de muchos años de lucha y sacrificio”.
“El taekwondo en Leganés es muy importante”
Eva Calvo estará representando a España en los Juegos Olímpicos. La taekwondista leganense se enteró de su presencia en la cita “por twitter” que había sumado los puntos y que estaba clasificada. Algo por lo que “llevábamos trabajando seis años y se ha convertido en realidad”. Eva cierra aquel círculo que se abrió hace 28 años con Sánchez Élez aunque reconoce que “es cierto que el taekwondo en Leganés es muy importante”. Algo que no le supone “una responsabilidad extra lo de ser, a estas alturas, la olímpica de Leganés”.
Se cumplen ahora diez años desde que comenzara su andadura en este deporte. Su entrenador, desde entonces, Txitxo reconoce que “cuando llegó con su hermana, nos encontramos dos chicas muy jóvenes que querían aprender, un poco descoordinadillas, y entonces solo teníamos una competidora, De la Fuente”. El momento el que se dieron cuenta de que Eva podía ser una campeona fue, según relata Txitxo, “cuando nos dicen que si podíamos llevar a alguien para los campeonatos escolares y le pregunté que si quería venir. Fuimos y en el primer asalto le dieron bien. Le dije que no se preocupara que ya habría otra ocasión y me contestó: ‘Espera, quiero salir otra vez’”. Le dio la vuelta al marcador y ganó. Eva lo recuerda con una sonrisa: “cuando llegué a la silla y pensé ‘ésta que me está pegando…’ ¿Cómo me voy a ir para mi casa? Ahora lo intento yo también”.
El legado de José María Sánchez Élez ha llegado a Eva Calvo a través de la herencia de José Sanabria (amigo y medallista olímpico en Seúl), que también da nombre al club, que fue el maestro de Txitxo que recuerda una anécdota de Sanabria “cuando al volver de un Europeo se fue fue a mejorar el giro. Eva hizo exactamente lo mismo después de decirle que descansara tras un Europeo”. Eva responde con inocencia a la hora de pensar en los Juegos. “Lo he pensado pero no sé lo que me voy a encontrar porque nunca he estado. Lo único que ser es lo que se ve en la tele y lo que cuentan los chicos”.