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La Real Sociedad se adelantó en el minuto 20 con un disparo raso y cruzado de Isak
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Omerou empató para los pepineros a los cuatro minutos de comenzada la segunda parte
Cuatro partidos ganados en 22 comparecencias en Primera división. La de hoy en la prolongación de la prolongación. Gracias a una falta botada de forma magistral por Óscar Rodríguez a la escuadra izquierda del portero donostiarra. Cuando pasa una cosa como ésta en un partido como éste, te hace pensar que el Lega hoy está más cerca de mantenerse en Primera que de descender. Aquello de Calderón de que “los sueños, sueños son”, hay veces que te dejan emociones fuertes en el fútbol.
El Lega comparecía en Butarque después del desastre ante el Getafe, la buena imagen en el Metropolitano y encajar la goleada copera en el Camp Nou. Además lo hacía en horario históricamente ventajoso y sabiendo que la victoria le empujaba fuera de los puestos de descenso, algo que hasta que se consume o se produzca la salvación va a bailar domingo a domingo con los pepineros.
Arranque dominador
La grada, aquellos 2.222 más lo que en su legítimo derecho se han venido sumando estos últimos cinco años, era bastante conscientes de que no se baila igual si te llevan que si eres tú el que va marcando los pasos. Llamó la atención lo de Rubén Pérez y Óscar en el banco, y junto a ellos dos de los fichajes invernales: Guerrero y Bryan. El que no se ilusionaba con semejantes situaciones es porque no sabe cómo hacerlo.
El Lega empezó bien. Con apariencia de mando y dominio. Tenía el balón y llegaba con relativa facilidad. Pisó con peligro el área de Remiro en un par de ocasiones. A los seis minutos el portero ‘txuri-urdin’ sacó la primera. Los blanquiazules locales se frotaban las manos. No parecían faltarle razones para hacerlo porque los de Aguirre tenían presencia, balón, ganas y… mala suerte.
Mala suerte
Solo desde la mala suerte puede entenderse el castigo tan duro que recibieron los pepineros en el minuto 20. Una jugada protestada en el inicio por una mano , que la tele demostró que no, una salida de Soriano que no se produjo; un rechace que fue a caer en los pies de Isak fuera del área; y un disparo del sueco desde fuera cruzado y duro que superó al portero pepinero y que dio a la Real una inesperada e injusta ventaja a los 20 minutos de partido.
El VAR apareció en Butarque para la revisión del gol (y después en un penalti en contra del Leganés que no fue señalado). El partido se convirtió en la conjugación del verbo ‘traVar’. Lo de pararlo casi cuatro minutos para revisar dos jugadas rompe el ritmo del más pintado. Uno piensa que pasa cuando se detiene una carrera ciclista dos minutos y luego les dices que arranquen. Pues más o menos eso es lo que paso en Butarque en la primera parte.
Cabeza y calma
Aguirre no paraba de pedirle a los suyos exactamente lo que habían perdido: calma y cabeza. Acciones en las que se calentaban como un ‘infernillo’, algo que en el fútbol se ha demostrado inútil casi siempre o siempre. Por eso el mexicano repetía la instrucción. El Lega tenía que apretar, porque no tiene otra cosa que hacer en lo que queda de Liga si quiere seguir vivo.
Braithwaite demostró, cada vez que podía, que es uno de los tipos más profesionales, con más compromiso y disposición de los que tiene actualmente en la plantilla. Suya fue la arrancada que supuso una amarilla para Zubeldia y la siguiente ocasión clara de los pepineros tras botar Rodrigues una falta. El rechace le volvió al portugués que, de segundas, orientó mejor el disparo. La Real se había comido un tiempo completo con el gran mérito de contener una ventaja. Melero se comió algún minuto de prolongación. Tres fueron pocos.
Segundo acto
Todo arrancó, en lo referente a los onces, como había acabado el primer tiempo. Y eso que el partido pedía más cosas. Al Lega le pedía más pólvora arriba y a la Real más control. Pero Aguirre e Imanol consideraron que no tenían nada que retocar. En su descargo hay que afirmar que tenían 45 minutos para modificar algo. A los de fuera podría entenderse porque iban ganando, pero con los de casa había más dudas.
