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Los de Garitano se fueron con 0-2 al descanso
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Llegaron a poner la eliminatoria 1-2, pero Bakkali hizo el 1-3 en el 90
CRÓNICA: @juanma_alamo FOTOS: @jesustroyano110
El Leganés de las lesiones, la falta de gol y la plantilla corta consiguió que una eliminatoria de Copa que parecía liquidada en el descanso (0-2) tuviese opciones hasta el minuto 90, cuando Bakkali acabó con las esperanzas al hacer el 1-3. El Valencia puso lo justo. El Lega conjugó el verbo que mejor sabe: competir. No vale.
Demasiado pronto, todo comenzó demasiado pronto. Dice un dicho de esos de autoestima que “si la vida te da la espalda, tócale el culo”. Pero es que lo del culo del Leganés es una venganza del destino en toda regla. No tiene sentido. No tiene explicación pero les pasan cosas para que las explique Iker Jiménez.

Ventaja muy temprana
Si juegas con un grande (por mal que esté) en la primera ronda de Copa y se te pone 0-1 a los dos minutos… Apaga y vámonos. Asier Garitano recompuso con lo que pudo. Se estrenó el chaval del filial Sergi Segura. Apareció por el once Lluis Sastre. Y se compuso el once como buenamente se pudo.
El VCF, tan práctico como pragmático, decidió que con el viento de culo (o sea favor) lo que había que hacer era sacarle partido a la suerte, a las bandas y al acierto. Con consistencia y una estructura táctica dejó un poquito en evidencia a Omar Ramos y a Machís. Y con muy poquito más zurda de Munir, cabezazo de Alvaron Medrán y al descanso. Es cierto que es muy poco lo contado, pero es que no había mucho más que contar.
Machís dio esperanzas
El segundo acto comenzó con otro tinte. El Valencia sabiendo que lo que tenía valía. El Leganés sabiendo que lo tenía el Valencia no le servía. Pues había que ponerse manos a la obra. Más balón, más campo, más tensión, más profundidad. Y así Machís a la una, no. Pero a las dos, pues mira tú por donde se va por velocidad el venezolano y con un disparo complicado al palo corto del portero 1-2.
32 minutos por delante y Prandeli toma decisiones: Mandalá al banco porque lo más probable es que en cualquier momento dejase con 10 a los chés. Garitano toma decisiones: conjugar el verbo favorito del Lega, competir. Y de paso sacar del campo a Lluis Sastre y meter a Alberto Martín. Y por el camino la afición comenzó a no perdonarle una al colegiado, es que comenzó a equivocarse de más. Se notaba que la grada estaba con los suyos y quería apretarle al árbitro.
Trabajo hasta el final
El Leganés minimizó, que no ridiculizó, al Valencia. Siguió a lo suyo en búsqueda de una vuelta que sirviese para algo. Rubén Pérez probó fortuna desde muy lejos con una falta para sorpresa de extraños y… propios.
Los locales dio toda una lección de competición. Nunca perdió la cara. Puso las ganas y mantuvo muy bien el tipo. Prandeli replegó filas. Los carrileros se acostaron con los tres de atrás. Cinco defendiendo. Garitano cumplió otra vez con lo dicho. En lugar de decirle adiós a la Copa, apostó fuerte. Luciano al campo, Omar Ramos al banco. Gabriel, Guerrero, Machís, Luciano… No hay más. Todos juntos. En el 77 el ¡Uy! a la grada por un balón de Guerrero que se fue de paseo por la línea.
No era justo que el Leganés acabase el partido derrotado por los méritos de unos y otros. Sumados todos le daban ventaja a los puntos a los blanquiazules, pero el fútbol tiene estas cosas. En el descanso parecía que la eliminatoria estaba liquidada y hasta el mismo final habría esperanzas. Hasta que Bakkali mandó al personal y las ilusiones al limbo.