LEGANÉS, 0; VILLARREAL, 0
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Los pepineros empataron a cero ante el Villarreal en un partido repleto de trabajo y sacrificio
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Asier Garitano ganó la partida del tablero a Fran Escribá pero el equipo adolece de un delantero goleador
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Iago Herrerín se estrenó en la portería blanquiazul con mucha seguridad y acierto
El día que el Lega tenga gol dejará de sufrir. Es una sentencia, sí; pero es que no hay otra manera de ganar los partidos. Para tener gol hace falta, además de soldados tácticos (que los tiene), un alto mando arriba que de vez en cuando haga levantarse de la grada a los suyos. El empate ante el Villarreal no tiene un pero para los de Garitano. ¡Cualquiera se lo pone a un cero a cero!
Partido de muchos titulares (y no me refiero al equipo, sino a los periodísticos). Serantes animando la salida a sus compañeros. Minuto de silencio en memoria de los fallecidos en accidente de avión. Brazalete de capitán contra la homofobia. Iago Herrerín llegó el jueves y el sábado fue titular. El partido fue un duelo de porteros. Timor se incrustó como tercer defensa. Los laterales se fueron al carril.
Garitano ganó en el tablero
Asier Garitano le ganó la partida del tablero a Fran Escribá. Gabriel anda demasiado tensionado. El Leganés practicó muy bien la presión desde arriba. Los técnicos blanquiazules tenían el partido perfectamente planteado. Asenjo tuvo que superar la presión blanquiazul con balones largos. Y así…
Y así hasta donde se quiera poner frases. Conclusión: empate a cero. ¿Merecido? No, sin duda. Mereció mucha mejor suerte en las acciones ofensivas que tuvo. Tuvo poco acierto en las escasas oportunidades que tiene siempre. Pero si además se le suma el tener enfrente a un portero de la talla de Asenjo, la cosa se pone peor.
Un penalti no pitado
Y si además, el árbitro no ve un penalti claro por una mano evidente, la cosa se pone más oscura. Pero si por si falta alta te sacan tres tarjetas amarillas es para pensárselo. Lo mejor irse a los vestuarios a enfriarse. ¿Luciano? Bien, gracias.
Lo de la segunda parte empezó de otra manera. A los pocos segundos, Herrerín forzó el primer córner para los amarillos. Todo apuntaba a que los castellonenses querían meter una marcha más y decidieron ocupar más espacio. ¿La reacción del Leganés? Posición, orden y calma. No se dejó toser. Omar enseñó los dientes, Machís la dentadura. ¿Luciano? Bien, gracias. ¿Y el árbitro? A lo suyo, a los siete minutos ya había sacado dos amarillas más al Lega. ¡Y van cinco!
Necesidad de oxígeno
Visto lo visto, sobrevolaban dos cosas. La primera que el Lega empezaba a romperse y hacia falta oxígeno. La segunda que el Villarreal podía despertar. Dicho y hecho. Alberto Martín (con una amarilla), fuera; y Rubén Pérez, dentro. ¿Y el árbitro? A lo suyo, otra amarilla más para el Lega. ¡Y van seis!
Y el cuento siguió escribiéndose. Gabriel intentó sorprender a la defensa amarilla al saque de una falta. El partido empezó a entrar en un tramo en el que los golpes se pagaban con el ko. Y no había habido ni grandes, ni muchas ocasiones. ¿Luciano? Bien, gracias. Al banquillo sustituido por Guerrero. Entraba un nueve al campo se iba un trotón.
Unai López falló la última
El Vilarreal decidió acostarse a descontar minutos de la cuenta atrás hasta llegar el final, con la mala suerte de la lesión muscular de Samu Castillejo. Ni se puede, ni se debe olvidar que por Leganés pasaba el ‘zamora’ de la Liga, un equipo europeo en la actualidad y que aspira a repetir.
El grito de la grada en forma de ¡oh! y de ¡uh! llegó a ocho del final con una ocasión al limbo de Unai López que, más solo que la superluna, no pudo culminar.