Juan del Arco, leganense y jugador de balonmano, pasó una gran etapa de su vida en el Club Balonmano Leganés dónde se formó como jugador, y gran parte de lo que es hoy se lo debe a su trabajo llevado a cabo en la cantera del club de nuestra ciudad.
En 2007, con 16 años toma la decisión de marcharse de su ciudad natal y poner rumbo a BM Granollers: “Dejaba aquí mi familia, mis amigos y mis estudios. Pero hay momentos en la vida que uno tiene que tomar la decisión de irse y yo creía que mi momento había llegado. Era la hora de cambiar de aires”.
En Granollers, Juan continuó con sus estudios de mecánica; posteriormente, empezó a estudiar TAFAD y a compaginarlo con el primer equipo “ya me introducía más en la rutina del primer equipo. Había entrenamientos por la mañana y a acostumbrarme al nivel de la Liga ASOBAL”.

He crecido en esta ciudad y no me olvido de que soy pepinero; he trabajado mucho en el mundo del balonmano; hay mucho más que fútbol
El llegar a una nueva ciudad, dónde el balonmano es la apuesta principal en el deporte no, para sorpresa de algunos fue bastante fácil para Juan: “La acogida de mis compañeros, entrenadores y equipo técnico fue bastante buena desde el primer día. Fui a jugar la Granollers Cap y me sorprendió gratamente el trato”.
Seis años del debut
Debutó en la Liga ASOBAL en el año 2010 en un encuentro contra el Ciudad Real en el mítico ‘Quijote Arena’. Una instalación con capacidad para 5.863 espectadores, considerado uno de los mejores campos del mundo del balonmano. Un debut casi soñado, más que por el partido, que también, sino por dónde y contra quién se estaba jugando. “Recuerdo el encuentro como si fuera ayer. Anoté tres goles y aún me acuerdo de acciones perfectamente. Para mí, obviamente, fue uno de los momentos más esperados y bonitos de mi carrera deportiva”.
El balonmano profesional permite vivir de él, sobre todo fuera de España. Ya sea por las circunstancias o por la situación económica no es el deporte que todos siguen o apoyan “aquí todos sabemos cuál es el ‘deporte rey’, pero hay mucho más que fútbol. En el resto de Europa el balonmano es otro deporte más. No me voy más lejos, en el caso de Francia un jugador de balonmano perfectamente puede vivir dedicando su vida al balonmano. En nuestro país o juegas en el Barça… O malvives”.
Leganés, Granollers, Qatar y… Francia
A Juan se le vuelve a plantear la situación de abandonar el club dónde había seguido creciendo, Granollers, pero en este caso la situación era algo más compleja. En el año 2015, a sus 24 años, al internacional le llega una oferta del Jaish Catarí que dirigía el ex entrenador del filial del Barcelona Toni Gerona. Es una marcha a una Liga mucho menos competitiva que la ASOBAL pero con un apoyo económico que supera a algunas grandes ligas de Europa. “La situación era similar a cuando salí de Leganés, pero guarda la diferencia de que ahora me tocaba abandonar mi país y conocer otra cultura”.
Juega tan solo un año en la liga catarí, por las circunstancias deportivas decide no continuar tras ver el balance deportivo y el desarrollo del club durante esos 365 días. “La preparación deportiva no tiene nada que ver con la que yo estaba acostumbrado. El proyecto y mi renovación se fue demorando poco a poco”.
A Juan la opción de renovación no le llegaba en los plazos que él tenía pensado, aún así su intención era quedarse un año más en el Jaish Catarí. Durante la primavera de 2016 llega una oferta de Francia, de nuevo Del Arco se ve frente a la tesitura de tener que abandonar de nuevo otro equipo para comenzar una nueva etapa en otro país. En este caso era el US Ivry, a media hora de la capital gala. Esta es la última parada, hasta ahora de este joven pepinero que mantiene a nuestra ciudad en la elite mundial de este deporte. “No me olvido nunca de que soy pepinero”. Y compañero de Primaria de Eva Calvo en el Pío Baroja. Ahí es nada.
Talento para la Liga gala desde España
El apellido que Juan lleva a sus espaldas puede pesar bastante. Las casualidades de la vida nos hacen retroceder a Leganés dónde comenzó toda esta historia de balonmano. En el pabellón que lleva su nombre, Manuel Cadenas entrenó a su padre y después el seleccionador nacional lo ha hecho con el hijo. Vidas ligada al balonmano que no supone un hándicap. “Yo venía al Cadenas a pasármelo bien, a disfrutar. ¿El apellido? todos tenemos uno, no es algo que me importara. Era más por mi padres que podían escuchar algún comentario, pero nunca supuso algo malo para mí, sino todo lo contrario” .
Leganés es una ciudad de deporte base, pero al crecer los deportistas tiene que marcharse. En el caso del Balonmano Leganés no se le puede pedir más. “Solo le falta un apoyo económico en categorías superiores. Para competir en un alto nivel necesitas jugadores de clase, y sin dinero nunca se les podrá traer”. Nuestra ciudad no puede retener a jugadores de equipo. “Se echa de menos todo y muchas veces piensas en volver porque ha sido tu ciudad. Leganés tiene algo diferente, a mi me ha dado la oportunidad de crecer y siempre le estoy agradecido”
El llegar a una nueva ciudad, dónde el balonmano es la apuesta principal en el deporte, para sorpresa de algunos fue bastante fácil para Juan: “La acogida de mis compañeros, entrenadores y equipo técnico fue bastante buena desde el primer día. Fui a jugar la Granollers Cap y me sorprendió gratamente el trato”.
Para sorpresa de quién? Ni en Granollers, ni en Catalunya, no creo que haya muchas personas que no hayan sido bien recibidas….. Somos buena gente, y amamos el deporte.
Juan, los mejores deseos para esta temporada, estamos contigo, y cuando quieras volver a Granollers, esta es tu casa.