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Salustiano Toribio (parte 3). Y que cumplas muchos más…

Salustiano Toribio
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Leer Parte I. Salustiano Toribio. Cien años de la historia de Leganés.

Leer parte II. La Guerra Civil española. Salustiano Toribio.

101 años de historia viva de Leganés

El pasado 16 de octubre, Salustiano Toribio, leganense desde la cuna que ha puesto testimonio en los dos primeros números de nuestro periódico de los últimos 100 años de historia de nuestra ciudad, cumplía 101 años. Una vez más, su casa, aquella casa que un día se hizo en mitad del campo (hoy doctor Mendiguchía Carriche) para salir de la humedad de la que vivía en la calle El Charco (puesto que un problema de reuma aconsejaba abandonarla) se convirtió durante ese viernes y durante el fin de semana en un trasiego permanente de familiares, de hijos, nueras, nietos y nietas, esposas y maridos de nietos y nietas, biznietos, primos, amigos y amigas.

LEGANEWS tuvo la posibilidad de vivir junto al que ya algunos han bautizado como ‘el abuelo de Leganés’ un rato inolvidable que queda reflejado en la imagen que ilustra este reportaje, donde se dieron cita cuatro generaciones de los Toribio Rodríguez.

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‘Salus’ recordaba que “hice la casa sin dinero, pedí un prestamo de 10.000 pesetas, una cuarta parte de lo que costó. Desde que se construyó se preparó por si había que subir hacia arriba” (y se subió porque hay dos plantas por encima). Recuerda aquel entonces “estaba malo. Se había muerto nuestro primer hijo con 22 meses: (se llamaba Pablo y luego repitieron nombre con su tercer hijo). En él nos habíamos dejado las pocas perras que teníamos en penicilina”. Y el 31 de diciembre de 1956 se trasladó y allí sigue.

Uno de los detalles que no olvidará de este 101 cumpleaños fue una carta manuscrita de Angel Gabilondo, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, en la que felicitaba a Salustiano y le acompañaba con dicha carta una insignia de la Asamblea de Madrid que el propio ‘Salus’ lució orgulloso durante todo el día en la solapa de la chaqueta que llevaba puesta. Nosotros buscaremos la forma, con el permiso de Don Salustiano, de seguir contanto ‘Las historias del abuelo ‘Salus’ que, además de suyas, son las historias de la ciudad en la que vivimos.

Sólo le falta hacer un saque de honor en un partido de su Lega

Salustiano es un aficionado del ‘Lega’ que cuando le hablas de los tres campos lo primero que te dice es… “¿Tres? ¡Cuatro! Se te olvida el del Campo de Tiro. Ese fue el primero”. Luego participó, como muchos hortelanos en desescombrar el terreno donde se hizo el campo de la Plaza de Roma “lo llamábamos la Sierra de Guadarrama de lo hubo que quitar allí”. Durante años fue a ver al Lega al ya desaparecido Luis Rodríguez de Miguel (hoy la Plaza Mayor de nuestra ciudad) y se puso a favor de los que opinaban que “el campo no podía estar en el centro de la ciudad, por eso me pareció muy bien cuando se hizo el campo nuevo”. Ahora, a sus 101 años sólo le falta ir a ese campo de fútbol y hacer como pepinero de pro el saque de honor en un partido.

Salustiano Toribio

Salustiano Toribio

Paseo por Madrid y volvió a “su casa” de la Guerra Civil

El pasado verano uno de sus nietos decidió llevar al abuelo ‘Salus’ a dar un paseo por Madrid. A sus casi 101 años no tuvo la menor duda y enfilaron  para la capital. La visita no pudo ser más agradecida y llena de emotivos recuerdos, puesto que en el largo paseo abuelo y nieto llegaron a la casa de Madrid (en el 95 de la calle Alcalá, imagen superior de la derecha) en la que estuvieron viviendo después de aquel 4 de noviembre del 36 en el que tuvo que abandonar nuestra ciudad como consecuencia de la Guerra Civil.

Salustiano Toribio

Orgullo mutuo de hijos y padre

Salustiano, si presume de algo (que no le gusta ponerse medallas) es de su familia. No hay vez que hables con él que no se le llene la boca de hablar de todos los miembros de la misma, única razón por la que afloraron las lágrimas en las horas de entrevista que con él estuvimos. Nunca falta nadie en su casa, pero el orgullo de Ángel (centro), Pablo (izda.) y José (dcha.) por su padre es mutuo. Y siempre presente, aunque fallecida, Elvira Rodríguez Fernandéz, su esposa.

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