BARRIOS TERRORISMO

Sobrevivir al terror

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“No es fácil salir del garaje de tu casa y ver, durante cerca de un año, ‘el piso reventado’ y recordar a diario lo que sucedió”.

Leganés Norte era un barrio de nuestra ciudad, separado de Zarzaquemada por la misma por la vía del tren. Un barrio que comenzó a ser habitado a finales de 1996 y que estuvo marcado desde el principio por una multiculturalidad que no había provocado grandes incidentes en esos primeros ocho años de vida.

Poco a poco se fue poblando de familias, tanto nuevas como más antiguas de los que vendían sus pisos para ubicarse en las nuevas urbanizaciones que ofrecía. De hecho durante el boom inmobiliario muchos fueron los que hicieron negocio con sus nuevas viviedas de esta parte de nuestra ciudad.

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Sin embargo, aquel 3 de abril de 2004 quedó marcado para siempre en la memoria de todos los que viven en el barrio y de toda la ciudad. Aunque es evidente que muchos de nuestros vecinos jamás han paseado por sus “cementadas” aceras ni han disfrutado de un rato en el Parque Palestina.

Todo cambió en aquel anochecer del sábado previo a la Semana Santa. La explosión del piso puso a Leganés en el foco de atención de todo el mundo y, desde entonces, no ha dejado de estarlo, ni para la opinión pública, ni para los vecinos del barrio.

Cada vez que se produce un atentado de corte yihadista la memoria colectiva e individual se rebobina de forma automática a aquel piso destrozado de la calle Martín Gaite. Los atentados de París y la posterior investigación llevó a muchos medios de comunicación a calificar determinadas zonas como “el Leganés Norte francés’. Para algunos es una tortura que no cesará nunca, para otros es solamente el recuerdo de una mala tarde que no es posible olvidar.

Sin embargo, los vecinos del barrio son los que más han tenido que ir aprendiendo con el paso de los años y la repetición de las escenas, de forma cíclica, a acostumbrarse a sobrevivir al terror de aquella noche del 3 de abril de 2004.

3 de abril de 2004: Leganés Norte

Barrio tranquilo, multicultural y familiar. Durante los días anteriores había helicópteros sobrevolando el barrio y el que más y el que menos se temía que, tras los atentados del 11M algo se pudiese estar cociendo en una de las zonas residenciales de Leganés. Entre Parquesur y el barrio la distancia es poca. La presencia de policía secreta se va haciendo cada vez más intensa. El barrio es literalmente tomado. Los pisos más cercanos obligados a bajar persianas y colocarse en las zonas más lejanas al mismo. La escena parece más de una película que de la temerosa realidad que vivieron los vecinos.

Al anochecer se oyó la explosión. El ruido se hizo caos y el caos se hizo preocupación hasta comprobar que la vida del GEO Torronteras había sido sesgada. La película de horror fue un drama. El edificio sensiblemente tocado, la memoria sensiblemente tocada, la vida cotidiana del barrio sensiblemente tocada. Tanto que la película de horror tuvo un final descorazonador para la historia de España.

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