OPINIÓN

La firma 57: “Nos han engañado”

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Por Juan Manuel ÁLAMO MIRANDA (1940 – 1995 )
Experto en ‘Mundología’ (ciencia a la que un día bautizó para definir a toda una generación de emigrantes que supo ganarse la vida). Nacido en la localidad almeriense de Laujar de Andarax. Emigró a Madrid con 14 años, donde llegó en 1955 y a Leganés en 1976.
Comercial, publicista, corresponsal de ‘La Voz de Almería’ y ‘La Crónica’, colaborador de ‘La Hora de Andalucía’ en Radio Intercontinental… Fue uno de los fundadores de Alianza Popular en nuestra ciudad. Candidato en la lista de AP de las Municipales de 1983.

Estas y otras frases parecidas son las que se escuchan en torno al defraudado votante que realmente ha sido engañado por un número no pequeño de políticos (por llamarlo de alguna manera) los cuales una vez situados en la poltrona del C ongreso o el Senado, no le han preguntado a su fiel seguidor y votante, si les parecía bien o no el saltar de grupo político o si el mixto les resultaría agradable para que los representaran.

Esto no parece tener demasiada importancia, lo interesante es haber alcanzado un escaño asegurador de cuatro años de prestigioso cargo que nada se parece en lo que debería de ser la política para complacer al que vota, que debería ser un medio eficaz para servir al pueblo, y para algunos es todo lo contrario. La política es un medio para servirse del pueblo.

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Es claro que se está viendo altos ejemplos de civismo político y de unión, en partidos que se les pronosticó todo lo contrario, razón ésta por la cual el electorado comienza a sentirse incómodo en otros sitios donde se las están dando todas en el mismo carrillo de la cara.

¿Dónde está esa seriedad y ese lugar por corresponder al principal protagonista de la democracia (el votante)? ¿Qué es de esas promesas que sin conocimiento de causas hacen neófitos de la política al amparo de un puesto en las tan conocidas listas electorales? Ya está bien de personalismos en el mundo de la política y hora es ya de que nos metamos en la cabeza de que por pequeño que sea el puesto que ocupes en el campo de la política, siempre tienes una deuda pendiente con quién te puso en ese puesto: el votante.

“Nuestro voto ha servido para colocarlos a ellos en el Congreso y en el Senado, no para reforzar al partido que uno deseaba”

Recuerdo en un reciente periplo por la provincia de Almería que otro militante de la oposición me refería con indignación un caso por el estilo. Sus palabras textuales eran “esto está llegando a un límite no aceptable”. Complacidos los que aseguran tener derecho a la expresión y totalmente de acuerdo con quienes desean lamentarse en los medios de comunicación sobre lo anteriormente referido, quiero añadir a esto y saliendo al paso de un comentario hecho público recientemente sobre el desencanto de personas en partidos de la oposición, que si algo tiene el hombre como capital propio de propiedad auténticamente privada, es que tiene un perfecto derecho a valorar públicamente los méritos del ser humano desde todas las esferas sociales y, cómo no, también políticas.

Y si alguien lo está haciendo mal, por muy bien que le caiga éste, no tiene que seguirlo ni sentirse obligado a hacer lo blanco negro para cubrirle las espaldas a quienes en lugar de hacer un buen servicio a la seriedad desde la política, están trepando en aras de su propio bienestar social y político, escupiendo a la cara al que les votó, y manteniéndose en la poltrona del mal hacer.

Porque no añadir a este desencanto político, y a este desmadre que día tras día se está sucediendo, los resultados negativos que de cara a un futuro próximo se están viendo más claros que el agua. Sirva como ejemplo aquella familia muy grande en la que el padre es un caballero, y su comportamiento solo sirve para perfeccionar a personas ajenas a su larga familia, porque esa no pelea nada más que por conseguir los subfrutos del comportamiento de su caballero padre. ¿Terminará éste por quedarse solo o no?

Lo mismo pasa con los partidos políticos que en lugar de servir al pueblo desde la política, se sirven de él desde ella. En otra cosa no estará ganando el pueblo español, pero entre las muchas buenas que podemos hoy contar, la más importante es que el electorado está empezando ya a no entender del color del partido para elegir a los hombres honestos que saben ser y estar al servicio del pueblo.

Nota del editor de LEGANEWS

La Navidad a veces regala cosas que nunca esperas. Esa es parte de su magia eterna. Poder ver publicado en nuestro periódico un texto de mi padre, fallecido en 1995 con 55 años, es un inesperado regalo con el que nunca pude ser capaz de soñar. Gracias, de todo corazón, a Adrián Sánchez Castillo (historiador y exconcejal de Leganemos del Ayto. Leganés) porque suyo fue el descubrimiento de este texto que yo no conservaba. Vio la luz allá por octubre de 1986 en ‘El Informativo de Leganés’. El regalo de compartir periódico con mi padre, 24 años después de su muerte, no tiene palabras. Gracias Adrián.

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