Sin embargo, en esto del fútbol todo depende de que una esfera (el balón) se aloje en un prisma rectangular (la red de la portería). Y Omerou, un defensa central, se empeñó en cargarse cualquier crónica. Sin cumplirse los cuatro minutos del primer tiempo, acomodó al palo derecho del portero donostiarra uno de esos balones a los que llegar es parte de un milagro. La verdad es que el Lega había igualado, con justicia, el partido a los cuatro minutos del segundo tiempo.
El mismo camino
Los locales sabían que no podía cambiar de marcha. Parecía que esa era la que podía seguir llevándole por el camino de la victoria. El técnico donostiarra lo leyó con rapidez y apostó por el control: Odegaard al verde. Era de cajón. Aguirre tomó la decisión de sacar a Eraso del mismo verde para darle entrada a Aitor Ruibal. Decisiones orientadas a controlar y apretar. Todo era lógico.
El partido se trabó (en esta ocasión bien escrito) más o menos en el mismo momento que en la primera parte. Los jugadores del Leganés estaban un puntito más calientes de lo normal. Y eran los momentos de ajustar todo. Los dos técnicos lo hicieron. La culminación de todo fue que Carrrillo y Braithwaite eran la pareja de ataque de los pepineros para los últimos 20 minutos. Por su parte, Butarque era el escenario en el que la afición donostiarra firmaba ‘la tregua’ con Willian José.
El tramo final
El punto para la Real sonaba a premio de consolocación, pero para los pepineros chirría por todos los sitios que pudiese darse por bueno. Era de suponer en ese arreón final que los pepineros pusiesen más carne en el asador. De lomo o de babilla, pero ponerla. Intentaron por todos los medios dejar a los visitantes en la menor cantidad posible de metros, pero su salida era peligrosa porque calidad tienen para llenar sacos.
Para ese final, la apuesta de Aguirre fue Óscar. La sorpresa es que el retirado fue Braithwaite. No cambió mucho la cosa, salvo que la Real se hizo más dueño del control del partido y la sensación que empezó a dar es que cabía el susto. De un lado o de otro, pero cabía el susto. Estuvo a punto de darlo Óscar a cuatro del final. Pero de su bota salió el gol que dejó la victoria en Butarque, una importante victoria.
Una oportunidad menos
Al Lega le queda una oportunidad menos de las que tenía antes de este partido para mantenerse vivo en el premio que supone ser equipo de Primera división. Por delante tiene 16 citas. El objetivo sigue latente. Y para cerrar una perogrullada de manual: Aquí solo se desciende el día que se desciende y de momento ningún equipo de los que están abajo en la clasificación está descendido. ¿Está complicado? Ni más ni menos que estaba antes de este partido.
LALIGA (Jornada 22ª)
CD LEGANÉS, 2; REAL SOCIEDAD, 1
CD LEGANÉS: 13. Juan Soriano; 16. Rosales, 3. Bustinza, 4. Omerou, 12. Awaziem; 6. Roque Mesa, 8. Recio, 24. Rodrigues (18. Guido Carrillo, 72′); 17. Eraso (19. Aitor R., 57′) y 7. Braithwaite (27. Óscar, 80′).
REAL SOCIEDAD: 1. Remiro; 2. Zaldua, 24. Le Normand, 6. Aritz, 20. Monreal; 16. Guevara, 23. Sangalli (21. Odegaard, 57′), 5. Zubeldia; 11. Januzaj, 19. Isak (9. Willian José, 71′) y 7. Portu (22. Barrenetxea, 61′).
ÁRBITRO: Melero López (Colegio Andaluz). Amonestó a los locales Recio (17′), Awazien (62′), Carrillo (78′), J. Silva (79′) y a los visitantes Zubeldia (38′), Willian José (89′).
INCIDENCIAS: Municipal de Butarque. 10.842 espectadores. Mañana nublada.
GOLES: 0-1 (20′) Isak desde fuera del área de tiro cruzado, 1-1 (49′) Omerou coloca al palo derecho de Remiro. 2-1 (94′) Óscar Rodríguez al saque de una falta a la escuadra izquierda de Remiro.
