El pasado 17 de febrero, se celebró una supuesta Feria de Empleo con motivo de la reapertura del antiguo centro comercial M-40 en el barrio de La Fortuna de Leganés. Más de 20.000 personas acudieron a entregar su Curriculum y sorprendidos vieron como su futuro se guardaba en cajas de cartón, sin perspectiva de ser contratados, y con la sensación de haber perdido el tiempo y que se habían aprovechado de la necesidad para crear una campaña publicitaria a consta de los trabajadores y las trabajadoras, no solo de Leganés, sino de toda la Comunidad de Madrid.
Leganés debe ser de los pocos municipios de la Comunidad de Madrid en el que ha cerrado un gran centro comercial. El exceso de oferta es fruto de la planificación económica de los sucesivos gobiernos municipales, los cuales han basado su gestión municipal en la venta de suelo público y en la instalación de numerosas grandes superficies que, poco a poco, han provocado que los pequeños comercios tradicionales vayan desapareciendo y dejando paso a las grandes cadenas multinacionales.
Diferencias históricas
Esta cuestión ha sido siempre conflictiva, recordemos que en 1997 dimitieron 3 concejales de IU por discrepancias con el convenio de colaboración que el Ayuntamiento suscribió con el CC Parque Sur. Esto supuso la división entre la IU de Eduardo Cuenca y la izquierda más honesta y consecuente de nuestro municipio.
Siempre todo se hacía “en aras del empleo y la competitividad”. Pero, ¿de qué empleo hablamos? Hablamos de empleo de bajo valor añadido y de condiciones, tanto económicas como de disponibilidad horaria, de las peores en el mercado laboral. Además hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones la temporalidad de los contratos generan unos empleos que no crean cohesión social y acentúan más la brecha social instalada en nuestro sistema económico actual.
Crear y destruir empleo
¿Cuál es la realidad de Sambil? Sambil difundió ampliamente a través de notas de prensa que la reapertura de este CC significaría la creación de 1000 empleos directos y otros 1500 indirectos, lo cierto que según fuentes de la propia empresa y del Concejal de Empleo y Desarrollo Local Rubén Bejarano, solo 150 contratos han sido formalizados. Lo que no cuentan, es que muchos de estos contratos son de personas que entregaron sus currículum por vía telemática, muchos días antes de la supuesta feria de empleo.
Sin embargo, nadie ha realizado un estudio de los puestos de trabajo que se destruirá del pequeño comercio de La Fortuna, con lo que esto conlleva: barrios desestructurados donde la vida cotidiana se aleja del centro de las ciudades para concentrarse en torno a zonas de ocio vinculadas al consumo. Perdemos la vida donde la cercanía y la proximidad de la interacción vecinal que crea entornos sociales, comunitarios, solidarios, que van más allá del simple consumismo de bienes y potencian los valores humanos, de los cuales estamos cada vez más necesitados.
Procesos de selección
Nos hubiera gustado que las cosas se hubiesen hecho de otra manera. Da la impresión de que la supuesta feria de empleo que provocó el colapso del barrio de la Fortuna, por la avalancha de gente que acudió a buscar un trabajo, tenía como único objeto la difusión comercial.
Ante todo esto, tanto el Ayuntamiento, como la Comunidad de Madrid, se apartan de sus competencias sobre empleo y solo prestan atención para salir en la foto. Poco se preocupan por las personas que van a trabajar en el Centro Comercial, poco se preocupan de cómo se ha realizado el proceso de selección y de si se han cumplido las garantías de protección de datos y dignidad que todo proceso de selección debería tener, poco se preocupan del impacto en la economía local, solo se preocupan del momento “selfie”.
La Regional de los derechos
Pero seguro que el día 24 de marzo cuando haya subido la verja SAMBIL y miles de personas se acerquen a ver el renovado Centro Comercial más de un responsable de empleo del Ayuntamiento dirá que ha creado prosperidad y empleo en Leganés, y se olvidará de todo el proceso, que lejos de ser una apuesta por un Leganés moderno, es un retroceso a un modelo de empleo más propio de una ciudad sin ambición que, además, expone a las claras que no somos de primera, más bien jugamos en regional cuando de derechos se trata.
En el fondo, lo que queremos exponer en este artículo, es nuestra intención de que los procesos de selección de personal se hagan de una manera sensible hacia las personas, con criterios técnicos y fundamentalmente, partiendo de la comprensión de que son personas en situaciones de fragilidad vital, que no pueden ser ajenas a la acción pública, mucho menos debemos alentar que se frivolice que la desesperación de la gente.
Uso de canales
Para eso, para cubrir estas necesidades, por un lado seleccionar personas aptas para ocupar determinados puestos de trabajo en función de la demanda empresarial y, por otro lado, atender a desempleados y desempleadas, tratando de buscar itinerarios donde estas personas consigan mejorar sus posibilidades de encontrar un empleo, existen canales a los que las empresas y trabajadores/as pueden acudir, eso sí, garantizando los mínimos criterios de profesionalidad, confidencialidad, búsqueda de itinerario profesional…
Esta debería se la función de los responsables municipales, advertir a la empresa que el Ayuntamiento cuenta con servicio de intermediación y orientación en nuestra localidad, también otras organizaciones como CCOO, UGT, Cruz Roja realizan esta importante labor en nuestro municipio.
Nos hubiera gustado que desde los poderes públicos se hiciera ver a SAMBIL que los objetivos de búsqueda de personas adecuadas para desarrollar las actividades laborales requeridas y la inclusión de colectivos desfavorecidos como parados de larga duración, personas con diversidad funcional…están alineados.
Debemos resaltar la importancia de los ayuntamientos, como la institución más próxima a los ciudadanos, para favorecer la inclusión laboral de colectivos desfavorecidos y como esto encaja en la responsabilidad social corporativa.
Si hay alineamiento de objetivos entre los poderes públicos y empresas privadas como Sambil, ¿por qué no hay coordinación y cooperación? ¿Por qué el Ayuntamiento no lo pone en valor?
Fran Muñoz Murillo. Concejal de LEGANEMOS.
Luis Regatos de Andrés. Sindicalista de CCOO.